FASE M

Sigue siendo la economía: el toma y daca de Cristina para el aval al Plan Massa

Después del atentado, la vicepresidenta respaldó el viaje del ministro a EE.UU. Planes para la clase media 2023. Dólar soja y una respuesta para la indigencia.

Todavía shockeada por el intento de magnicidio que la tuvo como objetivo, Cristina Fernández de Kirchner avaló el viaje a Estados Unidos de Sergio Massa y mandó a su tropa a respaldar el anuncio del dólar soja, a la espera de que las medidas que ya tomó el ministro de Economía, junto a otras que tiene en carpeta, empiecen a enderezar el rumbo económico y a dar resultados concretos en la recuperación del poder adquisitivo, de cara a los comicios 2023.

 

 

El Ministerio de Economía tenía cerrado el anuncio el jueves por la tarde y lo había agendado para el viernes, en la antesala del vuelo de Massa a Washington. El jefe de Frente Renovador quería cruzar la frontera de Estados Unidos con las reservas del Banco Central engrosadas. Pero el atentado contra Cristina Kirchner alteró los planes. Massa y la vicepresidenta hablaron el jueves por la noche y decidieron seguir adelante con la hoja de ruta del viaje. El ministro también conversó con el presidente Alberto Fernández. Entre los tres definieron que el anuncio se haría el domingo por la noche, horas antes de la partida de la comitiva oficial.

 

Además de focalizarse en el fortalecimiento de reservas, el discurso de Massa dio respuesta a uno de los reclamos más persistentes del cristinismo: la necesidad de atender las necesidades urgentes de los sectores más vulnerables de la sociedad. El ministro había comprometido esa decisión en privado, en diálogo con la senadora Juliana Di Tullio, que presentó en agosto un proyecto de ley de refuerzo de ingresos para reducir la indigencia, mediante la creación de una prestación monetaria mensual para las personas que no alcanzan la canasta básica alimentaria de un adulto. También había dialogado con el líder de Patria Grande, Juan Grabois, que este domingo anunció que finalmente su agrupación no abandonará los bloques del Frente de Todos en el Congreso, luego del ultimátum que le había lanzado al titular de Economía.

 

Grabois abogaba por la creación de un Salario Básico Universal, algo que Massa enseguida descartó de plano por falta de recursos. En tanto, en el decreto que dispuso el programa de incremento exportador, estableció la creación de un fondo que tendrá la finalidad de financiar “una prestación monetaria extraordinaria no contributiva y de alcance nacional que asegure una adecuada alimentación para las personas en situación de extrema vulnerabilidad”. Según pudo saber Letra P, alcanzaría para el financiamiento de tres meses del proyecto de Di Tullio, que representa un 0,09% del PBI en lo que queda del año. Sería, al menos, una medida massista para paliar la urgencia mientras la economía se acomoda. Este lunes, Patria Grande, que había criticado en duros términos el plan M, celebró el anuncio del ministro.

 

Pero el ministro sabe que tiene otras demandas que atender. La semana pasada, Massa recibió un respaldo contundente por parte de Máximo Kirchner y del secretario general de La Cámpora, Andrés Larroque. “Está reacomodando el desastre que dejó Martín Guzmán”, dijo Kirchner cuando le consultaron por el ajuste del ministro. El diputado también apuntó que hay que ir “recuperando el poder adquisitivo”, un reclamo que CFK hizo varias veces en público, en tiempos del extitular de Hacienda.

 

En ese sentido, el cristinismo valoró como positivo el anuncio de un bono de refuerzo para jubilados que Massa hizo en agosto, y que se suma a la suma al aumento en las asignaciones familiares. En tanto, si bien el sector ligado a la vicepresidenta resistió el aumento de las tarifas de los servicios públicos de gas, luz y agua, coincide con el massismo que el anuncio de la medida tiene “consenso social” y al estimar que el impacto no será tan duro en la clase media y baja.

 

Sobre la mesa de negociación del toma y daca quedará, todavía, la discusión sobre la necesidad de otorgar un bono para los trabajadores formales que pueda compensar los efectos de la inflación. El kirchnerismo presiona por el otorgamiento de una suma fija, cercana a los 30 mil pesos, que tenga un impacto inmediato en los bolsillos. Pero la idea no convence a la CGT, que impulsa la reapertura de las paritarias para los casos en los que la inflación supere lo convenido. En el Gobierno se inclinan más por la mirada de la central obrera.

 

A eso se sumarán medidas que Massa anunciará a su regreso de Estados Unidos junto al secretario de Economía del Conocimiento, Ariel Sujarchuk. Uno será el dólar tecno, que buscará aumentar las exportaciones de empresas tecnológicas, y el monotributo tech, que apuntará a seducir con mejores condiciones a profesionales que facturan sus servicios basados en el conocimiento al exterior. Para la clase media también salió la tercera edición del plan PreViaje.   

 

Por lo pronto, la pelea central sigue siendo la misma: la inflación. Massa logró convencer a Cristina Kirchner de que no hay una receta mágica para encaminar la economía. Como argumento enumera un conjunto de medidas que logará alinear variables que redundarán, finalmente, en una mejora del poder adquisitivo de la clase media y baja, corazón del electorado del Frente de Todos. “Primero ordenamos, después repartimos”, repiten como mantra en Hacienda. El cristinismo se entusiasma con que la inflación empezará a ceder y en 2023 habrá resultados para mostrar, aún con el ajuste que Massa vende como ordenamiento.

 

Massa y el presidente del Frente Renovador, Diego Giuliano, uno de los diputados de Unión por la Patria que se desmarcó en las votaciones. 
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