ES LA POLÍTICA

Grupo A 2021: Resurrecciones

Símil 2010: la oposición le negó el Presupuesto al Gobierno. En juego, el acuerdo con el FMI por la deuda que Macri nos legó. La fábula del crimen del médico.

"'La Argentina no tendrá presupuesto para el año próximo', sentenció Agustín Rossi, titular del bloque oficialista en Diputados, al retirarse del recinto tras la fallida sesión especial donde iba a tratarse el Presupuesto 2011. El FpV no consiguió quórum para tratar la previsión de los recursos y gastos para el próximo año y debido a los pocos días que quedan para el cierre de las sesiones ordinarias, ya dan por cerrado el año legislativo. Rossi acusó al Grupo A de cometer un “suicidio político” al dejar al Gobierno sin presupuesto". Así arrancaba una nota publicada por el diario Página 12 el jueves 18 de noviembre de 2010. Cambian los nombres, pero las situaciones, en el país de los loops, se repiten como tragedia, aunque también cambian los tiempos: aquella vez, la (poco)centro(y mucha)derecha nacional esperó un año para ensayar un intento de bloqueo de la administración peronista que había salido herida de las elecciones de medio término de 2009; esta vez, la alianza de (cada vez menos)centro(y cada vez más)derecha Juntos por el Cambio no pudo más de la ansiedad y, apenas un mes y dos días después de la derrota oficialista en las urnas, en sociedad con el bloque de mediocampistas que conduce el lavagnista Alejandro Rodríguez y con el aporte folclórico de la izquierda, dejó sin Presupuesto al gobierno que encabeza Alberto Fernández.

 

El 12 de octubre pasado, con la oposición en estado de éxtasis por la paliza que le había propinado al Gobierno en las PASO del 12-S, Gabriela Pepe escribía en Letra P una nota titulada "El Gobierno busca en el Círculo Rojo la gobernabilidad que no encuentra en JxC". Empezaba así: "Acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), inflación, precios, leyes laborales y giras presidenciales a la caza de inversores formaron parte del temario que ocupó el almuerzo de dos horas que Alberto Fernández, el jefe de Gabinete, Juan Manzur; el ministro del Interior, Eduardo de Pedro, y el presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, compartieron este martes en la Casa Rosada con empresarios de primera línea del país, con la vista puesta en el escenario poselectoral".

 

Unos párrafos después, el artículo contaba que, "durante el encuentro, los empresarios le plantearon al Presidente sus dudas por el acuerdo con el FMI y por el nivel de consenso interno que tendrá, tanto dentro del Frente de Todos (FdT) como en el Congreso, con la oposición. Concretamente, según pudo saber Letra P, se preguntaron si Juntos por el Cambio estará dispuesto a acompañar al Gobierno y a votar el acuerdo en el Congreso y expresaron 'preocupación' por el silencio opositor". ¿Videntes? No, viejos zorros que saben con qué bueyes aran.

 

En la noche de este miércoles, el oficialismo ya reconocía que no contaba en la Cámara baja con los votos suficientes para aprobar el proyecto de Presupuesto que apuró con la soga al cuello por el deadline de marzo, cuando dejará de pagarle al Fondo haya o no haya arreglado con el organismo, y por la decisión presidencial de cerrar ese entendimiento antes de los brindis de fin de año. El dato -informó este portal- había sido ofrendado "con sinceridad" por el titular del cuerpo, Sergio Massa, en una reunión de urgencia que convocó con los jefes de bloque.

 

El optimista del diálogo estaba devastado. El domingo mismo de las elecciones, había anunciado que el Presidente no perdería un segundo en lamentos y que, en el inicio mismo de la semana que comenzaba, convocaría a la concertación, al consenso y a todas las herramientas de la buena democracia a la oposición, a los gremios, al Círculo Rojo y a todo grupo de poder capaz de ponerle gobernabilidad a su segundo tiempo.

 

En la República macrista pasan cosas raras que no deberían sorprender, pero, por su inquebrantable voluntad de doblar las apuestas, refrescan una y otra vez la capacidad de asombro del pueblo argentino sin salud. Si fuera una serie de televisión, este último episodio fracasaría por inverosímil. 

 

El gobierno que condujo la alianza Cambiemos (versión original de la actual Juntos por el Cambio, que empezó a expandirse más hacia la derecha en 2019 con la incorporación del peronista antipobrista Miguel Pichetto y siguió en ese camino este año con el fichaje de Ricardo López Murphy, prócer de la tragedia de 2001 que hoy encabeza el golpe contra el Presupuesto en el Congreso) hipotecó el país con el endeudamiento criminal que tomó con el Fondo Monetario Internacional y ahora le niega el Presupuesto -la herramienta que, según la sarasa de la civilidad, no se le niega a nadie- al gobierno que recibió, como peludo de regalo, la nimia tarea de sacarlo de la ciénaga, esto es, de superar de la manera menos cruenta posible una crisis complejísima en medio de una pandemia que, justo en estos días, avisa que no terminó. Lo hace, está convencida la comandancia del Frente de Todos, para sabotear el acuerdo que el Gobierno negocia con el Fondo.

 

En la Casa Rosada usan una metáfora tarantiniana. Dicen: es como pegarle un tiro a un tipo y además matar al médico que trata de cortarle la hemorragia. 

 

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