La Argentina de Javier Milei comienza a transitar una desaceleración inflacionaria, pero bajo criterios ficticios de achicamiento del gasto. Como, por ejemplo, hacer desaparecer los subsidios al transporte, de la luz y gas en el interior del país. Y no en la Capital Federal, repitiendo la vieja maña kirchnerista de miedo de proximidad.
No es ahorro real recortar las coparticipaciones a las provincias y desfinanciar sus cajas de jubilaciones. No es ahorro verdadero hacer desaparecer la obra pública por un semestre y dejar los fondos en caja; no es disminuir el déficit fiscal, sino atrasar la construcción y el mantenimiento de la estructura vial del país.
Suspender o detener la ejecución de obras de escuelas, hospitales y edificaciones públicas de interés social a lo largo y ancho del país no es ahorro verdadero. Es atraso y más deterioro. Las consecuencias de esta última medida nefasta hicieron desaparecer 100 mil puestos de trabajos entre obreros y mandos medios de la construcción. Unas 100 mil familias se sumaron al gigantesco ejército de desocupados.
Indec Industria Construcción Abril
La construcción, uno de los sectores más afectados por la recesión.
Pero este esquema de ficción del gobierno tendrá un baño de realidad cuando no pueda avanzar sin un proyecto productivo concreto que reactive el mercado laboral.
La hecatombe argentina simbolizada en un iceberg, mostro sobre superficie la inflación como elemento emergente, pero debajo de las aguas heladas se encuentra la parte más grande del bloque de problemas irresueltos. Lo representan el desempleo y la población que, aun trabajando en la formalidad, viven por debajo de la línea de la pobreza como el resto de los 12.300.481 argentinos que representan el 41,7% de la población, según el INDEC.
Trabajo real para avanzar contra la pobreza
Sin trabajo real, no hay crecimiento social ni económico. Sin que se reactive la economía del conocimiento, sin la radicación de empresas y fábricas, la pobreza no desaparecerá ni el desempleo disminuirá.
El gran desafío comienza ahora, cuando el Excel libertario se quede sin columnas para correr la realidad a otro cuadrante y no puedan mostrar una disminución de la pobreza ni del crecimiento del empleo. Allí el relato y las medidas distractoras del ministro Toto Caputo no podrán desdibujar la falta de fuentes de trabajo.
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Javier Milei y Toto Caputo, sin un plan para la reactivación económica.
Sin un verdadero despliegue de acciones tendientes a generar nuevos empleos no hay reactivación. El relato libertario se queda sin fundamentos.
Responsabilidades compartidas
Pero la responsabilidad es compartida, cada sector dirigencial debe aportar su cuota parte de solución al descalabro kirchnerista que heredamos.
El sector gremial tendrá que salir del letargo de ocho años de silencio y replantearse que a llegado la hora de un cambio de paradigmas porque el pensamiento sindical argentino quedó viejo, el Estado quedó viejo. Desde los convenios colectivos de trabajo hay que aggiornar la legislación laboral para darle paso a la creación de nuevos puestos de trabajo. La inteligencia artificial es parte de la solución; pero la respuesta esta en el interior del país.
Los convenios colectivos de trabajo y las paritarias deben ser provinciales o regionales. Los “gordos” de la CGT no conocen la realidad del interior del país para seguir manejando salarios y condiciones laborales a mil kilómetros de distancia y de realidad.
La federalización en la toma de decisiones en el mundo del trabajo es la verdadera reforma laboral, no las buenas intenciones o no tanto, que pretende sacar el congreso de la Nación desde la mentada ley ómnibus.