PERONISMO PARA ARMAR

¿Alberto 2023 o no? Fernández pidió interna para Todos, pero ofreció bajarse

El Presidente dejó abiertas todas las opciones: que no lo dejen afuera, pidió, pero abrió la ducha del baño de humildad. El FdT, un invertebrado haciendo eses.

¿Sí o no, Alberto? En el marco del ciclo de entrevistas Navarro con Todos, el presidente Fernández dejó mensajes sobre su futuro electoral que resultan un gran aporte a la confusión general en la que el Frente de Todos se encamina a unas elecciones presidenciales que tienen toda la pinta de un partido chivísimo para el oficialismo: acaso en respuesta al diputado Máximo Kirchner, pidió "un debate interno democrático y sin exclusiones", pero, también, ofreció autoexcluirse de la pelea por la candidatura presidencial del año que viene si con eso ayuda a la coalición oficialista a "ganar" en las urnas.

 

"Quiero que seamos capaces de hacer un debate democrático interno sin exclusiones y respetándonos", dijo el mandatario en diálogo con El Destape 48 horas después de que, en el mismo espacio de confort del oficialismo, el jefe del PJ bonaerense dijera que "el peronismo no tiene candidatos" para la Casa Rosada 23-27 y que es "por lo menos extraño" que un presidente en ejercicio se mida con otras figuras de su espacio en una competencia interna para definir candidaturas.

 

El Presidente habrá acelerado los corazones de la microtropa que todavía lo alienta a competir por un segundo mandato, pero la emoción no habrá durado más que un suspiro. "Si para ganar me tengo que excluir, me excluyo", abrió el Presidente la ducha de un eventual autobaño de humildad. "Soy parte de un proyecto colectivo", se golpeó el pecho.

 

Después de las declaraciones del hijo de la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, se produjo una minibatalla entre figuras del Frente de Todos que siguen reportando al Presidente y otras que fichan en las filas cristinitas.

 

El ministro de Seguridad, Aníbal Fernández, dijo que jamás jugaría en contra de un presidente peronista con chances al menos legales de pelear la reelección y desafió al kirchnerismo a competir en las PASO. Del otro lado, la senadora bonaerense Teresa García, íntima de CFK, sentenció que "la sociedad ya le dijo no" a la reelección del jefe de Estado, aunque omitió exponer la base científica de semejante diagnóstico.

 

Si las declaraciones del Presidente no sirven para despejar los nubarrones que impiden ver su futuro en términos electorales, tampoco el kirchnerismo ha aportado más que a la incertidumbre de la que dio cuenta Marcelo Falak en su columna dominical de hace diez días, titulada Volver a 2003: desde entonces, cuando el peronismo presentó tres ofertas tras el estallido del sistema de partidos provocado por el clamor popular a que se fueran todos, no ha habido un escenario preelectoral con tan pocas certezas.

 

Como viene contando Letra P, el kirchnerismo venía dándole temperatura al operativo CFK 2023, pero el mismísimo primogénito de la vicepresidenta le echó un balde de cubitos a ese proceso cuando dijo que no ve a su madre candidata. Horas después, el gobernador de Buenos Aires, Axel Kicillof, también hijo aunque político de Cristina, volvió a echarle fuego al asado. "A mí me gustaría que fuera Presidenta", atizó.

 

¿Y Sergio Tomás? Massa cuenta las horas. Como contó Gabriela Pepe este domingo, el superministro de Economía corre contra el tiempo para tratar de llegar a mayo del año que viene, momento de definiciones, con la inflación convertida en una flecha descendente. ¿Va o no va? No sabe ni contesta. Mientras tanto, en la madrugada de este miércoles, sacó adelante un partido que el año pasado había perdido: su querida Cámara de Diputados aprobó su proyecto de Presupuesto 2023. Pará, pará, pará, que la victoria no fue completa: la oposición le bajó de dos hondazos el pago de Ganancias por parte de los jueces y los superpoderes para muñequear, sin pasar por el Congreso, las retenciones, fuente inestimable de lechuga para las reservas. 

 

Más aportes para la confusión general. Su socio Máximo recordó que Massa dijo que -en este campo minado para el oficialismo- no está para los trotes de la carrera a Balcarce 50, aunque lo elogió: qué está "administrando las consecuencias" de la gestión Guzmán, el más malo en este lío, y que conoce los resortes del Estado mucho más que el hincha de Gimnasia. ¿Que vaya, entonces? Pará, pará, pará, que este miércoles la Jefa le sacó doble amarilla al superministro con un hilo áspero de tuits en el que considera "inaceptables" los aumentos de las prepagas, el último, autorizado por... Sergio Tomás. ¡Shit!

 

A esta altura del campeonato, con todo el mundo en veremos, el Frente de Todos es un invertebrado que se desliza haciendo eses y dando vueltas como laucha en un fuentón, como un borracho que no se acuerda dónde queda la casa. El problema máximo, como apuntó Falak en la edición de este martes de desPertar, el newesletter de Letra P, es que tampoco el proyecto es el candidato, como en 2015, cuando Daniel Scioli era el crédito vergonzante del kirchnerismo y había que esconderlo detrás de la épica colectiva de un proceso política que entraba a boxes.    

 

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Osvaldo Fernández y Rogelio Frigerio.

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