Roberto Sukerman revisa más seguido que de costumbre el celular y está pendiente de una llamada del gobernador Omar Perotti que puede definir su continuidad como ministro de Gobierno y Justicia de Santa Fe. La intempestiva decisión de Agustín Rossi de armar una lista para las elecciones y enfrentar a la que impulsa el gobernador dejó en un lugar incómodo al funcionario, por más que no sea candidato, porque pertenece y es referente del espacio del ahora exministro de Defensa.
Las llamaradas que fue esparciendo Rossi contra Perotti desde el fin de semana fueron cocinando el futuro del ministro de mayor peso del Gabinete. Se especuló con un plumazo por parte del gobernador para el lunes siguiente a la confirmación de las internas, pero pasaron los días y aún no hubo novedades.
Perotti dijo que conversaría con los funcionarios del rossismo y no mucho más. Pero por la escalada que se desató, se deduce que un movimiento de piezas está al caer, excepto que el gobernador desoriente y lo mantenga en el cargo por la lealtad ofrecida hasta ahora. Se suma a esto la solicitud de licencia a un funcionario del rossismo por ser precandidato en la lista de Diputados.
La decisión no es sencilla de llevar adelante por más que suene lógica en términos políticos. El tenor de la cartera que conduce Sukerman, su eventual reemplazo y el vínculo previo entre ambos, pesa. Vale recordar que Perotti lo eligió, con acuerdo político con el rossismo, para un área caliente como el Ministerio de Trabajo, y luego al mando de Gobierno y Justicia cuando renunció con ruido Esteban Borgonovo. Además, lo colocó como el escudero para frenar el avance de la Legislatura.
A su favor, le apuntan un gesto: evitó ser candidato en esta oportunidad cuando la lapicera de Rossi estaba prendida fuego. Pero no hay dilemas en Sukerman. Pertenece a La Corriente, el espacio de Rossi, y apoyará a la lista de su jefe político. Esto implica ser la piedra del zapato de Perotti mientras esté en funciones.
Según pudo reconstruir Letra P, no dará el paso adelante con renuncia en mano porque entiende que agudizaría aún más la situación. Explican que sería una “mala señal” después de su recorrido en este año y medio. Esto no quita que esté expectante del llamado del gobernador para que todo termine en un apretón de manos y un ‘ha sido un gusto’.
“La decisión es del gobernador” repiten por estas horas y se hace extensivo al ministro, aunque la pregunta es hasta cuándo podrá sostener esa postura el funcionario. Son horas determinantes, con Rossi que ya le echa carbón al tren de las internas, con su compañera de fórmula, la vicegobernadora Alejandra Rodenas que tomó licencia, y un ánimo de acomodar todo para la campaña, entre todo eso, al leal Sukerman.