¡QUÉ PODER TIENE EL DINERO!

Por la plata, bailan

En la pelea con la Corte, 13 gobernadores y una gobernadora corrieron al encuentro del Presidente. Hace ocho días lo habían dejado solo en el altar.

Por la plata baila el mono es un axioma acuñado por el dominicano Wilfredo Vargas en 1949, cuando editó la canción que, con ese título, dejaría una huella en el acervo popular hispanoparlante. "¡Pero qué poder tiene el dinero!", cantaba el inventor del merengue.

 

Por la plata bailaron las autoridades provinciales que corrieron a los brazos del Presidente ocho días después de dejarlo dramáticamente solo en el altar que montó en el Parque Colón para reivindicar sus primeros tres años de gobierno.

 

Este jueves, 24 horas después de conocido el fallo de la Corte que beneficia a la Ciudad de Buenos Aires en la pelea por los recursos federales que la Nación coparticipa a la Capital y a las 23 provincias, diez mandatarios respondieron a la convocatoria presidencial y se costearon hasta Balcarce 50: Axel Kicillof (Buenos Aires), Raúl Jalil (Catamarca), Gildo Insfrán (Formosa), Osvaldo Jaldo (Tucumán), Gustavo Bordet (Entre Ríos), Sergio Uñac (San Juan), Ricardo Quintela (La Rioja), Gerardo Zamora (Santiago del Estero), Mariano Arcioni (Chubut) y Sergio Ziliotto (La Pampa). Además, dijeron presente virtual Alicia Kirchner (Santa Cruz), Jorge Capitanich (Chaco), Oscar Herrera Ahuad (Misiones) y Gustavo Melella (Tierra del Fuego).

 

 

De la liga de las provincias que podrían encuadrarse como oficialista solo faltaron el impredecible puntano Alberto Rodríguez Saá y el santafesino Omar Perotti, cada vez más lejos del Gobierno y cada vez más cerca del cordobés Juan Schiaretti, otro peronista núcleo enjabonado.

 

Al amigo Horacio, obvio, no lo invitaron y tampoco a sus correligionarios de Juntos por el Cambio, el mendocino Rodolfo Suárez, el correntino Gustavo Valdés y el jujeño Gerardo Morales. El neuquino Omar Gutiérrez, la rionegrina Arabela Carreras y el salteño Gustavo Sáenz, figuras del provincialismo basculante, tampoco fueron de la partida. 

 

Resistiendo sin aguante

Así tituló Sebastián Iñurrieta su nota del 14 de diciembre para contar las penurias del Presidente, que ese día celebró el tercer aniversario de gestión en una soledad relativa estruendosa.

 

"Dos días después de haberse congregado para presentarse como polo de poder en la discusión 2023, la Liga de las provincias también aportó poco -prácticamente nada-. Sólo estuvo el tucumano Osvaldo Jaldo", apuntó en ese artículo.

 

Cierto: ese acto fue improvisado en medio del fervor mundialista y con delay, porque la fecha que conmemoraba el jefe de Estado era el 10 de diciembre y no el 14.  

 

Cierto II: Alberto Fernández hizo todos los deberes para ser el presidente menos líder que recuerden el peronismo y su verticalismo congénito.

 

Flaco de origen por haber sido un producto de la chistera de Cristina Fernández de Kirchner, se presentó como "el porteño más federal" -acaso preveía que con el kirchnerismo no iba a contar y abría sus brazos al peronismo más pejotista de las provincias-, pero nada hizo después para anabolizar su poder de adentro hacia afuera, en tanto ensayaba arrestos de autonomía en la gestión de gobierno pero sin animarse a construir el ismo que el albertismo nonato se ofrecía a edificar.

 

Sin el pan y sin la torta, el Presidente está solo, salvo cuando hay plata de por medio. Entonces sí baila el mono.

 

El fiscal de Reconquista, Aldo Gerosa, al borde de la destitución. 
Osvaldo Fernández y Rogelio Frigerio.

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