PASO 2021

Mayoría y tropa leal, objetivos de CFK en el Senado

El Frente de Todos perderá bancas el 10 diciembre, pero la vicepresidenta quiere hacer crecer a su núcleo duro. Filtro fino y acuerdo con las provincias.

Cristina Fernández de Kirchner no quiere sobresaltos en el Senado después del 10 de diciembre. Aunque el Frente de Todos perderá algunas bancas, la vicepresidenta quiere asegurarse que mantendrá la mayoría que necesita para alcanzar el cuórum y, en paralelo, que su tropa de incondicionales crecerá en número, pensando más allá de 2023.

 

La holgada mayoría de 41 escaños que el Frente de Todos consiguió en la Cámara alta cuando Alberto Fernández asumió como presidente no se sostendrá después del recambio de diciembre, cuando se renovarán las bancas de Catamarca, Chubut, Córdoba, Corrientes, La Pampa, Mendoza, Santa Fe y Tucumán.

 

En el Gobierno entienden que las chances de retener los dos lugares que el peronismo tiene en el Senado por Santa Fe son bajas. Algo parecido pasa en Corrientes. En tanto, la banca de Córdoba, que hoy ocupa Carlos Caserio, también está en riesgo. La situación de Chubut abre interrogantes. Actualmente, los tres escaños de la provincia están ocupados por representantes oficialistas. Habrá que ver si la situación puede repetirse después de diciembre, con un acuerdo entre la Casa Rosada y el gobernador Mariano Arcioni, que presentó su propia lista.

 

Banca más o menos, lo cierto es que el número que hasta ahora le permitió a Cristina conducir el Senado sin sobresaltos no se repetirá a partir de diciembre. La vicepresidenta pretende que, al menos, el oficialismo consiga alcanzar las 37 bancas, el número que se necesita para obtener el cuórum, aprobar leyes y sesionar sin necesidad de acordar con la oposición.

 

Conseguir las 37 voluntades no será imposible pero Cristina piensa, también, en el futuro menos inmediato. “No quiere que le vuelva a pasar lo que le pasó con (Miguel Ángel) Pichetto. Quiere incondicionales en el Senado”, dice un ministro que siguió de cerca las negociaciones de las listas nacionales.

 

Por eso, desde que desembarcó en la Cámara alta, primero como senadora, en diciembre de 2017, Cristina se dedicó a ensanchar la tropa propia. Primero, condujo un bloque de nueve, que incluía a Marcelo Fuentes (Neuquén), Ana Almirón (Corrientes), Silvina García Larraburu (Río Negro), Anabel Fernández Sagasti (Mendoza), Ana María Ianni (Santa Cruz), María de los Ángeles Sacnun (Santa Fe) y María Inés Pilatti Vergara (Chaco).

 

Fuentes dejó su banca en diciembre de 2019 y se transformó en secretario parlamentario del Senado. Con el recambio ingresaron cuatro senadores de La Cámpora: Mariano Recalde, Matías Rodríguez, Eugenia Duré y Martín Doñate. Las elecciones de 2021 abrieron otra ventana de oportunidad. Cristina dejó claro en la Casa Rosada que se concentraría en las listas del Senado, ejercería su derecho a veto y discutiría nombre por nombre con los gobernadores involucrados. En los últimos meses, la vicepresidenta se dedicó a evaluar las posibles candidaturas para la Cámara alta. Luego, en las horas previas al 24 de julio, comandó desde su despacho las negociaciones del cierre de listas. El criterio de la vicepresidenta o de la jefatura del distrito primó en cada caso, según la relación de fuerzas. 

 

Como contó Letra P, con pragmatismo y pese a las cuentas pendientes que tiene con el medallista olímpíco, Cristina terminó aceptando para la lista de Corrientes la reedición de la fórmula ganadora de 2015, Carlos “Camau” Espínola- Ana Almirón.

 

En tanto, bendijo para Chubut la candidatura del exintendente de Comodoro Rivadavia Carlos Linares y Florencia Papaiani, y para Tucumán, a Pablo Yedlin y Sandra Mendoza, que responden al gobernador Juan Manzur. La vicepresidenta habló del tema personalmente con Manzur, con quien se reunió en mayo después de un largo tiempo de distanciamiento. Yedlin tiene una relación estrecha con Máximo Kirchner. Con los Alperovich fuera de juego, en Tucumán Cristina no tiene otros nombres fuertes a quienes apostar que considere propios. “No necesariamente tienen que ser de La Cámpora. Ella solo quiere saber que, llegado el caso, van a jugar bien”, apuntan en Casa Rosada.

 

La lista de Catamarca llevará al Senado a otra aliada de Cristina, la exgobernadora Lucía Corpacci. La vicepresidenta se reunió días antes del cierre de listas con la dirigente catamarqueña, que llegará acompañada por el ministro de Comunicación, Guillermo Andrada, que responde al gobernador Raúl Jalil.

 

El recambio de La Pampa engrosará el número del camporismo. La boleta para el Senado estará encabezada por Pablo Bensusán, ministro de Gobierno, Justicia y Derechos Humanos del gobierno de Sergio Ziliotto, que estará acompañado por la secretaria administrativa del Senado, María Luz “Luchi” Alonso, una incondicional de la vicepresidenta. Alonso fue clave en la reconciliación de Cristina con el peronismo pampeano y el diálogo con el exgobernador Carlos Verna.

 

Santa Fe abre una incógnita. En una jugada que sorprendió hasta a los propios, Cristina se alió al gobernador Omar Perotti para impulsar la fórmula Marcelo Lewandowski – María de los Ángeles Sacnun para el Senado. La vicepresidenta busca que Sacnun renueve su banca. Pero la lista se enfrentará en las PASO a la lista de Agustín Rossi y Alejandra Rodenas. Rossi, un kirchnerista paladar negro y hasta ahora considerado un ministro muy cercano a Cristina.

 

Por último, Cristina también le dio su aval al cordobés Carlos Caserio, con quien forjó una buena relación desde que llegó a la presidencia del Senado. Caserio competirá con la boleta del Frente de Todos, con apoyo del Presidente, y llevará en la boleta a la camporista Gabriela Estévez como segunda. En Mendoza, empujará la reelección de Anabel Fernández Sagasti, actual vicepresidenta del bloque.

 

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