“Los que están para decirnos hasta dónde llegar son el gobernador y el Presidente”. La frase del intendente PRO de Tres de Febrero, Diego Valenzuela, es una suerte de respuesta al comunicado firmado por sus pares peronistas del conurbano, quienes expresaron preocupación ante la decisión del jefe del Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, de habilitar diversas actividades, con lo cual –esgrimen– se incrementa el riesgo de contagios en municipios linderos. “La apertura de la cuarentena en la Ciudad está legitimada por el Presidente”, señaló en diálogo con Letra P. Y recordó que el gobernador Axel Kicillof mencionó en una entrevista que estaba "abierto a probar comercios de escala barrial”. Y más: remarcó que sus pares de Esteban Echeverría y Hurlingham respaldan la reapertura de la actividad comercial. Si bien negó que haya “un patrón partidario” en las decisiones de Larreta y las propuestas que él elevó al gobierno provincial, en el punteo hay muchas similitudes.
-¿Cómo lleva la cuarentena en su distrito?
-Venimos acompañando el aislamiento y la idea de priorizar la salud. La cuarentena valió la pena porque estamos mucho mejor en materia de salud. Hemos crecido en cantidad de camas y en capacidad de respuesta y coordinación. Tres de Febrero tiene listo un hospital modular con la Nación, un hospital de campaña para internados leves con 200 camas y una unidad de testeo municipal con personal capacitado para tomar muestras en algunos lugares y llevarlos al Posadas. De esa manera elevaremos el nivel de testeos y tendremos una radiografía del contagio. Hoy tenemos 51 casos, estamos con una duplicación cada 22 días. Ahora estamos coordinando ideas para elevar propuestas a la Provincia en la búsqueda de un equilibrio entre salud y trabajo, una apertura ordenada de la cuarentena, sabiendo que no hay vacunas, que el virus está ahí. Propusimos aperturas graduales, responsables, con protocolos. Seguimos con la salud, pero pensamos que se puede, de manera responsable, ir activando la economía.
-¿Cuáles son esas propuestas?
-Por ahora, no vuelven a funcionar los lugares con concentración de gente, como transporte público, gastronomía, espectáculos. El 5 de mayo, se envió una propuesta al gobernador para habilitar actividades comerciales de cercanía: concesionarias, lavaderos de auto, fletes, peluquerías, gimnasios con actividades aeróbicas, inmobiliarias, take away para gastronomía, porque veníamos con delivery, y mandamos 15 obras de construcción con transporte privado para darle aire al sector. Esta semana, mandamos comercios de cercanía no esenciales como ropa y relojerías, mudanzas el fin de semana y profesionales. La propuesta es que los comercios abran de 16 a 20 para que no coincidan con el horario de alimentos. Las ferias francas, dos veces por semana. No hicimos pedido de salidas recreativas. Los chicos pueden ir a acompañar a hacer compras a los adultos. Vamos a utilizar el recurso de DNI, la terminación numérica y los días para regular la demanda para que no salgan todos juntos y poner límites en los horarios comerciales y la cantidad de gente por local. Ahora, las tiene que evaluar el gobernador.
-¿Es una apertura parecida a la que presentó el jefe del Gobierno porteño?
-No. Yo puse construcción y Horacio sólo excavaciones. En la Ciudad ponen que los comercios abran de 11 a 20 y yo no coincido en que estén abiertos todo el día. La Ciudad no pone gimnasios ni peluquerías. Hice pedidos de industria que no son de alimentos y la Ciudad no. No hay un patrón partidario. Hay una lógica que mira cómo es cada distrito, las particularidades. La cercanía con la Capital influye y hace que no puedan ser muy distintos, pero tampoco deben serlo entre Tres de Febrero y San Martín, entre Ciudadela y Ramos Mejía (La Matanza). El gobernador dijo que estaba abierto a probar (la apertura de) comercios de escala barrial si la gente va caminando, si las cosas se hacen como corresponde. Se puede aplicar en cualquier municipio donde se tengan controlados los contagios, donde haya una buena oferta sanitaria y se apliquen protocolos.
-Intendentes del peronismo cuestionaron la apertura comercial en la Ciudad de Buenos Aires. Teniendo en cuenta los límites difusos con otros distritos, ¿usted consensuó su apertura con los intendentes vecinos?
-Escuché a Fernando Gray (intendente de Esteban Echeverría), que tiene las cosas muy claras, y él también dijo que, si se hace con responsabilidad, se puede sumar al comercio. Lo que hizo Larreta fue en coordinación con el Presidente. Quien estaba al lado de Larreta en el anuncio del viernes era el Presidente de la Nación. El Presidente validó con la nueva fase un intento de apertura gradual de algunas actividades comerciales. Entiendo que la apertura en la Ciudad está legitimada por el Presidente. Acá, en la provincia, nosotros proponemos, elevamos la propuesta al gobernador y él dice cuándo, cómo, con qué protocolos, los tiempos. Sí tenemos que coordinar entre municipios linderos, porque acá no hay fronteras. Hablo con (el intendente Hurlingham, Juan) Zabaleta, con Lucas Ghi (Morón), con Fernando Moreira (San Martín) para buscar un patrón común. Por ejemplo, el intendente de Hurlingham coincide en que, de a poco, el comercio puede reabrir, siempre que mantengamos el objetivo de la salud. Esto es trabajo, no hablamos de salidas recreativas. Estamos a favor de salud y trabajo. Los que están para decirnos hasta dónde llegar son el gobernador y el Presidente.
-¿Cómo ve el después de la pandemia?
-No hay un después en términos tajantes. Es un proceso: todo el año vamos a tener el de convivir con el virus. Vamos a tener que internalizar los cuidados. Será un año difícil en lo económico, porque, además de la macroeconomía, de la deuda, esto va a pegar en los ingresos del Estado. Así que tendremos que ser muy criteriosos en la administración del recurso y los intendentes vamos a seguir necesitando asistencia de la Nación y de la Provincia. Este es un año para ser claros sobre las prioridades. Después, en el plano político, apostar a la cultura del diálogo como hemos demostrado los intendentes del PRO y de Cambiemos, de no tener ninguna división ideológico partidaria a la hora de trabajar con los gobiernos nacional y provincial. Ojalá sigamos trabajando en acuerdos políticos y de gestión como hemos logrado este tiempo. No debemos poner por delante el partido político o la competencia electoral.
-Sin embargo, un sector del PRO se ha mostrado más duro con el Gobierno, por ejemplo, la exministra Bullrich, justamente presidenta del partido.
-Eso es razonable si se tiene en cuenta el lugar de cada uno. Es entendible que Patricia hable desde un lugar partidario y que los líderes legislativos estén atentos a custodiar y controlar determinadas situaciones de gestión. Nosotros, al gobernar, no atendemos el electorado, sino a la sociedad. Es un planteo que está nutrido por el rol de cada uno. Me parece que está bien cuando el partido plantea diferencias ante algunas actitudes, la tendencia autoritaria de algunos dirigentes del Frente de Todos o la cuestión de los presos. Hay opiniones, hay posicionamientos y hay roles. Estamos unidos, esto nos fortaleció y consolidó la unión de Juntos por el Cambio.