Crisis por coronavirus

La gira patagónica de Fernández reaviva la concertación y pone en alerta al PJ

El peronismo neuquino mira de reojo la llegada del Presidente. En medio de la convulsión en la legislatura, Arabela Carreras podría obtener su foto.

En el marco de la gira por la norpatagonia que inicia mañana, el presidente Alberto Fernández arribará a otra zona complicada por la pandemia que ya generó serias consecuencias económicas. La agenda asegura una foto con los gobernadores Sergio Ziliotto (La Pampa - PJ) y Omar Gutiérrez (Neuquén - MPN) pero se especula con la presencia de Arabela Carreras (Río Negro - JSRN) en el aeropuerto de San Carlos de Bariloche, donde aterrizará el avión presidencial. De esta manera, la idea de la concertación con los mandatarios provinciales se hace cada vez más fuerte.

 

Si bien la agenda en ambas provincias no está confirmada, en Santa Rosa se habla de la visita a un frigorífico, mientras que del lado neuquino, en Villa La Angostura, se espera que llegue a una planta de afluentes cloacales que se inició durante el gobierno de Mauricio Macri.

 

“Sólo podemos decir que arribará en horas de la tarde, alrededor de las 15, y que el destino con más posibilidades es Villa La Angostura”, explicó Gutiérrez el miércoles. Según confiaron fuentes de la gobernación neuquina a Letra P, en la hoja de ruta de la comitiva presidencial figura la llegada al aeropuerto de Bariloche, en Río Negro, para cruzar el río Limay y dirigirse a la exclusiva villa. Por estas horas se especula si Carreras lo esperará en la pista y obtendrá la imagen que necesita y tanto revuelo generaría en la oposición.

 

La idea de descentralizar las políticas del gobierno nacional no cayó bien en el peronismo rionegrino, donde no hay un “compañero” gobernador. En este caso, “compañera”. La buena relación de la Casa Rosada con Carreras aumentó más la tensión en el electrizante PJ provincial, que viene de manifestar –tras una peculiar votación en la Legislatura– la división interna entre dialoguistas y duros.

 

 


Saiz, CFK, Verani y Cobos. La Concertación estaba en marcha.

 


El temor por los beneficios de la concertación data desde que el radicalismo empezaba a despedirse del poder. Corría el 2007 y Miguel Ángel Pichetto intentaba ser gobernador. Néstor Kirchner pensó en Cristina como sucesora y a Julio Cobos de vicepresidente. En ese acuerdo, se logró adherir al gobernador Miguel Saiz, que ya le había ganado a Carlos Soria en 2003. En ese plano, CFK inmortalizó el pacto poniéndose una gorra que sepultó las aspiraciones del exsenador peronista. El resultado fue el esperado: Saiz alcanzó la reelección y Pichetto regresó al Congreso.

 

Esa posible reedición es la que molesta en el PJ. La estirpe alfonsinista del Presidente altera ánimos en un espacio golpeado, al menos en Río Negro. El último enojo entre los intendentes fue por la forma que no se capitalizó el reparto de la Tarjeta Alimentar en los municipios, siendo los jefes locales los que esperaban obtener los frutos de la gestión en medio de la pandemia. “Los vemos a los de la provincia repartiendo y nosotros no podemos decir nada”, advirtió –en reserva– un legislador justicialista a este medio.

 

NEUQUÉN. Del lado neuquino la situación es diferente, aunque no menos incómoda. El Frente de Todos es la principal fuerza de oposición en el parlamento e intenta mantener una agenda alternativa al Movimiento Popular Neuquino (MPN). Como informó Letra P, los legisladores criticaron con firmeza la acción de Gutiérrez en el marco de la lucha contra el Covid-19.

 

Al igual que en los últimos procesos electorales, el MPN acaparó el respaldo de los presidenciables. Al igual que Daniel Scioli, Mauricio Macri manifestó que en Neuquén sólo jugaría con Gutiérrez.

 

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Rolando Figueroa, gobernador de Neuquén.

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