ECONOMÍA & CRISIS

Fernández recoge el guante empresario y marida planes sociales y empleo rural

Los trabajadores temporarios no perderán la ayuda del Estado al tomar un trabajo en blanco. Funes de Rioja se había quejado por el subsidio como obstáculo.

El presidente Alberto Fernández hizo un anuncio a dos bandas. En Entre Ríos, presentó un programa para que 250.000 trabajadores rurales temporarios no pierdan la ayuda social si son contratados, en respuesta a un reclamo de larga data de los empresarios que recuperó hace poco el presidente de la Unión Industrial Argentina (UIA) Daniel Funes de Rioja. Pero también mandó un mensaje hacia la coalición de gobierno, sobre la calidad y el objetivo de los planes sociales: "El objetivo nuestro no es que la gente tenga planes sociales, es que la gente tenga trabajo", dijo.

 

La medida alcanzará a titulares de planes de empleo y asistenciales, como Potenciar Trabajo y la Tarjeta Alimentar. Los trabajadores rurales podrán ser contratados como temporarios sin perder esos beneficios. Además, se establece una garantía para que los titulares de la Asignación Universal por Hijo registrados en actividades temporarias del agro perciban la asignación familiar equivalente a la AUH, que seguirán cobrando al perder el empleo.

 

La medida, dijo Fernández, surge de una propuesta acercada por la Unión de Trabajadores de la Economía Popular (UTEP). Y, según la cartera de Claudio Moroni, responde a una de las principales demandas de los sectores productivos: la "escasez" de trabajadores temporarios por miedo a perder las ayudas sociales al aceptar el empleo.

 

Las cámaras empresarias vinculadas a las economías regionales se quejan de forma recurrente sobre la falta de trabajadores para actividades rurales temporarias. Pero Funes de Rioja instaló el tema también a nivel fabril, al relatar dificultades para tomar personal temporal. "En la mayoría de las fábricas, sobre todo en el interior del país, la gente dice 'sí, pero en negro. Formalmente no, porque pierdo el subsidio'".

 

Si bien el anuncio va en línea con ese reclamo empresario de compatibilizar planes sociales con empleo formal, Fernández no dejó pasar la ocasión para castigar a los fabricantes de alimentos (cuya cámara, Copal, también preside Funes de Rioja) por la inflación: "Más allá de que los alimentos hayan aumentado y mucho (en el mundo) hay acá, en Argentina, un aumento desmedido producto de la voracidad de los formadores de precios y hay que explicarles que no es momento de ser voraces, es momento de ser solidarios".

 

"Esta es una solución que contó con el acuerdo de los que producen y también ha sido una propuesta de la UTEP. Estamos encontrando una respuesta a un dilema de 250.000 argentinos", dijo Fernández en Concordia, en una mesa que compartió con el gobernador Gustavo Bordet y los ministros de Desarrollo Social, Agricultura y Trabajo, Juan Zabaleta, Luis Basterra y Moroni. "Resolvemos el problema de un montón de productores que no tienen mano de obra porque mucha gente, frente al dilema, dice 'más vale pájaro en mano'".

 

El Presidente también sumó campaña electoral al anuncio, con una chicana al gobierno de Mauricio Macri. "Cuando Cristina dejó el Gobierno había alrededor de 110.000 o 120.000 planes sociales. Hoy hay cerca de 700.000 u 800.000. En el medio se degradó la Argentina, se degradó el trabajo. Y esos planes no fueron pensados con la lógica que pensamos ahora, de recuperar el trabajo, sino con un criterio asistencialista, de condenar a una parte de la sociedad a sobrevivir en la miseria con planes". 

 

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