ELECCIONES 2021

Encuestas y bocas de urna, entre la ansiedad y la alquimia electoral

Los medios y la urgencia por tener los primeros resultados de los comicios. Las metodologías, la recolección de datos y los errores muestrales de los sondeos.

Las campañas electorales, se organizan, orientan y redefinen en virtud, entre otros elementos, de resultados futuros posibles estimados mediante varias metodologías científicas de realizar encuestas. Últimamente, las encuestas preelectorales han sido crecientemente cuestionadas, hay una distancia entre pronósticos y realidad que pone en crisis algunas de las técnicas usadas. Limitaciones metodológicas y económicas hacen cada vez mas dificultoso predecir el comportamiento electoral.

 

Durante la jornada electoral hay una pulsión particular por conocer la marcha de la elección y se ponen en marcha operativos para estimar los resultados prácticamente en tiempo real. Los responsables de las campañas, están recibiendo información durante todo el día, y pueden tomar decisiones estratégicas sobre comunicación, logística y fiscalización, además de preparar un escenario para las 18 horas que dependerá mucho del resultado. La actitud que adoptan los contendientes en la primera parte de la noche electoral, ese espacio entre las seis y las nueve de la noche en que no hay información sobre resultados, depende de los datos que cada campamento político obtuvo durante las horas de votación. La experiencia del 12 de setiembre indica que, a veces, esa información también falla y se nota. 

 

“Los días de elecciones nos ponen frente a una avidez de información sobre los resultados electorales”, opina Pablo Ava, abogado, politólogo y profesor de Comportamiento Político y Electoral de la Universidad de Buenos Aires. “La ansiedad, de los políticos, pero también de los medios y del público, han puesto presión sobre la velocidad de procesamiento y divulgación oficial de los resultados y ello provoca una alta competencia entre el recuento provisorio y las técnicas de proyección de resultados electorales.”

 

“Las técnicas de recolección, captura, procesamiento y difusión de resultados han cambiado en gran medida en los últimos 20 años", apunta Alejandro Tullio, abogado, profesor y administrador electoral que desde distintas responsabilidades participó en la organización de las elecciones entre 2001 y 2019. "Cuando tomé a mi cargo la organización de los recuentos provisionales de resultados, en 2001 usábamos fax y procesadores AT386 ubicados en cada provincia. Hace unas semanas, los telegramas se escanearon, encriptaron y transmitieron en forma segura desde casi 11 mil locales de votación y mas de mil sucursales de Correo, para su procesamiento controlado en Barracas y Monte Grande. Cambios de tecnología, de logística y de organización que brindan mas seguridad, certeza y también celeridad”, afirma.

 

Ava pone la lupa sobre las encuestas en boca de urna, que permiten contar con estimaciones desde aproximadamente las 11 de la mañana, resultado que se va consolidando con el ingreso de más datos hasta el cierre de los comicios. “Hay una variante que se ha introducido en los últimos años para bajar los costos, que consiste en hacer durante el domingo electoral y mientras se desarrollan los comicios, encuestas telefónicas por medio de grabaciones administradas por una computadora. Los resultados de estas dos metodologías pueden variar mucho, en particular porque cada vez es más difícil conseguir personas que quieran responder una encuesta telefónica por la saturación del mercado.” 

 

Así como fallan las encuestas preelectorales, ¿pueden fallar los bocas de urna? “Las encuestas a boca de urna pueden tener dos tipos de problemas", explica Ava. "Los errores muestrales, que son los propios de las técnicas, se conocen de antemano y varían de acuerdo al tamaño de la muestra. En el caso de muestras tan grandes como la de estos estudios, el error debería ser mínimo. Pero hay errores 'no muestrales', atribuibles por ejemplo a que determinado grupo de personas no quiera contestar la encuesta o el encuestador no haga una correcta selección del entrevistado”, explica. 

 

En las últimas PASO, hubo disparidad de resultados proyectados pero Ava marca diferencias. “No voy a mencionar a colegas que proyectaron erróneamente resultados, pero voy a describir una que acertó. La empresa MFG Consultores organizó un operativo en la provincia de Buenos Aires con 120 encuestadores que en total realizó 15500 casos y su resultado estuvo por debajo del error estadístico”.

 

“Una estrategia correcta de medición durante la jornada no puede reposar sobre un única metodología. Los resultados de boca de urna se complementan con la proyección de datos mediante los sistemas de mesas testigo. Es decir, una muestra de mesas de votación, en la que una persona con un dispositivo móvil envía los resultados inmediatamente después de confeccionada el acta final de la mesa vía web”, agrega.

 

Tullio diferencia el recuento provisional del escrutinio definitivo. “El recuento provisional es una operación que se realiza en forma inmediata a la finalización del escrutinio de mesas, en base a telegramas confeccionados al efecto y en forma centralizada, que refleja la suma aritmética de los resultados consignados en cada uno de los telegramas que se reciben en el centro de cómputos, incluidos sus errores de confección. Se difunden los votos que los presidentes de mesa atribuyen a las agrupaciones políticas para cada cargo y excluye tanto los votos pendientes de resolución judicial – impugnados y recurridos – y los datos de las mesas que por alguna razón no son informadas que suelen ser entre el 2 y el 4% del total, según la elección. El escrutinio definitivo en cambio comienza 48 horas después de cerrados los comicios, se realiza en cada capital de provincia por parte de la Justicia Electoral y en presencia de fiscales de escrutinio y consiste en la revisión de la validez de cada acta, la resolución de los votos impugnados y recurridos, y la suma de los mismos a la categoría que corresponda. Finalmente, si hay reclamos por un motivo basado en la ley, en esta instancia se procede a la apertura de las urnas y al recuento de los votos y se hace el computo final de los resultados del distrito”.

 

La velocidad de la difusión de resultados o la ansiedad por las estimaciones estadísticas tienen un valor especial. Tullio responde que “durante muchos años hubiera respondido que entre celeridad y certeza, me quedaba con la última, pero la utilización de nuevas tecnologías hace que esa contradicción se difumine. Con las inversiones tecnológicas adecuadas y fiscalización exhaustiva en tiempo real puede compatibilizarse exactitud con velocidad, y ello redunda en calidad y oportunidad para la información”.

 

Al respecto, Ava afirma que “el incremento de la velocidad de los resultados oficiales podría relativizar la utilidad del conteo rápido, pero le queda el valor de poder cotejar el resultado con la carga del recuento provisorio como una forma de fiscalización".

 

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