TODOS CONTRA TODOS

Malvinas, la OTAN y los filosos mensajes de la canciller Cristina

Denunció “el doble estándar de las potencias" y evidenció nuevas diferencias con el Presidente. Defensa de China y misil por el voto contra Rusia en la ONU.

La vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner le tomó por un rato el despacho al canciller, Santiago Cafiero, y bajó línea dura en materia de política exterior -más dura que la que sostiene el Gobierno- al acusar a las grandes potencias de “no respetar el derecho internacional” y al denunciar “la ocupación por la fuerza” que ejerce el Reino Unido sobre las Islas Malvinas. “La (Organización del Tratado del Atlántico del Norte) OTAN nos puso una base (militar) en Malvinas”, aseguró la exmandataria.

 

Lo hizo en el marco de la inauguración de la Asamblea Parlamentaria Euro-Latinoamericana (EuroLat) en el Centro Cultural Kirchner (CCK), donde también criticó “el doble estándar de las potencias que se creen por encima de los países” y que “no respetan el derecho internacional”. “La ocupación por la fuerza de Malvinas encuentra al Reino Unido apoyado por otras potencias que, cuando no les conviene apoyar una invasión, la rechazan y, cuando les conviene porque son sus aliados, está todo bien”, manifestó con relación a la guerra desatada por Rusia en Ucrania, que generó el rechazo de los Estados Unidos y Europa, actores internacionales que no reconocen la soberanía argentina sobre las Islas por apoyar la ocupación inglesa.

 

En este sentido, aseguró que el mundo necesita “normas de derecho internacional que sean respetadas por todos” y destacó que sería “una gran idea” que todos los países cumplieran con las “resoluciones de las Naciones Unidas (ONU)” ya que, disparó, “de los cinco países con silla permanente y derecho a veto que conforman el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (CSNU) -China, Francia, Rusia, Reino Unido y Estados Unidos- todos salvo China no han respetado las normas de derecho internacional”.

 

En momentos en los que las relaciones internacionales registran una profundización de la bipolaridad entre Washington y Pekín por la hegemonía política y económica del sistema internacional, sus declaraciones pueden impactar de forma negativa en la Casa Blanca, un actor fundamental para Buenos Aires luego del refinanciamiento de la deuda externa firmado con el Fondo Monetario Internacional (FMI).

 

De esta manera, la vicepresidenta volvió a aparecer en público luego de que el acuerdo con el FMI detonara la interna del Frente de Todos (FdT) a raíz de su oposición a lo firmado por el ministro de Economía, Martín Guzmán. Su aparición no fue casual, ya que lo hizo en un ambiente internacional, un área del Gobierno en la cual se siente cómoda. Por ejemplo, su último discurso también fue en este marco, al conmemorar los 40 años del inicio de la Guerra de Malvinas, y en enero viajó a Honduras para presenciar la asunción como presidenta de su amiga, Xiomara Castro.

 

A pesar de no apuntar directamente contra el presidente Alberto Fernández, sus dichos sobre “el doble estándar de las grandes potencias” también evidencia la poca sinfonía que existe en la dupla presidencial ya que la semana pasada el jefe de Estado instruyó a Cafiero para que la Argentina votara a favor de la suspensión de Moscú en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU.

 

Esta decisión choca con la denuncia hecha por CFK por las ocupaciones que las “grandes potencias” rechazan cuando “no les conviene” y con los sectores más duros de la alianza gobernante que denuncian el silencio internacional alrededor de las ocupaciones o las violaciones a los derechos humanos cometidas por potencias occidentales, como el Reino Unido y los Estados Unidos.

 

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