Elecciones 2021

Legislatura bonaerense: los árbitros de la grieta, en peligro de extinción

Los dos bloques por fuera de la antinomia FdT-JxC arriesgarán más de la mitad de sus bancas. La espera de definiciones y el proyecto 2023.

La Cámara de Diputados bonaerense cuenta con dos bloques que lograron saltar la grieta que impone el Frente de Todos y Juntos por el Cambio y convertirse en los árbitros de algunas de las principales peleas legislativas entre kirchneristas y vidalistas. En las elecciones de medio término, uno de ellos pondrá en riesgo una de sus dos bancas; el otro, tres de las cinco que ostenta. Responden tanto al peronismo inorgánico como al radicalismo autoexiliado y esperan definiciones superestructurales para 2021 y, sobre todo, 2023.

 

Se trata de los bloques 17 de Noviembre, que arriesgará una de sus dos bancas, la del peronista Mario Giacobbe, y Cambio Federal, que pondrá en juego tres de sus cinco escaños: la del radical possista Fernándo Pérez y las que ocupan los monzoístas Guillermo Bardón y María Elena Torresi. Todos ellos integraron el bloque de Cambiemos hasta 2019, en el marco de la frustrada estrategia de María Eugenia Vidal de sumar a su armado una pata peronista y contener en el mientras tanto a radicales díscolos como Pérez y Walter Carusso, con el que hoy comparte espacio.

 

Giacobbe fue dos veces concejal en su ciudad natal, Berazategui, y secretario de Gobierno en Almirante Brown en épocas en que el distrito era gobernado por el massista Darío Giustozzi. De buen vínculo con Sergio Massa, en 2013 asumió por primera vez como diputado por la Tercera sección electoral por el Frente Renovador, pero en 2017 se alejó del espacio y renovó su cargo por Cambiemos, lo que marcó dos mandatos seguidos que le imposibilitarán buscar un nuevo periodo legislativo.

 

Aun así, el berazateguense siempre se mostró con moderadas críticas a las políticas de Mauricio Macri y a algunas de la propia exgobernadora. De hecho, integró la lista de Cambiemos en 2017 mientras presidía el bloque Justicialismo Bonaerense, que compartía por aquellos años con el exdiputado Hugo Oroño, proveniente del armado de Jesús Cariglino en la Primera sección electoral.

 

Según pudo saber Letra P, Giacobbe mantendrá su alianza legislativa con Fabio Britos hasta terminar su mandato y no está abocado a conseguir un nuevo cargo público. La propuesta de esta bancada opositora es contribuir en la crisis, acompañar al gobierno en los proyectos que presente y “no poner palos en la rueda”. Una postura bien recibida en el oficialismo que, pese a tener el bloque más numeroso con 45 diputados y diputadas, necesita de dos aliados para conseguir quórum y 17 voluntades para llegar a los dos tercios para sacar leyes claves como el endeudamiento o el Presupuesto. De todos modos, en su entorno le dan continuidad a su trabajo de militancia en el sur del conurbano y no desestiman nuevos caminos teniendo en cuenta su buena relación con el presidente de la Cámara de Diputados de la Nación.

 

 

 

Pérez tampoco podrá pelear por un nuevo periodo en la Legislatura. Ingresó  por primera vez en 2013 como parte del acuerdo político que por ese entonces tenía la Unión Cívica Radical en el Frente Progresista Cívico y Social de Hermes Binner y Margarita Stolbizer, y dos años después se sumó a la propuesta de Macri y Vidal, con los que logró la reelección en 2017.

 

A fines de 2019 rompió relaciones con Cambiemos y comenzó a delinear un nuevo espacio político para disputar lugares dentro del amplio sector opositor. Si bien sus allegados no lo ven preocupado por ingresar en otro cargo electoral, en este caso la única opción sería dentro del Congreso de la Nación; sí traducen su anhelo de pelear nuevamente por la intendencia de Quilmes en 2023. “Tenemos vocación de poder y de transformación, y hoy estamos de lleno en fortalecer a la UCR y construir liderazgos en la oposición”, remarca, con insistencia y a quien se lo pregunte, el radical.   

 

A diferencia de éstos, Bardón accedió por primera vez a su banca en 2017, por lo que tendría posibilidades de integrar una nueva lista, mientras que Torresi lo hizo en 2009 gracias a la alianza Unión PRO. El primero es un experiodista platense que compartió nómina con los cambiemistas en la Octava sección electoral Carolina Píparo, Diego Rovella María Carolina Barros Schelotto. La segunda trabaja en tándem con su esposo, el expresidente de la Cámara de Diputados bonaerense, Osvaldo Mércuri, e integró la sábana del partido amarillo junto a Adrián Urreli, Maricel Etchecoin, Guillermo Sánchez Sterli, Gabriela Besana y Pérez, en la Tercera sección.

 

 

 

 

Ambos monzoístas coinciden en la necesidad de crear una opción de gobierno por fuera de los halcones del PRO. Para eso pretenden ampliar, ir a buscar a los que se fueron del espacio tras cuatro años de debacle económica macrista, y levantar la imagen del rey de la rosca y el optimismo, el otrora armador del PRO de raigambre peronista. En este sentido, mientras el platense se muestra suelto en la Legislatura, con la presentación de iniciativas como la recuperación de la tasa de capitalidad para La Plata, y la implementación del carné de conducir por puntos, y marca un posible camino de reelección, la lomense destaca la prerrogativa justicialista sobre el trasvasamiento generacional con el agregado de aportes que puedan hacer hombres y mujeres con mayor experiencia, pese a que tampoco puede ir por otro mandato.  

 

En un mapa legislativo polarizado, con Juntos por el Cambio como principal resistencia a las políticas de Axel Kicillof, estos legisladores y legisladoras cobran singular relevancia y se convierten en los árbitros de la grieta. Es por eso que sus movimientos son seguidos de cerca por los dos espacios mayoritarios, mientras esperan definiciones de sus líderes políticos en clave electoral.

 

Victoria Villarruel, vicepresidenta de la Nación.
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