Luego de tres semanas de tensiones internas que derivaron en una inesperada fractura legislativa, el radicalismo ungió a Gerardo Morales como presidente del Comité Nacional del partido. El gobernador jujeño llegó al cargo como parte de un acuerdo de unidad con el sector que lidera el senador nacional Martín Lousteau, de Evolución Radical. Ambos vienen de protagonizar una durísima pelea hace una semana y desde este viernes convivirán en la conducción de la UCR. Morales estará acompañado por María Luisa Storani como vice primera y Lousteau como segundo, en el marco de un pacto que incluyó, al menos en el plano de las promesas, la reunificación de la bancada que tiene el partido en la Cámara baja.
“Después de una reunión complicada, hemos hablado varias veces. Mantenemos las diferencias, pero tenemos capacidad de diálogo y de consenso”, dijo Morales en el discurso que ofreció cuando fueron oficializadas las nuevas autoridades partidarias, electas por unanimidad. “No quiero a Juntos por el Cambio encerrado en las diez cuadras de la city porteña ni en la ortodoxia económica, porque nos fue mal”, lanzó el flamante titular partidario para tomar distancia de la política económica del gobierno de Mauricio Macri.
En su discurso, Morales buscó repetir parte del acuerdo que suscribió con Lousteau a partir de las negociaciones que impulsó el ahora extitular del partido, Alfredo Cornejo, uno de los testigos de la pelea, con “vasos voladores” incluidos, que protagonizaron los dos principales contendientes. Desde que estalló esa disputa a partir del planteo de Evolución Radical de reclamar más espacio en el bloque en Diputados, Cornejo buscó por todos los medios posibles revertir las consecuencias del cisma parlamentario.
“Con la fractura del bloque dimos un mensaje de ruptura en un momento donde teníamos que mostrarnos juntos. El pacto de unidad era una necesidad para mostrar que empezamos a revertir ese error, aunque lleve tiempo”, explicó a Letra P una alta fuente del partido que participó de las negociaciones.
Sin embargo, no fue fácil que esa premisa fuera cumplida. Hasta el viernes por la noche, Morales y Lousteau mantenían los tironeos. El jujeño avanzaba con su juego de acusar al porteño de ser un empleado del alcalde Horacio Rodríguez Larreta y de buscar a propósito la fractura del bloque radical para beneficiarlo. Lousteau, por el contrario, lo acusa de ser funcional al kirchnerismo y, hasta el comienzo del plenario de este viernes, no había confirmado su candidatura. Finalmente no lo hizo y aceptó que la viceprimera quedara en manos de Storani.
Las concesiones se terminaron de plasmar entre la medianoche del jueves y la mañana de este viernes, es decir, mientras se desarrollaba la sesión en la Cámara de Diputados para tratar el Presupuesto 2022. El tratamiento fracasó después de las 10 de la mañana y empoderó a Juntos por el Cambio. El desenlace también dejó en un segundo plano las disputas internas entre el bloque radical, en una sesión donde los disidentes, liderados por Emiliano Yacobitti y Rodrigo De Loredo, estrenaron su nueva composición en el recinto y no frenaron su interés por ocupar cada espacio legislativo posible. De Loredo, en su nuevo rol de flamante jefe de la bancada, intentó disputar los minutos de discurso con el titular del bloque, Mario Negri. Fue sólo uno de los tironeos, porque el más trascendente fue la decisión de ese espacio de impulsar un dictamen de minoría de presupuesto, en forma paralela a la decisión que finalmente adoptaron los demás espacios de Juntos por el Cambio.
La reacción cayó muy mal y fue parte de las negociaciones por la presidencia del partido. Los malestares no aflojaron, pero la derrota del oficialismo en el tratamiento del Presupuesto terminó de diluir la densidad de las diferencias. “El problema se profundizó en Diputados y ahí se tiene que resolver, pero indudablemente la votación de este viernes también fue clave para reencauzar la situación”, confió a este portal otro importante dirigente que participó del plenario. “Había que resolver esto, era realmente una interna de mierda que, si empeoraba, podía debilitarnos mucho en el plan de construir un candidato radical a presidente y también fortalecía al PRO”, resumió la fuente para enumerar los factores que finalmente hicieron que las negociaciones que empezaron la semana pasada se cristalizaran en un nuevo equilibrio inestable, sin que eso implicara la ruptura del partido.
La unidad de la conducción, que reúne a sectores casi antagónicos dentro del partido, se completará cuando se haya concretado la reunificación del bloque radical. Morales dijo que será entre febrero y marzo, pero en el flamante bloque que responde a Lousteau aseguraron a este portal que lo único que hay en pie es la intención de avanzar en ese sentido. “Falta saber cómo van a responder a nuestros planteos de contar con nuevas vocerías y tener más representación en las autoridades parlamentarias”, avisaron.
Un primer paso se dará en el Senado, donde Lousteau quedará con una de las vicepresidencias del bloque radical, que lidera Luis Naidenoff, para coordinar con Cornejo, que ahora es titular del interbloque de JxC. Esa convivencia será el germen para reconstruir los lazos rotos en Diputados, pero los dos sectores admiten que para eso “todavía queda un largo camino”.
La lista aprobada en forma unánime proclamó a Morales como presidente partidario, a Storani como vice primera, Lousteau como vice segundo y a la chaqueña Ana María Canata como vice tercera. El nuevo secretario general será el correntino Sergio Flinta, impulsado por el gobernador Gustavo Valdés, mientras que la tesorería estará en manos de la pampeana Marcela Coli. El protesorero será el santafesino Carlos Fascendini y la grilla de secretarías incluye a la mendocina Pamela Verasay y al empresario de los juegos de azar y extitular del Club Boca Juniors Daniel Angelici, que pactó una lista de convencionales capitalinos unificada con el empresario y exministro Enrique Nosiglia, factótum de Evolución Radical y miembro del Comité de la UCR porteña, el núcleo del espacio que no superó los 70 representantes, una franca minoría ante los votos que tenía Morales.