La bajante del río Paraná no solo tiene consecuencias ambientales y sociales sino también económicas. En enero los niveles de agua llegaron a cifras históricas y afectaron aún más la logística portuaria del Gran Rosario en plena cosecha de trigo. Ante este escenario, entidades agroindustriales pidieron que se incrementen las tareas de dragado para evitar mayores complicaciones en el principal canal de exportación de la Argentina.
La Bolsa de Comercio de Rosario informó que durante el último mes, con una altura del río promedio de -0,15 metros, los 160 buques que embarcaron granos, harinas y aceites vegetales, promediaron una carga de 29.084 toneladas, “el tonelaje más bajo del que se tenga registro y casi un 11% por debajo de la carga promedio de enero de 2021, cuando ya se padecía este inconveniente”.
En ese contexto, la entidad rosarina, la Cámara de Actividades Portuarias y Marítimas (CAPyM) y la Cámara de Puertos Privados Comerciales (CPPC) solicitaron al interventor de la Administración General de Puertos (AGP), José Beni, que se “mantengan los trabajos de aseguramiento de la profundidad de navegación a 34 pies de la Vía Navegable Troncal (VNT), más conocida como hidrovía, y sobre todo de los denominados ‘pasos críticos’ que se encuentran entre los kilómetros 460 y 330 del Río Paraná, que por la referida emergencia dicha profundidad se ha perdido”.
En el escrito, resaltaron que “el dragado de mantenimiento solicitado en el tramo antes mencionado permitiría morigerar en alguna medida la menor cantidad de carga que están transportando los buques y cuyo costo se traslada a través de toda la cadena de comercialización, impactando directamente en el bolsillo de los productores”.
La logística se complicó a partir de mediados del año pasado, cuando el Ministerio de Ambiente de la Nación planteó cuestionamientos sobre el dragado a la subsecretaría de Puertos y Vías Navegables, que ordenó limitar esas tareas. Por ese motivo, las empresas agroexportadoras pasaron a completar la carga de buques en los puertos del sur bonaerense, como Bahía Blanca y Quequén, donde el año pasado pasaron 39 buques más que en 2020.
En ese sentido, las entidades piden evitar los traslados de carga hacia los puertos del sur bonaerense mediante el uso de camiones, que implica un traslado de 700 kilómetros desde las zonas de cosecha, con mayores costos y otro tipo de impacto ambiental.
Según precisaron “el área bajo mantenimiento de dragado es un poco más del 10% de la longitud del río (en los lugares llamados “pasos”) y el canal de navegación de 116 metros tiene un ancho de solera del orden del 10% del ancho del río, por lo cual el área impactada es algo más del 1% de la superficie del río”.
Por último, señalaron que “buena parte del resto de los tramos (llamados “entrepasos”), tienen profundidades iguales o mayores a 34 pies”. Subrayaron también que “es fundamental que se prorrogue el “Estado de Emergencia Hídrica” hasta que el sistema vuelva a los niveles de referencia de los últimos 50 años”.
“Habría que realizar un seguimiento muy de cerca de las profundidades en los pasos críticos, para que se mantengan lo más próximo posible a los 34 pies de navegación (al que se le debe agregar al menos 2 pies de margen de seguridad. También hay otros márgenes técnicos a considerar como los de dragado, de sedimentación, de error batimétrico, oleaje, entre otros)”, concluyeron.
Sobre la altura del río, la Bolsa de Comercio de Rosario precisó que el mejor escenario proyecta terminar febrero con 0,75 metros y marzo con 1,79, cuando en los últimos diez años los promedios de altura para estos meses son 3,39 y 3,22 metros respectivamente. “Aún en el caso de cumplirse estos escenarios de mejora, la carga promedio podría caer por debajo de las 28.000 toneladas este mes, de acuerdo con estimaciones preliminares de embarques”, detallaron.