SAN PABLO (Enviado especial) Con más del 99% de las mesas escrutadas, el candidato del Partido de los Trabajadores (PT), Luiz Inácio Lula da Silva, ganaba las elecciones presidenciales de Brasil con el 48,21% de los votos y, si bien derrotaba al presidente Jair Bolsonaro que quedaba segundo con 43,39%, no logró el batacazo que esperaba y comenzará el camino hacia la segunda vuelta electoral del 30 de octubre con el pie izquierdo. A las 21.30, el Tribunal Superior Electoral confirmó que habrá ballotage. El excapitán del Ejército realizó una elección mejor de la que pronosticaban las encuestas en la previa y partirá con un piso electoral muy importante y alto para un mandato desgastado por la crisis económica, la pandemia de covid-19 y la polarización.
Además de la buena elección a nivel nacional, Bolsonaro consiguió buenos resultados en los estados más importantes del país. En Río de Janeiro, su bastión y de donde creció como político, su candidato a gobernador, Claudio Castro, conseguía el 57% de los votos y se imponía en primera vuelta contra el elegido por el PT, el intelectual Marcelo Freixo. En Minas Gerais, el estado más grande a nivel territorial, su elegido, Zema, hacía lo propio con el 57% contra el 33% de Kalil. En San Pablo, donde supo Lula da Silva como líder, Tarcísio Gomes de Freitas -un hombre que no vivió en este estado- se imponía primero con el 43% contra el 34% de Fernando Haddad, el hombre del PT que se encamina a una derrota segura en doble turno.
Bolsonaro comenzó el escrutinio con casi el 49% de los votos, pero a medida que se cargaron los resultados Lula, que llegó a la elección como favorito, fue descontando la diferencia y pasó al frente. Para ganar en primera vuelta, los candidatos debía alcanzar el 50% de los sufragios. Ahora, en un país profundamente polarizado, ambos deberán medirse en un mano a mano con un resultado impredecible.
La campaña del Partido de los Trabajadores (PT) cree que hubo un "voto silencioso" a favor del presidente Bolsonaro que no detectaron las encuestas, que le daban a su candidato entre el 50 y 51 % de los votos. El equipo de campaña de Lula se encontraba en el hotel Novotel Jaraguá de San Pablo siguiendo el escrutinio y estaba previsto que el candidato del PT ofrezca un discurso después de las 21.
Según pudo recopilar Letra P por diferentes centros de votación del centro de esta ciudad y de la periferia paulista, mucha gente acudió a las urnas, lo que anticipa una alta participación ciudadana. Según autoridades electorales, la población que ejerció su derecho al voto este domingo superaría los registros de 2018, cuando llegó al 79%. La jornada, que transcurrió sin mayores incidentes, se caracterizó por la gran afluencia de ciudadanos, en su mayoría ataviados con ropa verde y amarilla o roja, según fueran simpatizantes de Bolsonaro o Lula, que convivieron en paz en las largas filas formadas frente a los colegios.
El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, votó este domingo en una escuela de Río de Janeiro y dijo que "unas elecciones limpias deben ser respetadas", esquivando varias veces la pregunta de si aceptará una eventual derrota frente a su rival Luiz Inácio Lula da Silva.
El mandatario de extrema derecha, que busca ser reelecto, llegó al centro de votación en el barrio Villa Militar 50 minutos después de la apertura de las mesas, escoltado por una caravana de seis autos negros y con la camiseta de Brasil puesta. "Unas elecciones limpias deben ser respetadas", dijo, pareciendo insinuar que sólo reconocerá los resultados si considera que el proceso, que es supervisado por observadores internacionales, fue transparente. "Que gane el mejor", agregó el mandatario, de 67 años.
El mandatario y candidato del Partido Liberal, dijo "estoy tranquilo, en primer turno (...) confiado". Ya ha dicho que está convencido de que ganará con 60% de los votos y evitará el ballotage del 30 de octubre a despecho del fallo previo de los sondeos que no visualizan ese panorama.
La votación de Lula
En el mismo lugar en el que hace cuatro años fue detenido, São Bernardo do Campo, el expresidente y actual candidato del Partido de los Trabajadores (PT), Luiz Inácio Lula da Silva, votó en las elecciones nacionales que se desarrollaban este domingo en Brasil en las que busca derrotar al actual jefe de Estado Jair Bolsonaro y volver al Palacio de Planalto. “Es la elección más importante de mi historia”, declaró.
"Hace cuatro años no pude votar por una mentira que se instaló en este país y hoy estoy acá votando para intentar volver a ser presidente, para intentar que este país vuelva a la normalidad y nunca más tener un presidente que trate al país sin respeto", aseguró en conferencia de prensa luego de sufragar. Estuvo acompañado de su esposa, Janja, y la presidenta del partido, Gleisi Hoffman, quienes vistieron remeras de la campaña, ya que, la ley electoral local, no prohíbe la muestra de insignias partidarias en los centros de votación.
Con el mismo tono de su campaña, Lula da Silva aseguró que el país no quiere “más odio” ni “discordia” y que, por el contrario, busca un país “con esperanza que pueda producir y construir su propio futuro”. Además, recordó las contiendas electorales que protagonizó durante las últimas décadas, pero dijo que ninguna fue tan importante como la de este domingo, donde busca destronar al ultraderechista Bolsonaro.