Maquinaria evangélica y política, un entramado que crece en todo el país
Los pastores permean el mapa opositor. Las condiciones de Hotton. Rosca en Santa Fe y nueva derecha entrerriana. Chispazos en JxC por bendiciones electorales.
El modelo brasileño de influencias de las organizaciones evangélicas comienza a expandirse como una mancha de aceite en las estructuras partidarias argentinas, aunque todavía sin la incidencia que posee en el país vecino. La urgencia de las agrupaciones políticas por contar con el considerable porcentual de votos que traccionan las feligresías cristianas, sumado al interés de la dirigencia religiosa por configurarse en factor de poder para propiciar cambios sociales, conforman un circuito que se retroalimenta a fuerza de necesidades.
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A fines de noviembre, en el contexto de la visita a Buenos Aires del predicador evangélico internacional Andrés Palau, hijo del fallecido pastor Luis Palau, Larreta autorizó a la Alianza Cristiana de Iglesias Evangélicas de la República Argentina (Aciera) a cortar el tránsito en la avenida Figueroa Alcorta y Dorrego un viernes en el inicio de un fin de semana largo, para el Festival de la Familia BA2022 que reunió –según los organizadores- a más de 200 mil personas en los bosques de Palermo.
En la antesala de ese evento y tras una recorrida protocolar de Palau que incluyó al jefe de Gabinete Juan Manzur, al gobernador bonaerense Axel Kicillof y al intendente platense Julio Garro; el diputado Diego Santilli mantuvo un encuentro con referencias evangélicas nacionales que levantó suspicacias y expuso aún más la pica entre Larreta y Macri por el nombre del candidato a la gobernación bonaerense. Fuentes religiosas contaron a Letra P que unos días antes Macri intentó que la cúpula evangélica bendijera la postulación de Cristian Ritondo. La negativa fue contundente de parte de al menos dos referentes de la Aciera, los pastores Osvaldo Carnival y Jorge Sennewald. La respuesta al expresidente, dando a entender que la bendición evangélica era para el Colorado, llegó hasta los despachos de Larreta en el barrio porteño de Parque Patricios.
Müller, quien levanta la bandera celeste de la defensa de “las dos vidas”, contraria al derecho al aborto; intenta consolidar el futuro de su fuerza partidaria mediante un diálogo abierto a otros sectores. En este camino, avisa que su vocación es “provincial” y que su aspiración es formar la nueva derecha entrerriana. “Somos personas de Entre Ríos y nos conocemos entre todos, nuestros orígenes, familia y siempre estuvimos en nuestra provincia”, definió en declaraciones a ElOnce.