El acuerdo para avanzar en la flexibilización del aislamiento en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) se da al compás del tango: paso a paso y se teje de a dos. El gobernador bonaerense, Axel Kicillof, y su par porteño, Horacio Rodríguez Larreta, unen su suerte y confían en los reportes sanitarios de cada distrito para, desde el 18 de julio, empezar la fase de cuarentena diferenciada, con distinto grados de apertura y habilitaciones en la Ciudad y la provincia de Buenos Aires.
El puntapié inicial lo dieron ambos gobernantes el lunes por la mañana durante una reunión de casi 90 minutos en la Jefatura de Gobierno. Cada uno presentó su plan de apertura gradual y acordaron cederle la pelota al presidente Alberto Fernández, que definirá en las próximas horas cómo sigue el aislamiento en el AMBA. Si bien el jefe de Gobierno avanzó primero y ideó la apertura del aislamiento como parte de un operativo despegue, cada definición se toma en diálogo con Kicillof para coordinar una estrategia sanitaria común y no resquebrajar el vínculo político. Tras ese primer acuerdo marco, se intensificaron las bilaterales entre ambos gobiernos para definir punto por punto las actividades que abrirá cada distrito.
El paso siguiente para delinear ese consenso fue este martes con la reunión de ambos equipos en la gobernación de Buenos Aires. Por el bonaerense estuvieron el jefe de Gabinete, Carlos Bianco, el ministro Daniel Gollán (Salud) y la subsecretaria de Contralor Sanitario y Epidemiología, Leticia Cerian. El equipo porteño, que viajó hacia La Plata en helicóptero, estuvo compuesto por el jefe de Gabinete, Felipe Miguel, y los ministros Fernán Quirós (Salud) y José Luis Giusti (Desarrollo Económico).
La reunión duró poco más de una hora. Hubo intercambio de cifras y repaso técnico de los términos que se aplicarán en cada distrito para la salida de la cuarentena estricta. El gobierno porteño volverá a abrir los 70 mil comercios que están cerrados desde el 1 de julio, con la promesa de procurar que ese movimiento no implique un aumento del uso de transporte público. Según sostuvieron los funcionarios de Rodríguez Larreta, esos comercios son barriales, sus trabajadores se mueven dentro del territorio porteño y abrirán con protocolos sanitarios estrictos.
Ambos equipos coincidieron en seguir el ritmo de contagios durante las próximas 48 horas. Si el promedio de casos diarios se mantiene, la apertura se hará tal cual acordaron Kicillof y Rodríguez Larreta en Parque Patricios: paso a paso y con distintas actividades y permisos en cada área. En la Jefatura de Gobierno hacen hincapié en la cantidad de infectados y el índice de contagiosidad (número R0), mientras que en La Plata preocupan los contagios y también el porcentaje de camas de terapia intensiva ocupadas (superior al 60% en el AMBA). Pese a ese contrapunto, hay acuerdo para una apertura gradual y diferenciada.
De todas formas, como en cada víspera del anuncio de la próxima fase de cuarentena, aún persisten dudas en torno a cómo asegurar el uso del transporte público siga únicamente habilitado para trabajadores esenciales y en aceitar los controles de los límites entre ambas jurisdicciones. Entre las actividades que la Ciudad pone en pausa para una apertura inmediata están las obras en construcción y los shopping, que implicarían una mayor circulación, por medio del transporte público, entre el conurbano y la Ciudad.