LA KORPO

Los extremos (a veces) se tocan

Dirigentes kirchneristas desembarcan por goteo en las playas enemigas de TN, que parecen más cercanas ante la pantalla ultra de LN+. ¿Estrategia o necesidad?

Martes 13 de abril, cuatro de la tarde. El ministro del Interior, Eduardo de Pedro, ingresa al edificio de TN, el canal de noticias del Grupo Clarín. No quiere maquillarse. Antes de grabar, sube al sexto piso, donde está la redacción. Saluda a todos y a todas. Unos minutos después, se encuentra con el conductor de W, Ver y Rever, Nicolás Wiñazki. Es la primera vez que De Pedro está en ese lugar y es el debut del periodista con programa propio. A los dos les conviene, a pesar del costo que ambos pagarán por la entrevista. Por la noche, durante la transmisión de los 33 minutos grabados, se desata una pelea en las redes sociales. Unos critican a Wiñazki por blando. Otros, a De Pedro por pisar la casa del "enemigo", aunque al día siguiente recibirá felicitaciones de gobernadores, intendentes, funcionarios y amigos.

 

TN es el canal al que el kirchnerismo duro cuestiona a diario. Allí reside el "adversario" que cobija a la oposición con trato amable, pero en la grieta mediática está perdiendo posiciones frente a un nuevo competidor, la señal La Nación +, donde se concentra el periodismo rabiosamente anti-K. La pregunta obligada es si hay un cambio de estrategia en el ala más dura del oficialismo y qué pasó para que De Pedro, como otros en su espacio, acepten algunas entrevistas en los mismos medios a los que acusaban y acusan de "mentir". Hasta no hace mucho, ningún dirigente de La Cámpora pisaba esos estudios. En los años de distanciamiento, tildaban con enojo al hoy presidente Alberto Fernández de operador del Grupo.  

 

De Pedro hace política y se viene sentando con todos los sectores, gobernadores y empresarios de cualquier signo político. Este es un año de crisis y, puertas adentro, al menos en La Cámpora, aparece una nueva visión respecto de cómo convencer al universo no convencido o cómo hacer que los conozcan y hasta los acepten a la hora de votar. Hay, incluso, quien pide que Máximo Kirchner se muestre más, pero el jefe del bloque del Frente de Todos en la Cámara baja prioriza a los amigos y en su entorno no consideran necesario una mayor amplitud, por el momento. De Pedro se sentó y pareció abstraerse de cuentas pendientes en su paso por TN, más allá de los reproches que no calló. A Wiñazki le habló de los "prejuicios" de la señal televisiva y de lo que siempre creyó respecto del contraste entre "15 minutos de nota contra una línea editorial muy fuerte".

 

Entrevistador y entrevistado estuvieron a la defensiva. El periodista, hipercrítico del kirchnerismo y del Gobierno, explicó que ni él ni el medio tienen prejuicios. Desde su equipo de producción habían llamado decenas de veces al entorno del ministro. De ambas partes juran que no hubo condiciones, excepto que fuera "una entrevista normal". "Sin golpes bajos", agregan en Interior que pidieron. "Nosotros no consideramos enemigo a ningún sector político", argumentan en el canal.

 

De todos modos, De Pedro no le dio la primicia a la señal de Constitución. Ya había roto el silencio unos días antes al conceder un reportaje, también para un primer programa, en el noticiero de RePerfilAr, que conduce Santo Biasatti. No fue la única concesión. También saltó la grieta el viceministro de Justicia, Juan Martín Mena. El año pasado estuvo en A dos voces, en TN, y el mes pasado en América con Luis Novaresio. Milita en el equipo de quienes creen que hay que mostrarse en terrenos no amigables y ha reconocido sentirse cómodo enfrentando a los sectores críticos. El kirchnerismo, por lo general, evita pasear por esas tribunas contrarias, en las que se mueven con soltura dirigentes todoterreno como el diputado porteño Leandro Santoro, la platense Victoria Tolosa Paz y la secretaria de Legal y Técnica, Vilma Ibarra, que este lunes defendió también ante Wiñazki el proyecto oficial para regular las restricciones producto de la pandemia. 

 

Estrategias

La segunda pregunta obligada es si hay un cambio de estrategia en el canal frente a su principal competidor y si el oficialismo lo advierte y aprovecha. En el kirchnerismo hay quienes minimizan la cuestión y quienes hablan de una silenciosa autocrítica entre las figuras no tan jóvenes de La Cámpora. Son quienes admiten la endogamia en la que vivieron durante el segundo gobierno de CFK y que cada tanto asoman la cabeza en los medios, como Andrés Larroque, ahora ministro de Desarrollo Social bonaerense, que concedió algunas entrevistas y asumió un tono más calmo y menos combativo.

 

Sobran dedos de las manos para enumerar sus apariciones, las de Mena y las del ministro del Interior, que evitan los debates. De Pedro, por ahora, no parece dispuesto a un raid mediático. Sí se muestra abierto a apariciones esporádicas. Tiene un límite, conceden quienes lo conocen, y es el nuevo La Nación +, "pantalla de doctrina" y "alimento para trolls", según definiciones del periodista Diego Genoud. Hábil negociador, De Pedro tiene una excusa aceptable para no dar entrevistas: sufre disfluencia. La disfuncionalidad al hablar se agrava en situaciones de estrés, como por ejemplo aparecer en televisión. Esta vez consideró "interesante" -lo dijo expresamente- hablar "con un público que no es con el que generalmente conversamos". Lleva tiempo practicando para eso: ha grabado entrevistas con colaboradores, dialoga con los medios en sus viajes al interior y ya da discursos en todos los actos de los que participa.

 

Axel Kicillof, por su lado, también favorece a medios afines e incluso a América, siempre priorizados por sobre Clarín La Nación. Sin embargo, Jesica Rey, ministra de Comunicación Pública, buscó ya en campaña ampliar la agenda a medios "no amigos", aunque tacha las entrevistas en las que haya posibilidad de "pelea". Tuvo algunos mano a mano con TN en su oficina y desde un móvil en Olivos. De la nueva programación de La Nación +, solo Eduardo Feinmann logró entrevistar al gobernador después de ocuparse él mismo de conversar por WhatsApp con Rey. Ella pidió "un marco de respeto" y Kicillof concedió la charla desde su despacho en La Plata después de que Beatriz Sarlo revelara que la esposa del gobernador, Soledad Queirelhac, le había propuesto vacunarse y participar de una campaña a favor de la vacunación. En defensa del honor de la madre de sus hijos, le reprochó a Feinmann los títulos incriminatorios contra ella. 

 

La primera que salió de la pecera fue Cristina Fernández. Fue cuatro años atrás, cuando, asesorada por el catalán Antoni Gutiérrez-Rubí, empezó su campaña como candidata a senadora con una entrevista a Infobae, realizada por Novaresio. Comenzó amable y terminó en extrema tensión, pero aún así volvió a dar entrevistas tanto en radio como en TV. Ese fue el principio de un cambio que después se entibió.

 

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