Sólo dos horas después de la comunicación de los resultados del escrutinio definitivo de las elecciones para la renovación de autoridades de la provincia de Córdoba, el bloque de legisladores y legisladoras electas de Juntos por el Cambio salió a dar una primera demostración de su proyectada fortaleza para marcarle la cancha al gobernador electo, Martín Llaryora.
La oposición adelantó sus principales ejes futuros de acción en un parlamento cordobés que presentará una paridad absoluta entre las dos fuerzas principales: JxC y Hacemos Unidos por Córdoba contarán con 33 bancas cada uno, sumando 66 de los 70 escaños que componen el parlamento local. Una composición inédita desde su mutación a formato Unicameral en 2001.
En primer lugar, con el escándalo ocurrido por las demoras en el conteo provisorio de votos, la dirigencia cambiemista anticipó que impulsará una profunda reforma al cuestionado sistema electoral provincial. Según ratificaron congresales electos a Letra P, la misma comenzará por una revisión integral del rol preponderante que cumple la Justicia Electoral, nuevamente bajo fuertes cuestionamientos por presuntas actitudes discrecionales. Entre ellas, la reciente contratación del software Turing, provisto por la empresa MSA.
“Queremos que todo el proceso quede reglamentado por ley. No puede ser que el Tribunal Electoral decida por su cuenta y nos enteremos 45 días antes de cada elección, por los medios. No puede ser que decidan por contratación directa sobre el proceso de conteo de votos y los representantes electos por el pueblo, que estamos en el Ejecutivo y el Legislativo, tengamos que simplemente acatar esa decisión”, atiza un joven parlamentario que debutará como tal.
Las PASO y la BUS
La oposición también intentará una revisión del diseño de la Boleta Única de Sufragio, usada desde 2011 en Córdoba. Particularmente, propondrá la eliminación del casillero para voto de lista completa, al que se adjudica la mayor parte de las crecientes confusiones del electorado a la hora de marcar sus preferencias.
El bloque opositor también procurará avanzar hacia la reglamentación de las primarias abiertas y obligatorias para la definición de candidaturas al interior de cada fuerza.
La necesidad de internas está establecida en la Constitución provincial desde 2001, año de su última reforma. Sin embargo, los sucesivos gobiernos en manos de José Manuel de la Sota y Juan Schiaretti han omitido el último requisito formal para su activación. “Las PASO no son optativas. El Ejecutivo está violando la Constitución”, enfatiza la fuente consultada.
En JxC reconocen también que la existencia de primarias podría aliviar las tensiones vividas durante largos pasajes de sus búsquedas de unidad. En particular, el caótico cierre del tramo de la lista para la Legislatura por distrito único, donde todas las fuerzas, con sus respectivas corrientes internas, deben converger a la fuerza. “Necesitamos un factor ordenador”, admiten.
El paquete de reformas se cerraría con otra idea que circula por corrillos opositores desde hace lustros: la implementación de ballotage para los tramos Ejecutivos. La existencia de tal herramienta, destacan, añadiría transparencia y quitaría presión en los casos de escenarios reñidos.
Facultades
Junto a la revisión del sistema electoral, el bloque opositor anticipa que no admitirá ninguna delegación de facultades del Poder Legislativo hacia el Ejecutivo. "La Legislatura es el espacio de diálogo político", reza el último comunicado difundido.
"Queremos reafirmar la autoridad del Poder Legislativo, en función de las competencias que la Constitución nos asigna. Ese es el espíritu de todas las propuestas. El Poder Judicial debe cumplir leyes, no legislar por omisión. El Poder Ejecutivo tampoco puede inmiscuirse en nuestras funciones", amplía un portavoz del colectivo.
La declamación encierra un fin preventivo ante el temor, aún hipotético pero con inmediatos antecedentes, de que Llaryora intente declarar una "emergencia" que le permita manejar discrecionalmente resortes que corresponden a la órbita parlamentaria.
"Es lo que hizo ni bien llegó a la Municipalidad. Aduciendo una situación crítica, envió un proyecto para asumir superpoderes y que le delegaran facultades propias del Legislativo. Lo hizo aún sabiendo que tenía mayoría en el Concejo Deliberante. Imaginate si no lo piensa para los próximos años, que no tendrá cuórum ni mayoría", anticipa otro legislador cambiemista.
Tal postura no sólo responde a un compromiso republicano. También implica un condicionamiento para la discusión política que proponga el nuevo mandatario, al que no quieren permitir una construcción "a la carta" como la que gozó, por años, el propio Schiaretti.
"No vamos a permitir una Legislatura adicta. Tampoco vamos a permitir que evite negociar medidas. Éste es el ámbito de discusión y debate de las leyes. No vamos a permitir que usurpe funciones ni que elija sus opositores preferidos", enfatiza la fuente,.
Su reflexión linkea directamente a los casos en que figuras opositoras fueron "funcionales" a los intereses del cordobesismo. Al respecto, distintas voces admiten que ya comienzan a esbozarse estrategias para evitar divisiones y fugas. O, dicho de modo más elegante, consolidar la unidad de un bloque de inédita robustez en un mapa político que muestra a una oposición en ascenso.
"Llaryora ya habla de partido único, un concepto totalitario, incompatible con la democracia. Lo dice sin inmutarse. Compra dirigentes opositores y quiere evitar controles a su gestión. Ante eso, nosotros no podemos permitirnos ser flexibles o indulgentes", sentencia un representante de la alianza opositora.