QUE NO SE CORTE

Biocombustibles: cuenta regresiva para la ley que tensa todas las alianzas

El régimen que rige al sector vence en un mes. El freno a la prórroga pega en provincias grandes con gobiernos peronistas y amenaza los equilibrios en el FdT.

Quedan 30 días para que venza la ley que regula el régimen para la industria de biocombustibles y los escenarios que atraviesan a la Cámara de Diputados se multiplican ante la ausencia de definiciones del oficialismo. En el Frente de Todos aguardan que el santafesino Marcos Cleri presente una nuevo proyecto de ley para el sector, pero la cuenta regresiva se agita y surgen una serie de alternativas que van desde la aprobación en Diputados de la prórroga que ya votó el Senado por unanimidad, hasta su renovación por un año mediante un Decreto de Necesidad y Urgencia. Otra opción que barajan es aguardar la caída de la norma y que sea la Secretaría de Energía, en manos del neuquino Darío Martínez, la que establezca mediante resoluciones los cupos y cortes de mezcla para cada tipo de biocombustible. La incertidumbre trasciende los límites del Congreso, impacta en los distritos de mayor volumen electoral, gobernados por diferentes versiones del justicialismo, y pone en juego tanto la relación con la Casa Rosada como los equilibrios con los actores económicos de cada provincia. 

 

Ante las consultas de Letra P, en el conglomerado oficialista aseguraron que "es inminente" el ingreso de la iniciativa que prepara Cleri, pero ninguna de las fuentes pudo explicar cómo harán para llevar adelante un agitado trámite legislativo. Implicará darle giro a las comisiones involucradas, debatirlo en plenarios que posiblemente sean maratónicos, llegar a un dictamen de mayoría y luego llevarlo al recinto. Si prospera, pasará al Senado, donde sus integrantes deberían aceptar el nuevo texto en reemplazo de otro que ya aprobaron en noviembre pasado por unanimidad. Todo en un mes.

 

El camino en la Cámara alta no será tan fácil. Se desconoce, por ahora, cuál será la posición de los gobernadores de las provincias productoras de biocombustibles de maíz y soja ubicadas en Buenos Aires, Córdoba y Santa Fe; y de caña de azúcar en Tucumán. Hay 56 plantas en diez provincias, pero el grueso está en la zona núcleo, epicentro de un botín de votos estratégico para el Gobierno controlado por dos aliados esquivos: el cordobés Juan Schiaretti y el santafesino Omar Perotti.

 

El primero cuenta con un bloque de cuatro diputados y diputadas que presentaron un proyecto propio, elaborado con las provincias productoras de biocombustibles. Tal como contó este portal, en el oficialismo se comprometieron a tomar varias partes de ese texto.  Es reconocido en el sector por su profundidad, pero en el cordobesismo y en el interbloque lavagnista que los contiene, hay mucho escepticismo ante la posibilidad que la iniciativa que diseña Cleri tome distintos puntos  de ese texto pero achique todos los porcentajes de corte, cuando la expectativa es la contraria. 

 

En el caso de Perotti, su ministro de Producción, Daniel Costamagna, ya disparó munición gruesa contra las iniciativas del Gobierno ante la ausencia de precisiones concretas sobre la continuidad de la prórroga, cuya caducidad podría afectarlos duramente en este año electoral. 

 

El tucumano Juan Manzur no deja de recibir la preocupación del sector azucarero por la inminencia de la zafra y la ausencia de definiciones sobre cuál será el porcentaje de corte de bioetanol de caña de azúcar. Sin embargo, por ahora es la única provincia cuyos productores no sufrirían una disminución, a partir de los compromisos asumidos por el oficialismo. 

 

Hasta ahora sólo circuló un borrador para cosechar consultas y las críticas se concentran en una posible reducción a la mitad del porcentaje de corte para mezclar el biocarburante con la nafta. El dato genera incertidumbre y acusaciones cruzadas entre oficialistas y opositores de ser funcionales al lobby petrolero o a la industria de biocombustibles. 

 

Para evitar una carrera contra el tiempo, tanto en el Frente de Todos como en los bloques de JxC y del lavagnismo, especulan con prorrogar la norma vigente por un tiempo más acotado. Hay dos posibilidades que circulan dentro del Palacio Legislativo: aprobarla por menos tiempo, en un cambio que debería ser analizado luego por la Cámara alta, o dejarla como está y establecer una agenda de tratamiento para el proyecto de Cleri que no tenga que correr para llegar al 18 de mayo. Esa hipótesis de trabajo podría concretarse con un veloz tratamiento sobre tablas de la prórroga aprobada por el Senado. 

 

Las opciones que resuenan por fuera del Congreso son dos. La ley vigente establece que el Poder Ejecutivo puede prorrogarla por decreto simple, pero siempre y cuando cumpla con el mandato de llegar al 15% de corte en forma progresiva hasta 2025. Si el presidente Alberto Fernández firma un decreto simple amparado en el régimen que está por caducar, debería hacerlo solamente por 4 años, igual que la prórroga que votó el Senado. La alternativa de hacerlo por menos tiempo sólo es posible mediante un DNU, que luego deba ser ratificado por el Congreso.

 

Hay otra alternativa que aparece remota pero nadie descartó. Surge ante la posibilidad de que la norma caduque, no haya decreto y a partir de junio todo el régimen sea definido por resoluciones que firme Martínez, para establecer cupos, porcentajes de corte y precios. 

 

Rodrigo De Loredo, jefe de la UCR, clave para el debate de jubilación. 
La Multisectorial por la paz compuesta de instituciones y empresarios banca a Maximiliano Pullaro

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