SAN PABLO (Enviado especial) En el ballotage de este domingo se enfrentarán el presidente Jair Bolsonaro y el candidato por el Partido de los Trabajadores (PT), Luiz Inácio Lula da Silva, en las que serán las elecciones más importantes del gigante sudamericano desde la recuperación de la democracia. Ante la trascendencia que tienen estos comicios para el futuro del país, los dos líderes que competirán por ocupar el Palacio de Planalto buscaron robustecer sus campañas con sectores que no lograron superar la primera vuelta, que, de todas maneras, se convirtieron en actores fundamentales a la hora de convencer al electorado que componen 156 millones de personas.
A pesar de las diferencias que manifestaron con Lula, las dos principales fuerzas que no lograron sortear la primera vuelta manifestaron su apoyo al líder del PT. La candidata del Movimiento Democrático Brasileño (MDB), Simone Tebet, que llegó al 4,16% con casi cinco millones de votos, y el líder del Partido Democrático Laborista (PDT), Ciro Gomes, que reunió al 3% gracias a cuatro millones de sufragios, lo anunciaron en la previa de la nueva campaña electoral que terminará este domingo. El 7% que reunieron se pierde ante el 91% que juntaron Bolsonaro y Lula, pero son fundamentales en la nueva distribución y ante la necesidad de ampliar las bases electorales para conquistar la victoria final.
En política una cosa es lo que decida la dirigencia de un partido y otra distinta lo que decida su base, porque no hay una relación directa entre una y la otra. Ante esta posibilidad, Tebet y el PDT decidieron participar activamente en la nueva campaña de Lula. La excepción fue (una vez más) la de Gomes, quien pasó al anonimato desde principios de mes. Durante las últimas semanas, Tebet se mostró junto al líder del PT, participó con él en diversos actos e, incluso, apareció en distintos spots de campaña en los que promovió su apoyo para “defender la democracia” y acabar con el gobierno de Bolsonaro. “A pesar de las diferencias, lo que nos une es algo mucho mayor: la democracia y el futuro de nuestro país”, dijo a través de sus redes sociales. Su apoyo le brinda al expresidente la posibilidad de ampliar los votos de las mujeres, uno de los sectores electorales clave para las elecciones de este domingo.
En diálogo con Letra P, Carlos Lupi, el presidente nacional del PDT, explicó la decisión de apoyar al candidato opositor porque el país está “enfrentando a un gobierno de derecha, discriminatorio, que claramente está generando preocupación”. “Es la elección más importante de la democracia desde 1989”, agregó y aseguró que su coalición trabaja “para barrer a Bolsonaro de la historia de Brasil”. Sin la presencia de su último candidato a presidente, el PDT también participó de la nueva campaña del PT y se mostró en distintas ciudades del país con Lula.
A la candidatura de Lula se sumó, además, la de su exministra y diputada electa, Marina Silva, una líder ambiental evangelista que, si bien ya no tracciona tantos votos como antes, permite ampliar el discurso de la campaña hacia la defensa de la Amazonía, las mujeres y la libertad de religión, temas que han tomado relevancia durante las últimas semanas. También lo hizo el expresidente Fernando Henrique Cardoso (FHC), el responsable del plan Real que acabó con la inflación en Brasil a fines del siglo pasado, lo que le permitirá al PT acercar posiciones con los centros de poder económicos aún reacios a un posible nuevo gobierno. “En estas elecciones no hay dudas. Voto a Lula porque mejorará nuestras vidas”, dijo a pocos días de las elecciones a través de su cuenta de Twitter.
En la previa del ballotage, las encuestas muestran que las apuestas le estarían dando buenos resultados al PT. Según un sondeo de Atlas, el 69,6% de las personas que votaron por Tebet ahora lo harían por Lula y solo el 18,2% lo harían por Bolsonaro. Con respecto a Gomes, el 51,3% elegiría a la oposición contra el 41,6% que optaría por el oficialismo. Además, otro hecho genera sonrisas en la campaña del exlíder sindical: en la primera vuelta el PDT obtuvo menos votos de los que se esperaba y el presidente más, es decir, la transferencia de votos de Gomes hacia Bolsonaro ya se realizó, por lo que se cree que el electorado que al final ostentó se volcaría por el expresidente, de quien el propio Gomes fue su ministro.
Por su parte, Bolsonaro apostó a los gobiernos subnacionales, a las redes sociales y a presentar su candidatura como una cruzada contra el sistema. El gobernador de San Pablo, Rodrigo Garcia, le manifestó su apoyo a pesar de la resistencia de su partido y lo mismo hizo el líder de Minas Gerais, Romeu Zema. Además, Cláudio Castro, un aliado suyo, ganó con comodidad en Río de Janeiro. De todas maneras, los sondeos de opinión no le son favorables. En primera vuelta, Lula se impuso en territorio mineiro con el 48% contra el 43% de Bolsonaro y, según un estudio de Genial Quaest, el 68% del electorado no cambiará su voto, por lo que se anticipa un final similar al que ya ocurrió.
Al mismo tiempo, el jefe de Estado apostó por las redes sociales, un espacio en el que se impone con holgura sobre el PT. Durante el último fin de semana su campaña gastó 680 mil dólares solo en YouTube, todo un récord para la historia democrática de este país. Además, realizó una transmisión por streaming de 22 horas (el número de su boleta) con importantes figuras, como Neymar Junior, quien aseguró: “Brasil campeón del mundo, Bolsonaro presidente y todos felices”. Luego de la primera vuelta también se mostró con cantantes de música sertaneja, uno de los géneros más populares del país, entre los que estuvo el famoso Gusttavo Lima.
Este domingo se define el futuro del país en la elección más importante de los últimos 40 años y cualquier apoyo, venga de donde venga, es bienvenido por los candidatos.