Múltiples factores se desprenden de los apagones registrados en los últimos tiempos en suelo bonaerense. Pero puede hallarse una línea directa entre los cortes y el estado crítico del Oceba, organismo encargado de controlar la prestación del servicio de energía eléctrica en la provincia de Buenos Aires. Según pudo saber Letra P, un relevamiento de la actual gestión evidenció “un alto nivel de abandono y una gran desinversión” en la estructura heredada de la pasada administración, algo que implicaba “una imposibilidad concreta” para realizar su tarea de control a las energéticas durante los años de vidalismo.
Casi mil reclamos de usuarios cajoneados, recortes en auditorías, eliminación de viáticos al personal, contabilidad regulatoria ausente y una tasa de fiscalización –que abonan las empresas por ley al organismo– sobre la que se cobraba solo un 40%, son algunos puntos críticos detectados por la nueva gestión en lo que refiere a lo heredado.
“Apenas asumí, nos encontramos con una cédula de desalojo y con una cuenta embargada porque no se pagaba el alquiler”, señaló en un reciente reportaje con este medio el actual titular del Oceba, Marcelo Juiz, para sintetizar la complejidad del panorama recibido. En este punto en particular, Oceba debía tres meses de alquiler del edificio donde funciona su sede central (56 N° 535, La Plata). Por esa deuda impaga, la dueña del inmueble –la distribuidora de gas Camuzzi- realizó un embargo sobre las cuentas del organismo por más de 850 mil pesos, interviniendo el Juzgado Civil y Comercial Nº 21 de La Plata.
Esa tasa se contempla en la tarifa que ya facturan las empresas a los usuarios y equivale al 1,2 % sobre el Valor Agregado de Distribución (VAD) de la facturación total de la tarifa del año anterior. “Pero en los últimos años nunca la tasa de fiscalización recaudada por el Oceba superó el 0,52 % de la facturación de energía de las mismas”, subrayó Juiz.
Pero un pilar central de la precariedad financiera detectada en el Oceba tiene que ver con el hecho de no haber recibido los recursos en concepto de tasa de fiscalización y control que pagan anualmente por ley las empresas distribuidoras para el funcionamiento del organismo. “De lo que Oceba podía cobrar, un 40% de la tasa de fiscalización se cobraba”, enfatizó Juiz para marcar: “Lo que la empresa no paga de tasa de fiscalización es como que se lo quedan ellos, no queda en el usuario”.
Por otro lado, se advirtió la eliminación de los viáticos para las auditorías regulatorias, que congeló desde 2017 la posibilidad de supervisión y control de las concesionarias por parte del personal del organismo. A la vez, hubo recortes en auditorías comerciales y técnicas.
Otra cuestión donde la actual gestión puso la lupa refiere a los reclamos de los usuarios años atrás: se detectaron más de 950 expedientes sin resolución, al no haber sido ingresados al sistema electrónico bonaerense. También, la desinversión se advirtió en un escaso desarrollo informático y tecnológico para el seguimiento y control de las distribuidoras. Voces cercanas al Oceba confiaron a este medio que este panorama genera la imposibilidad técnica de realizar un seguimiento en tiempo real de los niveles de asistencia a los usuarios, ya que no hay herramientas informáticas para hacerlo. El desarrollo en materia tecnológica es uno de los objetivos de la actual gestión.
Pasando a las irregularidades administrativas, se destacó la ausencia de contabilidad regulatoria, herramienta diseñada para el control de las inversiones y fiscalización de las empresas concesionarias. La inacción en este aspecto está relacionada con la falta de control y seguimiento que Oceba tuvo en los últimos años sobre las empresas concesionarias del servicio.
Como detalló Letra P en 2019 durante una serie de apagones registrados en la capital bonaerense, voces cercanas a Oceba –por entonces comandada por Jorge Arce, un funcionario de carrera que data de 2007 en el organismo- deslizaron no contar con información certera sobre las proyecciones de inversión de Edelap. Según pudo saber este medio, Edelap informó haber invertido $1.002 millones durante 2019.
En 2018, informó inversiones por $720 millones. Teniendo en cuenta la fuerte devaluación registrada el año pasado, el aumento de las inversiones en $282 millones de Edelap sufrió una clara erosión al momento de analizar la inversión real. Si se rige por el tipo de cambio con el que se cerró 2018, la inversión de ese año de la distribuidora que abastece de luz a La Plata y su región fue de casi 19 millones de dólares. Tomando el tipo de cambio con el que cerró 2019, la inversión fue de casi 16 millones de dólares. Tres millones de dólares menos.