CUMBRE EN BUENOS AIRES

Fernández, presidente de la CELAC: protagonismo regional y tensión con EEUU

El mandatario argentino recibió el respaldo unánime de los 33 países miembro para conducir el organismo. Brasil, el gran ausente.

El gobierno argentino comenzó bien y con el pie derecho el año en el plano internacional: se aseguró la presidencia de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC). La conducción argentina, en manos del presidente Alberto Fernández, recibió este viernes el respaldo unánime de sus 33 miembros en la cumbre que delibera en Buenos Aires. 

 

 

 

A pocos minutos del inicio de la última jornada de la cumbre, la Argentina se aseguró la presidencia pro tempore del bloque regional. Reemplazará a México, su aliado regional. El apoyo, como indica el estatuto interno, fue unánime a partir del voto público de los 33 países miembros, entre ellos el de Denis Moncada, el díscolo canciller de Nicaragua, la gran duda de este encuentro. A raíz de su disputa con el mandatario argentino, el encargado de la diplomacia nicaragüense acusó a la Argentina, en la última cumbre desarrollada en México, de ser un "instrumento del imperialismo". Finalmente las tensiones, a partir de un minucioso trabajo del Palacio San Martín, perdieron consistencia y el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) votó a favor de Buenos Aires. "Nicaragua reconoce la destacada labor de México en la conducción de la CELAC y extiende su solidario apoyo a la Argentina para que asuma la presidencia", aseguró Moncada este viernes.

 

La jugada diplomática que comandó la Cancillería genera expectativa por sus posibles consecuencias geopolíticas. Por un lado, en la relación con los Estados Unidos, al tener en cuenta que la CELAC está compuesta por 33 países de América Latina y el Caribe sin la participación de Washington ni de Canadá. Comandar los lazos del bloque, en momentos en los que las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional (FMI) por la reestructuración de la deuda externa se encuentran estancadas, amenaza con enfriar el clave vínculo con Washington.

 

Por el otro, en el poder que le da a la Casa Rosada obtener el liderazgo del único bloque regional que en la actualidad logra reunir a posiciones y gobiernos de diferentes posiciones e ideologías políticas. La presidencia de la CELAC, como toda apuesta, lleva sus riesgos, pero también sus beneficios en un juego que la Argentina está dispuesta a jugar aunque el resultado sea incierto.

 

La asunción argentina estaba planeada que ocurriera en la cumbre de septiembre de 2021, pero se vio frustrada luego del traspié diplomático que provocó la salida del entonces canciller Felipe Solá, horas antes de que ocurriera y en pleno vuelo hacia destino.

 

Para evitar un nuevo tropezón, desde este jueves -primera jornada de la cumbre- la diplomacia argentina se dedicó a recabar y confirmar los votos de los 33 países miembros para recibir el apoyo unánime del organismo. El temor, como se dijo, era el gobierno nicaragüense de Ortega, con el que la administración del Frente de Todos (FdT) mantiene una ambigua relación que incluye la denuncia internacional por la violación de los derechos humanos cometidos por el gobierno del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) y un tibio reconocimiento de la última victoria electoral de Ortega por un nuevo mandato presidencial.

 

“El jueves a la noche, en la cena con los cancilleres, hubo mucha rosca”, reconoció una fuente del Palacio San Martín a Letra P. Por este motivo, no pasó desapercibido que en la foto familiar que se tomó en el Patio de Honor del Palacio San Martin, al comienzo de la jornada de discusiones de este viernes, una de las primeras personas a las que saludó Cafiero fue el canciller Moncada, quien le correspondió la mano con una sonrisa. 

 

Momentos antes de que se reunieran las representaciones de los distintos países, entre las que no está el Brasil de Jair Bolsonaro, quien renunció al organismo en 2020 por considerarlo “comunista”, una fuente diplomática de Honduras le confirmó a este medio que el gobierno argentino contaba con el respaldo de todo el continente para recibir la presidencia pro tempore del bloque. “Vemos y reconocemos en Alberto Fernández un líder regional”, aseguró en diálogo con este medio. 

 

De esta manera, Alberto Fernández obtuvo uno de sus objetivos diplomáticos más deseados y comandará los designios del bloque en un momento importante para la región, marcada por las consecuencias económicas, sociales y sanitarias de la pandemia de Covid-19,  los desafíos cada vez más apremiantes del cambio climático y los de una economía estancada que no logra crecer a los niveles necesarios para combatir la pobreza, el hambre y la desigualdad continental. Para ello, Argentina deberá dar el trecho que existen de los dichos al hecho porque a pesar de que las distintas representaciones nacionales coincidieron en la necesidad de profundizar los lazos diplomáticos y el trabajo conjunto, lo cierto es que desde hace tiempo el continente no alcanza el flujo diplomático necesario para desarrollar proyectos comunes y alcanzar objetivos mancomunados. El desafío será doble para Buenos Aires porque el FdT hace de la unidad continental una de sus principales banderas en sus relaciones ante el mundo. Ya consiguió la oportunidad buscada, ahora deberá aprovecharla. 

 

Victoria Villarruel, vicepresidenta de la Nación.
El gobierno de Gustavo Petro echó a diplomáticos argentinos de Colombia.

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