Esta semana Jorge Macri envió dos proyectos de ley a la Legislatura: el primero es lógico, porque busca actualizar los gastos ante una aceleración inflacionaria que no estaba prevista en el Presupuesto original, pero el segundo apunta justamente a cómo solventar esos gastos, en un escenario de menor recaudación (por la recesión económica). Para eso, decidió ir por el camino más fácil para el Gobierno porteño, pero más doloroso para la sociedad: aumentar los impuestos.
¿Qué propone? Principalmente, eliminar los topes que existen en la Ley Tarifaria 2024 para poder cobrar más, tanto de Impuesto sobre Patentes de autos como de ABL (impuesto inmobiliario). Lo más dramático es que, contra toda lógica de equidad tributaria, les aumenta los impuestos a todos por igual: ricos y pobres. Hasta ahora, la Ley Tarifaria tenía topes diferentes para el ABL dependiendo del valor de la vivienda (50%, 75% o 100%), que ahora desaparecerían.
Además, hace poco el PRO y La Libertad Avanza se peleaban para ver quién denunciaba en peores términos a la provincia de Buenos Aires por elevar el impuesto inmobiliario rural a las partidas más grandes con un tope de 200%, mientras en la Ciudad el tope que proponían era 100%. Mientras el gobierno bonaerense mantiene su 200% de aumento máximo, que se encuentra por debajo de las proyecciones de inflación; Jorge Macri ahora hace todo lo contrario y aumenta los impuestos para todas las personas en línea con lo que sea que termine resultando la inflación de 2024. Encima, a esa suba de impuestos, Macri le agrega un pedido de endeudamiento.
Jorge Macri, por el camino más fácil
Lo más criticable es que Macri podría haber elegido otros caminos. Hay alternativas. Siempre las hay.
Nada de eso ocurre. La falta de ideas para encarar la gestión y las prioridades equivocadas llevan a que, mientras no se reclama la coparticipación, no se utiliza el Fondo Anticiclico y no se actualizan los cánones, la única propuesta del gobierno de Jorge Macri es aumentarnos los impuestos y endeudarse. Toda una declaración de principios.
El socio libertario
El PRO no está solo en esta aventura de subir los impuestos y proteger los negocios de sus amigos. Necesita los votos de LLA para aprobar estos proyectos de ley en la Legislatura: teniendo esos votos, puede avanzar sin dar el debate democrático correspondiente, sin atender a las propuestas alternativas que planteamos desde otros espacios políticos, sin siquiera argumentar o justificar técnicamente lo que proponen. Por ejemplo, el Gobierno porteño no comunicó estimaciones de los aumentos en la recaudación que se producirían.
Tampoco explica la razonabilidad ni los detalles de esta corrección presupuestaria del 77% que implica casi un nuevo presupuesto ni si prevé necesitar más ampliaciones a futuro. Es más, lo razonable sería sesgar este refuerzo presupuestario hacia las partidas que atienden a las familias que están sufriendo un ajuste y recesión brutales, pero las partidas de Desarrollo Social, Educación y Salud apenas logran empatarle a la inflación.
No parece haber ningún diagnóstico sobre la mayor demanda social de estos bienes y servicios públicos en los próximos meses, en función del deterioro económico, productivo y social que están generando las políticas económicas de Milei.
Tampoco queda explicitado si el Gobierno de la Ciudad prevé compensar la pérdida del FONID en los salarios docentes. Mientras tanto, anuncia en voz alta que creará un nuevo subsidio, esta vez para quienes pagan escuelas de gestión privada; mientras tanto, las escuelas de gestión pública no tienen siquiera los insumos básicos para funcionar (libros, gas, computadoras, etc.).
Multiplicar el ajuste
En otras palabras, Jorge Macri decide duplicar el perjuicio que el ajuste de Milei genera sobre las familias porteñas, en vez de ayudar a paliar la crisis. Aquí también debemos lamentar la ausencia de política crediticia y productiva del gobierno de Macri, que cuenta con un Banco Ciudad generando beneficios pero no impulsa líneas crediticias que financien capital de trabajo, que permitan evitar despidos o que incluso propicien inversiones pensando en el largo plazo.
Este aumento de impuestos tiene un agravante adicional. No sólo se intenta en una situación crítica, sino que es la contracara de una pésima gestión que está a la vista de todos: desde las demoras inaceptables para los trabajos de limpieza de las tormentas, a los multiples escapes de presos de comisarías, los robos reiterados a escuelas públicas y la ausente política frente a los mosquitos y el dengue.
Este intento denota una falta completa de capacidad, creatividad o sensibilidad para gestionar. Hay alternativas, pero Macri elige que las familias porteas sean las que paguen más.
Desde el Grupo Paternal trabajamos en esas alternativas: que los esfuerzos se dirijan a garantizar mayores recursos para atender las acuciantes demandas que provoca este momento y que provengan de quienes tienen mayor capacidad contributiva y están pudiendo capear la crisis.
La Ciudad de Buenos Aires cuenta con suficientes recursos: sólo necesita voluntad política, capacidad técnica y un proyecto de ciudad mejor para quienes la habitamos, todas cosas de las que carece el actual Gobierno porteño.