El gobernador y su gabinete recibieron a 25 alcaldes. Lista de reclamos y orden de prioridades. La Casa Rosada, enemigo común. Acuerdos legislativos en puerta.
Axel Kicillof y su Gabinete, junto a intendentes radicales.
La crisis que genera la motosierra del presidente Javier Milei aceita la relación entre el gobernador Axel Kicillof y parte de la oposición en Buenos Aires: en una reunión celebrada en La Plata, el gobierno y la tropa de intendentes radicales afinaron sintonía, pese a la montaña de reclamos que presentaron los territoriales boinas blancas.
Hasta la gobernación llegaron 25 de los 27 alcaldes. Kicillof sentó a su lado a la vicegobernadora Verónica Magario y a ocho integrantes de su Gabinete, quienes expusieron con precisión ante los planteos de la oposición.
Los intendentes presentaron un extenso listado de reclamos que urgen en sus municipios y el mandatario expuso los números de una crisis social y económica que ahoga las finanzas.
Durante más de dos horas, los jefes comunales enumeraron diversas problemáticas y cada ministro o ministra dio detalladas respuestas a cada consulta. Fuentes de los distritos y del gobierno calificaron como “muy buena” la reunión y confirmaron que continuarán trabajando en conjunto. Enfrente tienen el recorte brutal que aplica Balcarce 50 y que afecta a todos por igual.
El encuentro sirvió para que los jefes comunales pidieran por la restitución de la Ley Oñativia -que le ponía tope al precio de los medicamentos-, la culminación de obras iniciadas en los distritos y los problemas estructurales en materia de seguridad y salud.
Kicillof le pidió a casi todo su gabinete que ofreciera respuestas a cada una de las consignas que los alcaldes habían entregado previamente al ministro de Gobierno, Carlos Bianco, de diálogo fluido con el Foro de Intendentes Radicales.
Los alcaldes también pidieron por el acceso a tierras para construir viviendas, garantizar la participación de todos los distritos en Juegos Bonaerenses, articular estrategias sanitarias por el desborde en hospitales municipales y un plan de financiamiento para retomar obras ya iniciadas en 2023, que debieron paralizarse por el retiro de fondos nacionales y la crisis.
La convivencia entre las intendencias radicales y la gobernación peronista se sustenta por estos días en la necesidad del gobierno provincial de sumar aliados en la lucha con la Casa Rosada, que recortó fondos vitales para el funcionamiento de la provincia. Se trata de giros que, naturalmente, derramaban luego en los municipios en obra pública, educación, seguridad y salarios para estatales y docentes.
El gobernador pretende que la UCR respalde una serie de proyectos que envió a la Legislatura hace algunas semanas y que servirían para solucionar algunos de los temas que más preocupan a los intendentes.
La creación de dos empresas estatales para producir medicamentos y vacunas -que evite el monopolio y la presión de los laboratorios- y una sociedad que coordine el sistema de emergencias sanitario en el territorio bonaerense son temas que ya están en los pasillos del parlamento provincial y que los alcaldes prometieron estudiar junto a los legisladores de su espacio.
Luego de explicar la compleja situación de la provincia de Buenos Aires, el gobernador les dejó claras sus prioridades en la gestión: alimentos, salud, salarios y seguridad, además de continuar con la obra pública. Les dijo que esperaba que esas prioridades fueran compartidas.
La tropa radical le pidió al gobernador reuniones periódicas y una mesa de diálogo. Kicillof aceptó y además les dijo que continuará con las reuniones por región a las que están invitados. También les hizo un pedido puntual: que lo respalden a la hora de reclamar por los recursos al gobierno nacional.
“El Gobierno nacional ha paralizado la obra pública y cortado drásticamente las transferencias a las provincias: el ajuste que está llevando adelante ya impacta en cada municipio en el que cierran las pymes y se deterioran los ingresos. Nosotros no vamos a apoyar ningún tipo de recorte. Quienes coincidimos en que lo que necesitan nuestros vecinos y vecinas es más empleo, salud y educación pública, debemos trabajar en conjunto para dar respuestas más allá de nuestras diferencias”, dijo Kicillof tras el encuentro.
La tropa radical estuvo prácticamente en pleno: sólo faltaron el intendente de Coronel Dorrego, Juan Carlos Chalde, quien se encontraba en el aniversario de ese municipio, y el de General Viamonte, Franco Flexas, que se ausentó por razones personales.
La “charla abierta”, como adjetivó el encuentro uno de los alcaldes a Letra P, contó también con una importante presencia de miembros del gabinete. Estuvo la vicegobernadora, Verónica Magario; la jefa de Asesores, Cristina Álvarez Rodríguez; los ministros Carlos Bianco (Gobierno), Pablo López (Economía), Nicolás Kreplak (Salud), Andrés Larroque (Desarrollo de la Comunidad), Gabriel Katopodis (Infraestructura y Servicios Públicos) y Javier Alonso (Seguridad) y la secretaria general de la Gobernación, Agustina Vila.