Uno de los momentos más tensos del debate porteño no sucedió al aire, sino media hora antes. Cerca de las 21.30, la señal de cable Todo Noticias, del Grupo Clarín, estaba dedicada a vender la previa del programa A Dos Voces con una cobertura cronometrada. El ingreso de cada postulante por la calle Lima al 1100 era registrado desde que llegaba hasta que bajaba al subsuelo al estudio armado para la transmisión. Como si fuera un reestreno, el multimedio redecoró todo el camino hasta el centro de la escena. El cruce de opiniones de este miércoles por la noche conmemoró 25 años de debates en la señal insignia del holding que lidera Héctor Magnetto.
Mientras llegaban los dos aspirantes y las dos candidatas junto a sus equipos, una discusión pasó de los murmullos a los gestos intempestivos, al borde de los gritos. El momento tuvo como protagonista al senador Mariano Recalde, jefe de campaña de Leandro Santoro. Cada postulante podía ingresar con diez personas. El equipo del primer candidato del Frente de Todos llevó entre ellas a Vardush "Rosa" Datyvian, la madre de Arshak Karhanyan, el agente de la policía de la Ciudad que está desaparecido desde hace dos años y medio. Apenas llegaron, uno de los productores se acercó a Recalde y le dijo que no estaban de acuerdo con dejar pasar a la invitada. El senador se opuso de forma terminante y no pudo ocultar su malestar. Tampoco su equipo, que comenzó a filmar el episodio. La discusión subió de tono y se ganó la mirada de todas las personas presentes. La producción buscó llevar la controversia a un rincón para sacarla del centro de la atención, pero no pudo con Recalde.
La novedad no cayó bien en el equipo de María Eugenia Vidal. La exgobernadora había llegado preparada para arrancar el debate aprovechando el error del ministro de Seguridad, Aníbal Fernández, que le respondió por Twitter al dibujante Nik y divulgó la escuela a la que concurren las hijas. "Quiero primero proponerles a todos que me acompañen a pedirle al Presidente la renuncia, lo que pasó fue inaceptable", primereó Vidal sin cosechar el respaldo de sus contendientes. La presencia de la madre del policía porteño desaparecido resultó inesperada y cambió la agenda discursiva de la candidata, que tuvo que reducir daños porque el candidato del FdT mencionó su presencia en su primera alocución. "Hace dos años y medio que a la Ciudad le falta un policía", lanzó. No le dejó espacio a Vidal. Tuvo que utilizar el primer derecho a réplica para hablar al respecto. "Lamento, porque es la primera vez que la veo a la mamá de Arshak, lamento su dolor, pero rechazo profundamente que la hayan convocado para ser utilizada en un debate”, dijo.
Vidal y el alcalde porteño, Horacio Rodríguez Larreta, fueron los últimos en entrar al canal. La exgobernadora eligió rodearse de su entorno de mayor confianza para sentirse lo menos nerviosa posible. La acompañaron su exjefe de Gabinete y mano derecha, Federico Salvai; su exfuncionario Federico Suárez, Hernán Stella, uno de sus colaboradores más cercanos, y el ministro de Salud porteño, Fernán Quirós. También estuvieron el jefe de campaña, Fernando Straface, y la extitular del Cippec Julia Pomares.
Rodríguez Larreta siguió con atención cada instancia de la discusión, pero en absoluto silencio, salvo cuando escuchaba a Quirós, sentado a su izquierda. Escuchó las acusaciones que lanzó Santoro: desde la fallida compra de barbijos a tres mil pesos cada uno que conmocionó a la gestión porteña, hasta los vínculos con el lobby inmobiliario y los señalamientos que le hizo a Vidal sobre el espionaje realizado durante la presidencia de Mauricio Macri a la propia dirigencia de Cambiemos. "¿Qué les pasa a ustedes que permitieron que su jefe político los investigara?", le preguntó Santoro y la exgobernadora aseguró que no existen pruebas que involucren al Macri en el espionaje que le realizaron a ella, a Larreta y al exvicejefe porteño Diego Santilli, entre otras personas. Salvo la tenue defensa que hizo de Macri, la exgobernadora casi no tomó ese guante.
