El gobernador de Santa Fe, Omar Perotti, sorprendió sobre la noche del viernes y avanzó en un entendimiento con la vicepresidenta Cristina Fernández para enfrentar en internas al binomio Agustín Rossi – Alejandra Rodenas o bien consolidar una lista única dentro del Frente de Todos.
Pase lo que pase, el cierre en Santa Fe dejará heridas por doquier. Perotti concedió bajar a su delfín Roberto Mirabella para el Senado y proponer, en cambio, al senador departamental Marcelo Lewandowski, de alto nivel de conocimiento, sobre todo en el Gran Rosario. A su vez, planteó que la segunda precandidata a senadora sea María de los Ángeles Sacnun, de extrema confianza de la vicepresidenta.
Con ese esquema, Lewandowski – Sacnun y Mirabella cabeza en Diputados, Perotti tentó a Cristina, quien todavía ansía alcanzar una lista de unidad como en todo el país. Por estas horas, el rafaelino trata de convencer a otras tribus del PJ, como el Frente Renovador, La Cámpora y el Movimiento Evita, para que se sumen al armado y ocupen puestos expectantes en su lista.
Rossi anda por estas horas en la misma tarea. En la Casa Gris esperan que la sangre no llegue al río -al menos, no tanto- y que el titular de Defensa decline su candidatura, pero quienes lo conocen arguyen, desde el corazón del rossismo, que “no es de amagar". "Cuando se sube, no lo bajás más”, avisan. Avalado por el presidente Alberto Fernández, el Chivo se lanzó y se sacó la foto con Rodenas, pero horas más tarde el movimiento de Cristina descolocó a todos.
El peronismo santafesino es un hervidero. El rossismo cree que, mientras más horas transcurran, menos chances habrá de que el ministro se baje y trabajan en la búsqueda de la figura que encabece la lista para la Cámara baja nacional.
Perotti, por su parte, recuperó aire este viernes y está dispuesto a enfrentar a la lista de su rival interno y la vicegobernadora. Incluso, no descarta ser precandidato a senador suplente para dejar en claro que piensa ponerse la campaña al hombro.