Con la cabeza puesta en el lunes posterior a una derrota casi segura, el Frente de Todos (FdT) cerró su campaña en Merlo con un acto que dejó mensajes disímiles, mostró la frialdad que atraviesan las relaciones en la alianza gobernante y marcó una única coincidencia: el esfuerzo y la voluntad de todos los accionistas por mostrar que entienden que la unidad es el valor supremo a cuidar.
En un acto que casi no tuvo liturgia peronista y puso el foco en la prolijidad y en la foto final, Alberto Fernández, Cristina Fernández de Kirchner, Axel Kicillof, Sergio Massa y la primera candidata a diputada nacional por la provincia de Buenos Aires, Victoria Tolosa Paz, se limitaron a cumplir los protocolos. Casi como un trámite, transitaron el acto de cierre de una campaña que se volvió traumática tras la dura derrota de las elecciones primarias y que abrió interrogantes el futuro del FdT y la gobernabilidad.
“La primera condición que debemos cuidar siempre, compañeros y compañeras, porque permanentemente tratan de que esto no ocurra, es no olvidarnos de estar unidos, lo primero y esencial es la unidad de nuestro espacio”, dijo Fernández en el cierre del acto que se celebró en el Parque Néstor Kirchner, en Merlo.
El clima estaba enrarecido. Por decisión del espacio y consejo del asesor catalán Antoni Gutiérrez-Rubí, el predio mostró una postal inédita para un acto peronista, con una concurrencia ceñida a la capacidad de sillas que se distribuyeron de manera espaciada. No hubo bombos ni pancartas. Los asistentes ondearon banderitas argentinas, que se mezclaron con unas pocas que identificaban a algunos sectores internos. El Frente Renovador, el Movimiento Evita, Barrios de Pie y el Frente Patria Grande fueron los que mostraron banderas, pecheras y algunos globos, el despliegue fue más que sobrio, a tono con el pedido que habían hecho los organizadores.
La interacción en el escenario fue forzada. A una semana de haberse sometido a una histerectomía, Cristina igual dio el presente en el acto. Sus socios se lo reconocieron. “Está recién operada y está acá igual. No se le puede reprochar nada”, destacó un vocero que trabaja en la mesa de campaña. Para no hacer mayores esfuerzos, la vicepresidenta estuvo siempre sentada y no habló frente a la militancia.
Durante el acto, se dedicó a firmar autógrafos, banderas y remeras y saludó a la militancia, que le dedicó los pocos cantos que sonaron abajo del escenario. “Cristina corazón, acá tenés los pibes para la liberación”, se escuchó en un par de oportunidades a lo largo del evento. La última fue durante el discurso de Fernández. El Presidente los interrumpió para continuar con su alocución. Cristina lo aplaudió sobre el final.
La vicepresidenta habló y se rio durante todo el acto con Massa, sentado a su derecha. Con Fernández cruzó pocos comentarios y alguna sonrisa. Todos habían compartido algunos minutos en la previa del acto, en una carpa montada cerca del escenario. Allí estuvieron el Presidente, Massa, Kicillof, Tolosa Paz e integrantes del gabinete. Cristina fue la última en llegar. En la previa cruzaron los últimos números de la provincia de Buenos Aires. También hablaron sobre cómo y dónde recibirán los datos de las urnas el domingo. Este viernes definirá si repetirán la postal de las PASO y se verán todos en el búnker que se montará en el complejo C, ubicado en Chacarita. Todavía no está definido.
Fernández y Cristina no se veían en público desde el 29 de septiembre, cuando compartieron en la Casa Rosada el acto de presentación de la ley de promoción de exportaciones que impulsa el Consejo Agroindustrial Argentino (CAA). Fue dos semanas después de la derrota de las PASO y de que se desatara la interna que dejó al FdT al borde de la ruptura.
Sobre el escenario, cada cual habló según su criterio. Los discursos fueron en distintas direcciones. Tolosa Paz se enfocó en el pedido del voto a los “cuatro millones de bonaerenses” que no fueron a votar en las PASO y le hizo guiños a Cristina, que la saludó con frialdad. Prolijo, Massa siguió al pie de la letra la línea de la campaña y recalcó varias veces el “Sí” que rige spots y gráficas. “Hay que decirle sí a la Argentina del trabajo”, puntualizó.
Kicillof hizo su propio recorrido. Habló de “la peste del macrismo”, se refirió a la inseguridad a partir del homicidio del kiosquero en La Matanza y apuntó personalmente contra Mauricio Macri, María Eugenia Vidal, Diego Santilli y Horacio Rodríguez Larreta. Por último, pidió “convencer para llenar las urnas de votos” para el FdT.
Sobre el final, el Presidente fue quien reivindicó la unidad como valor de manera explícita y llamó a cuidarla. Cristina lo aplaudió. Cuando el primer mandatario terminó su alocución, se acercó de vuelta a la mesa en la que estaba la primera línea del FdT para recibir saludos. Lo abrazaron Massa, Kicillof y Tolosa Paz. La vicepresidenta siguió con la mirada en las firmas y los saludos. Compartieron la foto final al borde del escenario.
Abajo del escenario también hubo datos salientes. Parte del elenco de oradores y protagonistas en otras ocasiones, Máximo Kirchner estuvo esta vez abajo, sentado al lado del ministro del Interior, Eduardo de Pedro. Mantuvo un perfil bajo y no participó de la foto final.
En Merlo también hubo varios integrantes del Gobierno nacional, como los ministros Juan Cabandié y Martín Guzmán, Cecilia Todesca, Roberto Feletti, Martín Sabbatella y Malena Galmarini, integrantes del gabinete bonaerense e intendentes de la provincia de Buenos Aires. Fernández estuvo acompañado siempre por su círculo de confianza, Gustavo Beliz, Julio Vitobello y el canciller Santiago Cafiero, que subió al escenario sobre el final y cruzó chistes con De Pedro, en un cierre sin euforia y con pocas arengas. Entre los asistentes flotaba la convicción de que el oficialismo camina hacia una derrota el próximo domingo y que eso abrirá un panorama incierto sobre el futuro, en el que solo existe la certeza de que, aún con poco entusiasmo, no hay margen para una ruptura.