El ministro de Seguridad, Sergio Berni, volvió al centro de la escena política tras conocerse que el empresario Mario Baudry había presentado su renuncia a la jefatura de Gabinete del ministerio que conduce luego de algunos episodios públicos y otros no tan publicitados vinculados a una tensión en el corazón de la cartera que nuclea a más de 90 mil policías.
En lo público, el episodio más recordado fue la denuncia contra la pareja de Baudry, Verónica Ojeda, por romper la cuarentena y negarse a presentar un certificado de circulación al ser detenida en un retén policial en las afueras de la ciudad de Brandsen. A ese hecho se suma una creciente tensión con funcionarios del entorno presidencial y una supuesta presión sobre Berni para que se desprendiera de él.
El episodio de la pareja de Baudry no cayó bien al ministro. Sobre todo por la dimensión pública que tomó. Baudry se defendió a través de Ojeda en distintos programas de televisión: sostuvo que se trataba de internas y aunque sin explicitarlo apuntó al Gobierno nacional justo cuando la relación de Berni con la ministra nacional Sabina Frederic (Seguridad) estaba en uno de sus tantos puntos de ebullición.
Pero el sacudón de esta semana que desembocó en una renuncia no aceptada tiene origen en una pelea interna referida a la toma de decisiones. Desacuerdos entre la jefatura de gabinete y la subsecretaría de coordinación y logística ministerial encendieron la mecha. Dos áreas que deben funcionar de manera conjunta y óptima.
Baudry pegó un portazo y luego relativizó la situación. Este jueves habló con FM Primavera, emisora de General Belgrano -de donde es oriundo-, y sostuvo: “Mi función sigue siendo que el Ministerio de Seguridad funcione y que el ministro tenga todos los elementos y la policía, las herramientas para su desempeño”.
La relación entre Baudry y Berni se fortaleció en tiempos de Cambiemos. Con varios proyectos empresariales en curso, Baudry intentó hacer pie en la política formal y desde la Quinta sección electoral, convertirse en un “referente” del peronismo territorial. No consiguió lugares en las listas. Entonces, trabajó para instalar a Berni en una precandidatura a gobernador. Fue su jefe de campaña de una carrera de corto aliento pero que no descarta retomar.
Al inicio de la pandemia, Berni se puso como objetivo recorrer todas las secciones electorales a bordo de un ómnibus acondicionado. Un búnker rodante que le permitía trabajar en tiempo real desde cualquier punto del territorio. En todas las recorridas lo acompañó Baudry.
NEGOCIOS. Baudry es dueño del multimedio Central de Noticias Argentinas S.A. que incluye la radio Cadena Río, con una buena audiencia en La Plata, y la revista de política bonaerense La Tecla, con llegada a todos los despachos de la gobernación y la Legislatura. Según consignó BAE, también sigue figurando como presidente de la empresa offshore Media Building Group Corporation.
Kicillof, junto a Frederic y Berni, en la Vucetich.
MÁS CAMBIOS. La salida de Baudry implicaba también que Berni metiera mano en las áreas que dependían de aquel. Cuando el empresario presentó su renuncia, el ministro de Seguridad ordenó desmantelar la oficina de prensa y ceremonial del ministerio y mover a la mayoría de los empleados del área -periodistas y fotógrafos- que prestaban servicios desde la administración Vidal e inclusive desde antes.
Si bien no hay impedimiento legal para el traslado de las y los trabajadores, hay creciente malestar entre ellos ante la posibilidad de que varios (cerca de 30) pasen a desempeñar tareas administrativas en dependencias policiales alejadas de la capital provincial, donde viven.
Desde el Sindicato de Prensa Bonaerense (Si.Pre.Bo) denunciaron un avasallamiento a las condiciones de trabajo; “en su mayoría (son) periodistas, locutores, fotógrafos y camarógrafos que llevan más de 15 años siendo el nexo entre autoridades provinciales y medios de comunicación de toda la provincia de Buenos Aires, el distrito más importante del país por generación de riqueza y cantidad de habitantes”, indicó el gremio.
En el ida y vuelta sobre su salida, afloraron versiones varias. Un fuerte rumor puertas adentro del ministerio indicaba que Berni ya había contratado a una consultora para que le manejara su comunicación e imagen pública, más allá de la gestión diaria. Ante la consulta de Letra P, en la gobernación bonaerense tomaron distancia de los hechos y prefirieron no opinar.