LA ECONOMÍA Y LAS URNAS

El Círculo Rojo se le anima y el Gobierno sale a dar la pelea por el modelo

La tónica: existe un plan, pero no el que ellos quieren. La comparación con Macri. El establishment va por baja de impuestos, reforma laboral y programa 2023.

Hay, otra vez o como siempre, una puja entre dos modelos de país. Así lo ve el Gobierno y lo puso en palabras la vicejefa de Gabinete, Cecilia Todesca: "Cuando dicen que no hay un plan, quiere decir que no es el plan que ellos quieren", dijo este jueves por la mañana, en Radio 10. La frase tenía como destino a las tapas de Clarín y La Nación que señalaban que Estados Unidos pedía un plan económico, y también a la oposición y al establishment. "A quien le quepa el sayo", resumieron en su entorno. Fue un complemento del mensaje que el ministro de Economía, Martín Guzmán, bajó al Círculo Rojo el miércoles, en el Consejo Interamericano del Comercio y la Producción (Cicyp), que preside Daniel Funes de Rioja: "Si la idea es un país de impuestos bajos y gasto bajo, esa no es nuestra idea". La baja de la presión tributaria y el gasto público y la necesidad de un "plan" que promueva la iniciativa privada mediante una reforma laboral están en la base de los reclamos de las grandes empresas.

 

Los dos voceros económicos de la macro salieron así a marcar el terreno ante el reordenamiento del frente empresario. Antes, el ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, le había recriminado a Funes de Rioja y a la Unión Industrial Argentina (UIA) la falta de reconocimiento a las políticas del Gobierno para sostener el pago de salarios en medio de la pandemia e impulsar a la industria. Hay un concepto que se repite en el oficialismo: que las políticas que quieren los empresarios son las que promovió la administración de Mauricio Macri y que tuvieron como consecuencia el deterioro de los balances de las compañías.

 

La elección de Funes de Rioja al frente de la UIA terminó de reagrupar a la mayoría de las cámaras empresarias, que buscan menor presión tributaria y una reforma laboral que baje el costo de las contrataciones. Paolo Rocca, mandamás de Techint, planteó sin rodeos lo que ahora parece un reclamo coral: "El equilibrio de las cuentas públicas en el tiempo es muy relevante, que se logre con una reducción de gasto público y no solo con carga impositiva que afecte a los activos productivos", le dijo a Guzmán al recibirlo en el seminario Propyme, el 10 de diciembre.

 

Desde entonces, conceptos similares se repiten en informes y comunicados del Foro de Convergencia, la Cámara de Comercio de Estados Unidos en Argentina (Amcham), la Asociación de Dirigentes Cristianos de Empresas (ACDE) y otros entes empresarios, y también en los reclamos de las cámaras sectoriales. "Sabemos que el gobierno ha tenido que enfrentar una situación muy compleja y que nadie anticipaba, pero no nos podemos quedar callados cuando se toman decisiones que nos alejan de la salida de la crisis" dijo Gonzalo Tanoira, presidente de ACDE, ante una consulta de Letra P, al presentar a la prensa el Encuentro Anual que la entidad desarrollará en dos semanas. "La empresa privada va a ser el motor para sacar adelante al país. Si todo va a venir del Estado es más difícil que eso pase", agregó. Otro empresario resumió la disputa así: "Es un gobierno peronista, quiere más intervencionismo".

 

La agenda empresaria parece tan alejada de la del Gobierno que hasta incluye una reforma judicial que difícilmente pueda tolerar el oficialismo, como la que presentaron este miércoles la Amcham, IDEA y el Colegio de Abogados porteño, para "una justicia eficaz". "Creemos que una mejor Argentina es posible. Un país con una Justicia que funcione construye un país previsible y confiable, un país que puede trabajar por la igualdad y la inclusión y mejorar sustancialmente la calidad de vida de todas las personas”, dijo Guillermo Lipera, abogado y director de IDEA. "Para atraer inversiones resulta necesario contar con instituciones sólidas que generen confianza, posibiliten la existencia de reglas debidamente consensuadas y que asimismo garanticen su perdurabilidad y respeto, independientemente del gobierno del momento", añadió Cecilia Mairal, vicepresidenta del Colegio de Abogados de la Ciudad de Buenos Aires.

 

Ante eso, el discurso del Gobierno enfatiza que el camino para crecer, atraer inversiones y generar trabajo es otro. “Nuestro plan económico siempre fue el mismo, siempre dijimos que es la producción, el estímulo a las exportaciones, la sustitución de importaciones allí donde el país tiene capacidades productivas, es el empleo con derechos", resumió Todesca este jueves. Antes, Guzmán se los marcó a los empresarios: "El Gobierno anterior llevó a cabo una política de reducción de impuestos y achicamiento del Estado, con la idea de que eso iba a generar un sendero virtuoso de crecimiento económico. Y no pasó, y la realidad es que no pasa nunca. Si vemos lo que hicieron Ronald Reagan, George Bush o Donald Trump, eso no ha funcionado", sostuvo. "La industria con nosotros está creciendo y con el gobierno anterior se achicó", agregó. Kulfas tuiteó: "En lo que va de 2021, la industria argentina creció respecto a 2019 más que la mayoría de los países (5,1%). Más que la de Brasil, Chile, España, Francia, Italia, México, Alemania, Estados Unidos y Japón".

 

Con la UIA en tono crítico, al Ejecutivo le queda el respaldo de los constructores que hacen obra pública. Hugo Dragoneti, titular de Panedile e integrante de la Cámara Argentina de la Construcción (Camarco) se diferencia de otros grandes empresarios: "Nuestra cámara siempre defendió que haya un presupuesto importante y para eso se necesitan impuestos importantes y justos", dijo a Letra P. El empresario destacó el bajo déficit fiscal "a pesar del gran crecimiento de los gastos de capital, del 102 por ciento, lo cual es excelente porque es una topadora que empuja toda la actividad económica".

 

El discurso es más homogéneo que lo que la interna del Frente de Todos por las tarifas o la negociación con el Fondo Monetario Internacional sugiere. Cerca del gobernador Axel Kicillof lo resumieron así: "Guzmán apuesta a que la obra pública y el sector privado traccionen, y no tanto el gasto corriente. Del otro lado decimos 'esto no alcanza, poné plata en el bolsillo porque no hay derrame'. Es una disputa de un gobierno de coalición y explicitarla es saludable, porque esto va a resolver que el gasto sea un poquito mayor". Una diferencia de velocidades, pero no de rumbo.

 

Entre los dos mundos, las diferencias se expanden, aunque el diálogo sigue. Los empresarios destacaron la visita de Guzmán al Cicyp y que el ministro haya pedido hacer un encuentro presencial, aunque sea con un puñados de ejecutivos. "Guzmán es un hombre negociador. Tanto los empresarios como él queremos llegar a un consenso", dijo Martín Cabrales, que escuchó al ministro en vivo y en directo.

 

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