La liga de intendentes e intendentas justicialistas de Entre Ríos tuvo diferentes momentos en su relación con el gobierno provincial de turno. Este espacio, conformado por 39 hombres y solo seis mujeres, es un apéndice del gobernador Gustavo Bordet y es el canal de contacto entre los municipios y la Casa Gris. Además, este team sirve como paragolpe de las críticas de la oposición a la actual gestión en pleno año electoral.
Esta semana, la liga salió a repudiar los escraches al mandatario provincial y al intendente de Concordia, Alfredo Francolini, en sus domicilios por parte de un grupo de personas que se oponía a las nuevas restricciones para evitar los contagios del covid-19. Hasta entonces, los dirigentes y las dirigentas habían estado guardados atendiendo la situación epidemiológica y comercial en sus territorios. En enero pasado, se reunieron con el gobernador para proponerle trabajar en modificaciones a la actual ley provincial 10.027 que rige los lineamientos de los municipios.
Lucas Larrarte está al frente de la Municipalidad de San Salvador, uno de los distritos chicos de la provincia, y fue elegido para presidir la liga en octubre de 2020. Su antecesor fue el exintendente de Colón, Mariano Rebord, de escasísima relevancia política, pero amigo de Bordet.
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Larrarte, junto a su par de Gualeguaychú Martín Piaggio, ganó las elecciones de 2019 con uno de los números más altos para el oficialismo. De hecho, ambos superaron el 60% de los votos en sus localidades. El gualeguaychuense gobierna una ciudad de 97.800 habitantes, mientras que el de San Salvador de 13.200. Sin embargo, esas diferencias demográficas no alcanzan para ponerse el traje de conductor.
Como ocurrió a lo largo de los años, el gobernador de turno es quien elige a la conducción de ese espacio. De hecho, durante la segunda gestión de Sergio Urribarri, fue el propio Bordet quien estuvo al frente cuando representaba los intereses de Concordia, la ciudad que puso los últimos tres gobernadores.
Urribarri, en su primer gobierno, eligió a Faustino Schiavoni, de Nogoyá. Fue, seguramente, la etapa que más preponderancia política tuvo la liga ya que, en esa época, Entre Ríos fue epicentro del conflicto entre el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner y los productores rurales por la resolución 125. Esa pelea duró 130 días e incluyó numerosos cortes de ruta y asambleas multitudinarias.
En ese momento, la liga fue la herramienta de contención del entonces gobernador sobre los intendentes cuando buena parte del peronismo empezaba a mirar de reojo lo que luego se iba a convertir en “peronismo disidente”, que en ese tiempo tenía a Jorge Busti como figura insoslayable. Schiavoni pudo retener a los jefes comunales cuando la Legislatura ya se había convertido en un drenaje hacia el incipiente antikirchnerismo.
La liga de intendentes e intendentas del PJ no tuvo figuras que pudieran hacerle sombra al gobernador de turno. Bordet estuvo al frente de la Municipalidad de Concordia, pese a tener las pretensiones de suceder a Urribarri, precisamente por su bajo perfil. Lo mismo se podría decir de Larrarte, que cumple su primer mandato al frente de la comuna. Antes, ocupó una banca en el Senado provincial y estuvo a punto de convertirse en ministro de Gobierno y Justicia. El manual indica, y la Constitución lo permite, que buscará su reelección en 2023.
Hoy son tres los intendentes que miran la Gobernación: Enrique Cresto (de licencia por el cargo de director en el Ente Nacional de Obras Hídricas de Saneamiento); Piaggio y Adán Bahl (Paraná). Bordet no pensó en ninguno de ellos para ponerlo al frente de la liga. De hecho, no les tiene demasiada confianza, más allá de la buena relación que mantienen por la gestión.
La conducción de la liga se completa con dos vicepresidencias: Gerardo Chapino, de Federal; y Claudia Monjo, de Villaguay. A ninguno de los dos se los puede descartar para completar una fórmula para la sucesión de Bordet. Incluso, el mismo Larrarte tiene chances, según supo Letra P.
Desde las filas de la liga no se barajó nombres que puedan integrar las listas de candidatos para las legislativas. Mientras tanto, los jefes y las jefas comunales oficialistas están atentos al llamado para salir a cruzar a la oposición o bancar una medida de los gobiernos provincial y nacional.