Por la lista de JxC, la acompañaron el economista Martín Tetaz, la diputada Paula Oliveto, el legislador porteño de la Coalición Cívica, Hernán Reyes; la científica Sandra Pitta y el exministro de la Alianza Ricardo López Murphy, que apenas llegó saludó a todos, menos a uno. "Hola Ricardo", le dijo en voz alta Tetaz desde la otra punta de la fila. El líder de Republicanos Unidos miró para otro lado y no se dio por aludido.
A pocos metros, separados por una línea de acrílicos, estaba el equipo que acompañó a la candidata a diputada nacional por el Frente de Izquierda Myriam Bregman. Las dos aspirantes que participaron de la discusión fueron las mejores oradoras, aunque la militante de izquierda logró diferenciarse y poner contra las cuerdas varias veces a Milei. Estaba secundada por el diputado Nicolás Del Caño, el exlegislador Patricio del Corro y los dirigentes Christian Castillo y Gabriel Solano. Cuando los contrapuntos se pusieron espesos entre Bregman y Milei, los cuatro, al unísono, le gritaban al economista ultraliberal: "¡Facho! ¡Facho!".
Pocas filas detrás de Rodríguez Larreta estaba el team del Frente de Todos, con Recalde a la cabeza. A su lado estaba la diputada Gisela Marziotta, que busca un nuevo mandato, y su compañero de lista Alejandro Amor, uno de los que más habló en la previa del debate con Salvai. El resto de la comitiva pasó inadvertido entre el tumulto hasta que Santoro lo mencionó en el debate para corporizar críticas a la gestión de Rodríguez Larreta. Además de la madre de Karhanyan, estuvo Cristian Acosta, enfermero del Hospital Ramos Mejía, que fue reprimido en una manifestación en la Legislatura porteña organizada para reclamar el reconocimiento profesional. También estuvo Nora, una vecina del Barrio 31 responsable de construir una red de contención por la falta de agua en el momento más duro de la pandemia. "Si querés te los presento, por si no los conocés", chicaneó Santoro a Vidal luego de recordarle que el barrio de Retiro no tenía agua porque la administración de Larreta había priorizado la provisión a la sede del Ministerio de Educación.
La comitiva de Milei fue la menos numerosa. Estuvo su hermana Karina junto a Victoria Villlarruel y Ramiro Marra, integrantes de la boleta de La libertad Avanza, y parte del equipo de prensa y asesoramiento que entrenó al economista ultraliberal. En el piso se lo vio muy pálido y notablemente incómodo ante las críticas de Bregman, que le enrostró una y otra vez sus vínculos con la ultraderecha: desde su trabajo para el genocida Domingo Antonio Bussi hasta las relaciones políticas con el presidente de Brasil, el líder ultraderechista Jair Bolsonaro, y el partido fascista español Vox. Así como el economista se jactó de esos vínculos, quedó empantanado en una llamativa explicación de la pandemia que, desde su punto de vista, "tiene solución desde 1927".
En el tramo final, Milei protagonizó otro momento incómodo cuando se negó a debatir directamente con Bregman. "Yo no discuto con la casta", lanzó el economista para no hacerle una pregunta a la candidata trotskista. Ambos tuvieron cruces con los conductores. "Catador de falacias", le espetó la candidata a Milei para ridiculizar la cantidad de veces que el economista usó ese término para responderle. Salvo los cruces públicos, Bregman no le dirigió la palabra y se negó a saludarlo en el final del debate. El economista no pudo despegarse de los señalamientos de violento y autoritario ante una competidora que logró incomodarlo para evidenciar su orientación de ultraderecha.
Cuando concluyó la transmisión y las cuatro figuras de la noche posaron para las fotos, el equipo de Milei era el más apesadumbrado. Ante las consultas de este portal, Marra consideró que habían sido "los mejores", pero la lectura no se confirmaba en el ánimo de su equipo. Santoro consideró que había tenido un buen desempeño ante la apuesta que había hecho Vidal de endilgarle la verborragia de Aníbal Fernández y cerca de la exgobernadora evaluaron que "cumplió el objetivo que se había planteado". Los últimos en salir fueron los laderos de Bregman, satisfechos por el desempeño de su candidata.