Después de días de intensos cruces mediáticos y alta tensión política, la Casa Rosada le puso un freno brusco al debate. Decidido a dejar "sin argumentos" a la oposición que clama por una supuesta falta de libertad de expresión, el presidente Alberto Fernández cedió ante el pedido la cúpula de Juntos por el Cambio y accedió a reunirse en exclusiva -de manera virtual- con los líderes parlamentarios de esa fuerza, en ausencia de los demás bloques opositores.
"Me pidieron un encuentro con los bloques opositores y dije que sí. Después, me pidieron que fuera Juntos por el Cambio por un lado y otros por el otro. Bueno, como es tema de otro poder del Estado no me quiero meter. Una condición mía es estar abierto al diálogo siempre", explicó el Presidente este lunes en diálogo con FM La Patriada, al referirse a su decisión, cuando todavía estaba a la espera de la comunicación con los dirigentes de la oposición.
La actitud de la cúpula de Juntos por el Cambio fue leída en Olivos como un capítulo más en la interna, que quedó al descubierto de manera palpable en los últimos días, tras las diferencias que generó el comunicado por la asesinato del ex secretario de Cristina Fernández de Kirchner, Fabián Gutiérrez, las protestas del 9 de julio y las acusaciones por el espionaje. El Gobierno decidió, entonces, ponerle paños fríos a la guerra, "sacarle excusas" a la oposición -en particular, al ala dura- para negarse al diálogo y aceptar una reunión exclusiva, a agenda abierta.
"Les demostramos que tienen el espacio para expresarse", le dijeron a Letra P desde el bloque del Frente de Todos en Diputados. "No nos negamos a hablar con nadie que esté dispuesto al dialogo y que además tenga representación parlamentaria", apuntó un hombre de la mesa chica de Fernández. "Fue positivo que Juntos por el Cambio planteara una reunión bilateral", dijo el secretario de Relaciones Parlamentarias, Fernando "Chino" Navarro.
La decisión de ceder ante el pedido de exclusividad fue, también, un gesto hacia el ala dialoguista de Juntos por el Cambio, que se enfrenta en la mesa chica a los halcones que piden más dureza frente al Gobierno. "Horacio (Rodríguez Larreta) se banca todas. Se sienta al lado de Alberto y de Axel (Kicillof) mientras critican a (Mauricio) Macri. Y Cristian (Ritondo) nos ayuda mucho en Diputados", reconocen cerca de Sergio Massa, el armador de la reunión, que el domingo a la noche tambaleó cuando Juntos por el Cambio amenazó con pegar el faltazo si el Presidente no accedía a un encuentro exclusivo.
Massa llegó este lunes por la tarde a Olivos para participar de la reunión junto al Presidente y al presidente del bloque del Frente de Todos, Máximo Kirchner, que también apoyó la decisión de Fernández de darle una reunión exclusiva a Juntos por el Cambio para demostrar buena voluntad oficial. "Habrá que ir llevándolos. El problema es que condicionan el diálogo", dijeron en el entorno de Kirchner, desde donde, sin embargo, apuntaron contra la actitud "caprichosa" de Juntos por el Cambio y señalaron que obedece a "una abstinencia de poder".
En el listado de participantes de la reunión fueron incluidos los senadores Humberto Schiavoni, Luis Naidenoff, Martín Lousteau y Laura Rodríguez Machado, y los diputados Álvaro González, Mario Negri, Alfredo Cornejo, Maximiliano Ferraro y Ritondo. Además de Kirchner y Massa, por el Frente de Todos participan los senadores José Mayans, Claudia Ledesma Abdala, Anabel Fernández Sagasti, Maurice Closs y y el diputado José Luis Gioja.