El crecimiento de la curva de contagiados de COVID-19 y el aumento de fallecidos en la región metropolitana puso sobre la mesa de decisiones la posibilidad de endurecer la cuarentena. Mientras los máximos responsables de las jurisdicciones más complicadas analizan cómo seguir el confinamiento, en los distritos del conurbano ya evaluan el impacto de eventuales medidas. Entre los intendentes del PRO, insisten con tener mayor participación en la toma de decisiones y, ante el regreso de las restricciones, un refuerzo en los controles con asistencia del Ministerio de Seguridad, más efectivos para controlar que la población cumpla con el aislamiento.
Las cifras indican que el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) concentra el 90% de los contagios de todo el país con un aumento sostenido la última semana, escenario que motorizó la reunión entre el presidente Alberto Fernández, el gobernador Axel Kicillof y el jefe del gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta. Del encuentro en Olivos no salió ninguna decisión pero sí se desprende que el endurecimiento de la cuarentena es solo cuestión de tiempo. Datos en mano, Kicillof propuso volver a fase 1, pero Larreta y Fernández inclinaron la balanza por esperar. La Ciudad quiere monitorear el crecimiento de casos de las próximas 72 horas para tomar una decisión. Como sea, ambas jurisdicciones están de acuerdo en que, en adelante, la decisión será una para todo el AMBA.
“Lo que dejamos en claro en la reunión es que si la tendencia sigue tal cual está hoy, en unos días tendremos que ir a mayores restricciones”, dijo en Radio Con Vos el gobernador Kicillof luego del encuentro. Antes, se había manifestado en los mismos términos el ministro de Salud provincial, Daniel Gollán, quien había advertido que le preocupa la curva ascendente de contagios.
Con el endurecimiento a la vuelta de la esquina, intendentes e intendentas ya analizan cómo adecuar las medidas en sus distritos. Desde hace un tiempo la posición se ha diversificado y dejó de tener la homogeneidad del principio de la cuarentena. Por el contrario, mientras los representantes del peronismo se mostraron críticos a la apertura que avanzó la Ciudad de Buenos Aires y advirtieron el peligro al que los municipios lindantes quedaban expuestos, sus pares de Juntos por el Cambio han planteado la necesidad de reabrir actividades atendiendo el desequilibrio económico que ha traído los cierres por la extensión de la cuarentena.
En ese marco, consultados por este medio, representantes del PRO, además de señalar que acatarían las decisiones del Presidente y del gobernador bonaerense, plantearon tres cuestiones. Por un lado, apuntaron a la necesidad de buscar “un equilibrio entre la prioridad, que es la salud, y el trabajo, con protocolos y recaudos claros”.
Además, en línea con el pedido de mayor autonomía municipal, respaldado por intendentes del interior, reclaman “poder opinar y ser parte de las decisiones de lo que se viene”. Piden que Kicillof atienda la “visión territorial” que ellos tienen por ser el primer mostrador, tener “ida y vuelta, mayor de información, opinión y decisión con la provincia”.
Por otro lado, destacan las dificultades que acarreará en el interior de los distritos un nuevo endurecimiento de la cuarentena, dada la circulación de gente que, por la apertura de algunas actividades, volvió a trabajar. En este sentido, remarcaron la necesidad de “reforzar controles” con la ayuda y asistencia del Ministerio de Seguridad bonaerense. Con más de 90 días de aislamiento y el estrangulamiento económico que ello genera, ven muy difícil que la sociedad acepte volver atrás luego de la liberación parcial de la actividad comercial.