Crisis por coronavirus | Patagonia

Incertidumbre en Bariloche, a la espera de un impacto económico sin precedentes

Más preocupados que en la explosión del volcán del Cordón Caulle, en 2011, los empresarios y la ciudad se preparan para un delicado escenario. El diagnóstico de la Cámara de Turismo.

San Carlos de Bariloche es la ciudad más grande de Río Negro y un faro de turismo internacional. Junto a otras selectas localidades de la Patagonia, gracias a su centro de esquí y atractivos naturales multiplica inversiones de gran nivel que hoy se ven afectadas por el avance del coronavirus (COVID-19). Según fuentes del mundo empresarial consultadas por Letra P, esta crisis superará ampliamente el impacto económico que generó la explosión del Cordón Caulle en 2011. Si bien los organismos del Estado local, del rionegrino y del nacional se preparan para recibir un duro golpe al bolsillo de los barilochenses, en la localidad de la cordillera ya analizan consecuencias, en un lugar que depende absolutamente del dinero que derrama la actividad.  

 

“Hoy, a pesar de eso, lo importante es la salud de todos”, advierte la titular de la Cámara de Turismo, Belén García Bertone. Es que Bariloche subsiste por los visitantes. Entre el circuito formal e informal, estiman autoridades, hay 50 mil camas de hoteles, cabañas, hostels y departamentos. Esa estructura tiene un importante circuito de extranjeros en invierno (el fuerte), o en verano, cuando viajeros de países vecinos (como Chile o Brasil) invaden el centro comercial. Con los problemas que el COVID ya generó, es incierta la temporada de inverno.

 

El intendente, Gustavo Gennuso, abocado a resolver los problemas diarios que provoca la pandemia, mantiene un diálogo fluido con empresarios. “Hablamos con él y con las autoridades de la provincia, el desafío será atravesar el aislamiento y ver cómo nos organizamos cuando esto pase”, agrega García Bertone, representante de la Asociación Empresaria Hotelera Gastronómica de Bariloche (AEHGB) y voz autorizada en el sur argentino de la Federación Empresaria Hotelera Gastronómica de la República Argentina (FEHGRA).

 

Para sobrevivir la coyuntura, Gennuso logró que el Concejo Deliberante declarara la emergencia “económica, social y de servicios”. La norma le permite al ejecutivo todas las acciones necesarias para la atención social y de servicios, ya sea por adquisición directa de bienes o equipamiento sin el régimen ordinario de contrataciones que rigen en la comuna de Bariloche.

 

 

 

Las acciones surgen porque en la memoria de los barilochenses hay un antecedente de catástrofe y tensión bastante cercano. El más duro fue hace nueve años, cuando explotaba el complejo volcánico Puyehue – Cordón Caulle y buena parte de las inmediaciones al lago Nahuel Huapi quedaron sepultadas en arena volcánica. Bariloche sufrió el impacto un poco menos que Villa La Angostura, del lado de Neuquén, que padeció los días posteriores a la insólita precipitación. Igual, la situación fue difícil: los vuelos se postergaron, los turistas no llegaron y a los trastornos de siempre se le sumó la falta de empleo. Según los expertos, el extraordinario suceso fue la estocada final para que el radicalismo -en declive- terminara con 28 años de dominio en manos del peronista Carlos Soria.

 

“El volcán explotó y un día paró de caer la ceniza. Las consecuencias eran previsibles pero, ahora, es todo lo contrario. Nuestra prioridad es que los turistas vuelvan a sus lugares de origen”, relata García Bertone. Esa tarea es coordinada por la Municipalidad, que generó una aplicación a través de la Secretaría de Turismo para que los varados oficialicen su presencia. En total, días atrás, algo más de 1400 personas deambulaban por Bariloche cuando la cuarentena se decretaba.

 

Actualmente, hay pocos hoteles abiertos y, los turistas que no pueden regresar, alquilaron departamentos o casas hasta que el aislamiento social no sea obligatorio.

 

 

El recuerdo del 2011 todavía estremece a los barilochenses. 

 

 

EQUILIBRIO. La cuestión sanitaria está por delante, pero la preocupación a futuro por el pago de salarios e impuestos reina en la ciudad con más población de Río Negro. Al ser únicamente turística, Bariloche ya siente la caída de reservas. “Todavía no está escrito cómo vamos a liquidar sueldos”, relata la titular de la Cámara de Turismo.

 

Consultado por Letra P, el empresario Nicolás Sánchez, dueño del exclusivo resort “Bahía Manzano”, en La Angostura, se sumó al planteo de García Bertone al recordar la ceniza, que puso en jaque a la paradisíaca localidad neuquina. “Esto es diferente a todo”, se sincera el joven que oficia de CEO del Grupo Prima, el conglomerado que reúne a Expofrut, Patagonian Fruits Trade (PDT) y la reconocida Moño Azul. “El hotel está vacío. Le devolvimos el dinero a quienes habían reservado y estamos a la espera de que esto pase”, cuenta Sánchez.

 

Por estas horas el espíritu entre empresarios gastronómicos y hoteleros es el mismo. La incertidumbre reina entre ellos.

 

Pedro Pesatti, vicegobernador de Río Negro.
Sergio Ziliotto, gobernador de La Pampa, junto a intendentes e intendentas que forman parte del grupo no alineado: el peronismo pone en juego su favoritismo.

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