El presidente Alberto Fernández espera que el aire de la gira europea lo saque del atolladero que le generaron, en apenas unos días, la guerra abierta entre el ministro de Economía, Martín Guzmán, y el subsecretario de Energía, Federico Basualdo - que ahora camina hacia una desescalada -, y el fallo adverso de la Corte Suprema de Justicia en la disputa con la Ciudad sobre la presencialidad escolar.
La gira comenzará el lunes 10 de mayo y será más corta de lo que la Casa Rosada tenía previsto hace un par de semanas, cuando tenía en agenda visitas a Francia, Italia, España y Portugal, con posibilidades de agregar un quinto país. En principio, el Presidente se verá en Paris con el presidente Emmanuel Macron, y luego viajará a Roma para entrevistarse con el primer ministro italiano, Mario Draghi, y con el presidente Sergio Mattarella. En Italia también se verá con el papa Francisco.
La delegación será muy acotada y netamente albertista. Junto al Presidente viajarán el secretario de Comunicación, Juan Pablo Biond i; el secretario general de la Presidencia, Julio Vitobello; el canciller Felipe Solá; el secretario de Asunto Estratégico, Gustavo Beliz, y el ministro Guzmán. El viaje tendrá como como principal objetivo conseguir el apoyo de Francia e Italia para la renegociación con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Club de Paris.
La presencia de Guzmán en la gira será la muestra más clara del respaldo del Presidente al ministro a quien le confió la tarea clave de cerrar el conflicto de la deuda. El capítulo de la pelea con Basualdo y el cristinismo quedó, por ahora, congelado. En la Casa Rosada aseguran que el ministro está firme en su cargo. En principio, el subsecretario, también. Los funcionarios más cercanos al Presidente y los leales a Cristina Fernández de Kirchner acordaron bajarle el tono a la pelea y confían en que el conflicto se irá disipando con el correr de los días. "Es un problema entre Guzmán y Basualdo y se va a resolver en el Ministerio de Economía", explicó un funcionario de primera línea del Gabinete. En tanto, en el Ministerio hay tranquilidad por el respaldo del Presidente y se decidió dar por cerrado el tema.
El viaje presidencial a Europa será una suerte de segunda parte de la gira que el propio Guzmán hizo a mediados de abril y que incluyó visitas a Alemania, Italia, España, Francia y cerró en Rusia, donde también estuvo la asesora presidencial Cecilia Nicolini. El ministro hizo entonces la avanzada en las conversaciones de la agenda que ya tenía prevista Fernández para mayo.
En aquella oportunidad, Guzmán también estuvo en el Vaticano con el papa Francisco, que intenta mediar ante el FMI para conseguir un alivio en el pago de la deuda de los países subdesarrollados. Junto con el ministro viajó el representante por la Argentina y el Cono Sur ante el FMI, Sergio Chodos.
El viaje del Presidente buscará ahora terminar de sellar el compromiso de apoyo de los presidentes de Francia e Italia, un bálsamo en la tormenta que atraviesa el Gobierno, con el cóctel que forman la inflación y la segunda ola de coronavirus, a las que se sumaron la batalla entre el Ministerio de Economía y el cristinismo, y que este martes se coronó con el revés judicial de la Corte Suprema. Cómodo en su rol dentro del mapa internacional, Fernández buscará barajar y dar de nuevo después de una gira europea de la que espera volver con buenas noticias.
El Presidente viajó a Europa en febrero de 2020, cuando recién asumía y el coronavirus apenas empezaba a avanzar sobre Europa, lejos de la Argentina. En aquella oportunidad estuvo con Macron, con la canciller alemana Angela Merkel, el exprimer ministro de Italia, Giuseppe Conte, y con el presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez. Los contactos con Macron y Merkel, con quienes Fernández forjó una buena relación, se repitieron durante la pandemia, vía videollamada, con el mismo objetivo: conseguir apoyo por el tema de la deuda, un problema todavía pendiente de resolución.