LETRA P EN SAN PABLO

Por qué más Bolsonaro, por qué de nuevo Lula: habla la calle en el corazón de Brasil

Rechazo de la base bolsonarista al eje bolivariano y al comunismo. Cruzada del PT en defensa de la democracia y la Amazonía. Una ciudad en tensa calma.

SAN PABLO (Enviado especial) La importancia geográfica, política y económica de esta ciudad es indudable para Brasil, como lo es el ballotage presidencial de este domingo, una parada histórica para el futuro del gigante sudamericano que, de todas maneras, no se percibe en las rúas de esta metrópolis. La avenida Paulista, uno de sus centros neurálgicos, no evidencia la polarización que existe a nivel nacional ni muestra símbolos proselitistas mientras los autos y las bicicletas circulan sin mayores problemas. 

 

Uno de los sectores más devotos de Bolsonaro es el vinculado al transporte. Las banderas brasileñas que decoran los camiones, que sobresalen de las ventanillas o visten los capots de los autos son parte del paisaje paulista. Wilson es un trabajador de una estación de servicios de las afueras de San Pablo y este domingo votará por el presidente porque “Lula ya tuvo su oportunidad y robó” y porque, además, “es amigo de Nicolás Maduro, Daniel Ortega y Cuba”. “En vez de hacer obras acá, las hizo con sus amigos comunistas, ¿Para qué? ¿No somos importantes?”, dice. Uno de los spots de campaña del oficialismo que inunda la televisión muestra el mismo mensaje: la política exterior de los gobiernos del PT hoy le pasa factura a Lula. 

 

Las bases del PT esperan la llegada del sábado, cuando Lula cerrará su campaña con una caminata por la Avenida Paulista junto a su candidato a gobernador, Fernando Haddad, quien disputará el poder subnacional contra el candidato oficialista, Tarcísicio Freitas. Ante la falta de actos, la militancia petista se muestra en público con los tradicionales stickers pegados a la ropa. Guilherme tiene 21 años, estudia en una universidad pública, usa el pelo largo y un adorno del exlíder sindical pegado a la campera. Aclara que no es militante, pero que promueve su candidatura porque “está en juego la democracia y la Amazonía”. “No podemos seguir con un gobierno autoritario que destroza el medioambiente y odia al pueblo”, explica.

 

Las nuevas actividades laborales y económicas vinculadas a Internet, como las empresas de delivery, también muestran una predicción por Bolsonaro, en parte por el discurso de meritocracia y emprendedurismo que promueve el jefe de Estado contra los “vagos” del Estado. “Lula es un criminal y el PT es una banda criminosa”, asegura Jonathan, un joven flaco y alto que hace entregas con su bicicleta y también repudia la ayuda del expresidente a países del eje bolivariano. “Si los países limítrofes necesitan ayuda, los ayudamos, pero ¿por qué les tenemos que dar plata si no la necesitan? Nosotros también la necesitamos”, sostiene. No por nada el lema del oficialismo es “Brasil encima de todo, Dios encima de todos”. 

 

Sobre una de las veredas de esta ciudad, Camila vende artesanías. En su puesto, que consta de una simple mesa de madera, una gorra que dice Lula 2023 resalta entre anillos, collares y aros. “¿Cuánto cuesta?”, le pregunta una mujer. “No está a la venta”, aclara esta vendedora que siempre votó por el exsindicalista porque él “es del pueblo”. “Robó, pero les robó a ellos para darnos a nosotros”, dice mientras empieza a levantar la voz. “Antes, con el Bolsa Familia (un programa de ayuda social), me alcanzaba para vivir, ahora no me alcanza para nada, ¿Qué tengo que hacer?”, se pregunta. Para ella, el gobierno de Bolsonaro fue una “porquería” y el tratamiento de la pandemia de covid-19 fue “criminal”. “Perdí a familiares y a amigos por el covid que él llamó gripezinha”.

 

Felipe camina seguro por las calles de esta ciudad, su figura se impone sobre la vereda. Es alto y viste una camiseta de la selección de fútbol apretada en sus pectorales y sus bíceps. En el cuello lleva una cadena con una cruz. Es militar, habla tres idiomas y en su casa tiene dos pistolas. “El ejército y Lula son incompatibles”, explica y cita el lema del bolsonarismo: “Brasil encima de todo, Dios encima de todos”. Su apoyo al presidente se debe, explica, por la defensa nacional que promovió el jefe de Estado y por los fondos que destinó a las Fuerzas Armadas, algo que también hizo en el pasado el PT; pero, critica, la izquierda lo hizo para “asegurarse votos”, mientras que Bolsonaro lo hizo “porque de verdad lo siente”

 

Ante las preguntas de Letra P, Patricio habla con cuidado. “Tengo un jefe bolsonarista”, explica. Trabaja como empleado público del ahora extinto Ministerio de Cultura, una de las carteras que Bolsonaro degradó y fusionó con otras estructuras del Estado. “Este presidente está matando la cultura de nuestro país”, afirma este joven con rulos y anteojos redondos y estructura metálica que pide “cuidar la democracia” porque, advierte, “si gana Bolsonaro, no hay regreso”. “Es un tirano”, completa.

 

En la previa del fin de semana, las calles de esta ciudad esperan dos resultados. El primero, el de la final de la Copa Libertadores de este sábado, que enfrentará al Atlético Paranaense y al Flamengo, este último, uno de los equipos más populares del país que, si bien es de Río de Janeiro, cuenta con una importante torcida paulista. El segundo, el del ballotage del domingo, que definirá el futuro del país. Hasta entonces, la ciudad espera en una tensa calma.

 

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