NUEVO CICLO | LA ECONOMÍA

Dólar caliente, pleno al peso y torniquete: los riesgos de apretar más el cepo

Los tipos de cambio paralelos saltaron y el Gobierno se activó. ¿Por qué preocupan? Inflación y expectativas de devaluación. ¿Profecías que se autorrealizan? Entre el alivio temporario y la cura.

El brusco aumento reciente de los tipos de cambio paralelos, atajos para dolarizar carteras de inversión, disparó uno de los indicadores más sensibles en tiempos de cepo, la brecha entre aquellos y el dólar oficial, y encendió las luces de alarma en la conducción económica. La respuesta oficial se centró en una regulación creciente de las tenencias de los fondos de inversión, de modo de direccionar sus recursos hacia colocaciones en pesos, pero no termina de dar en el blanco de los problemas económicos subyacentes a la huida del peso: inflación alta y con mal pronóstico cuando pase la cuarentena y una sensación generalizada de que el billete verde quedó atrasado con respecto a lo ocurrido desde el inicio de la pandemia en países socios y competidores en el plano comercial como Brasil. ¿Qué efectos puede tener esta tendencia en la marcha de una economía que no deja de sumar dificultades?

 

Cuando se habla de tipos de cambio paralelos, hay que hacer una distinción. Uno de ellos, el blue, antes conocido como negro, es directamente ilegal. Sin embargo, hay otros dos, el “contado con liquidación” y el “dólar bolsa” o “MEP (Mercado Electrónico de Pagos)”, que son completamente legales. Estos surgen de la compra en pesos de títulos que se pueden vender luego en dólares, operatoria de la que surge una cotización, con la única diferencia de que el primero de ellos deja el dinero depositado en el exterior y el segundo, en el país. Por tratarse de operaciones entre privados, ninguna de ellas implica pérdida de reservas para el Banco Central.

 

 

La escalada del “contado con liqui” (CCL), conocido también como “dólar fuga”, y el MEP ha sido muy fuerte en el tiempo reciente. En lo que va del mes, mientras el dólar mayorista sometido al cepo avanzó –hasta el mediodía de este miércoles– 3,4%, el CCL lo hizo en un 24,6% y el MEP, 24,4%. El blue, por su parte, saltó a $120. Así las cosas, la Comisión Nacional de Valores (CNV) limitó inicialmente las tenencias de depósitos en moneda extranjera de los Fondos Comunes de Inversión (FCI). Fue a través de la Resolución General 835, que implicó que estos debieran deshacerse de unos 200 millones de dólares.

 

Con todo, tras una breve pausa, la escalada del dólar siguió lo que hizo que el martes la CNV emitiera la Resolución General N° 836, que directamente obliga a esos fondos a colocar un mínimo del 75% de su patrimonio en “valores negociables emitidos en la República Argentina exclusivamente en moneda nacional”.

 

 

 

“Ese tipo de normativa sobre los Fondos Comunes de Inversión pueden tener algún efecto, pero solamente en el corto plazo. La de la semana pasada bajó el ‘contado con liquidación’ $2 por apenas 24 horas. Tal vez esto nuevo pueda ser más efectivo porque le pega muy fuerte al sector de los fondos comunes de inversión, al que vienen castigando desde la época del reperfilamiento de las Letes y hoy se lo sigue castigando”, le dijo a Letra P el analista financiero Christian Buteler.

 

De hecho, hacia el mediodía de la rueda de este miércoles, el CCL y el dólar MEP se desplomaban casi el 10%.

 

 

Fuente: Rava Bursátil

 

 

“Cuando digo que esas medidas son de corto plazo me refiero a que no apuntan al origen del problema. Por un lado, que hay una emisión (monetaria) fenomenal, más allá de que pueda justificarse por la crisis. Por el otro, que como incentivo para que se quede posicionado en pesos, al ahorrista minorista se le ofrece una tasa (de plazos fijos) de casi el 27% y al mayorista, 22%, para peor después de dos años en los que perdió por goleada contra el tipo de cambio y ahora con un cepo vigente”, explicó Buteler.

 

De ese modo, continuó, “los inversores, en particular los medianamente informados, que son los que mueven la aguja, van a seguir buscando alternativas para salir (del peso) por más que los amenacen o los quieran asustar porque saben que se trata de operaciones registradas y en blanco. Al final, los entes reguladores no van a poder hacer nada ante eso”.

 

 

Fuente: Rava Bursátil

 

 

La brecha cambiaria, entonces, ya está por encima del 60%, lo que no constituye una buena señal. ¿Qué problemas genera su crecimiento, sobre todo cuando pasa del 50%, según un cierto consenso entre economistas?

 

En primer lugar, incrementa las expectativas de devaluación, más cuando se observa que la divisa avanzó casi el 8% en el mes sobre el real brasileño y 37% en el año. En la Argentina, esa tendencia fue, en lo que va de 2020, de menos del 9% para el tipo de cambio oficial y de más del 45% para los paralelos. Como si eso fuera poco, los vaivenes de las negociaciones por la deuda le ponen más ruido a un mercado sensible y chillón.

 

 

Fuente: Google en base a datos de Morningstar.

 

 

Segundo, ocurre que, ante una expectativa de devaluación del tipo de cambio controlado, los importadores suelen anticipar sus operaciones y los exportadores, demorarlas, lo que tiende a deteriorar el saldo comercial del país y, con eso, la profecía se suele volver realidad. El freno severo de la economía debido a la recesión previa a la pandemia y, sobre esta, a los efectos de la cuarentena hace que el nivel de importaciones se mantenga bajo, pero sí ocurre que los exportadores de soja retienen todo el grano posible a la espera de mejores condiciones. De acuerdo con un artículo de Infobae, la liquidación de dólares por ese concepto está un 30% por debajo de los de hace un año y ya se calcula una retención de porotos en silobolsas equivalente a 9.000 millones de dólares. Letra P, en tanto, dio cuenta de videochats en los que productores de la zona núcleo conciertan el acopio.

 

Tercero, si bien el comercio exterior se rige por el dólar vinculado al cepo y esto es lo decisivo para el nivel de inflación, la dolarización de excedentes que realizan las empresas que pueden hacerlo forman parte de sus costos financieros y eso pega marginalmente en sus políticas de formación precios. 

 

 

“Mientras gran parte de la economía siga congelada, el impacto de la brecha cambiaria va a ser menor. Sin embargo, en algún momento el país va a tender a una normalización y el impacto inflacionario puede ser importante”, dijo Christian Buteler.

 

 

Asimismo, ciertos insumos, en gran medida vinculados a las actividades agrícolas, se rigen por dólares que, más que blancos o negros, se rigen por los grises, lo que también influye en costos y, en alguna medida, en los precios al consumidor.

 

“Mientras gran parte de la economía siga congelada, el impacto de la brecha cambiaria va a ser menor. De hecho, se espera que la inflación de abril sea más baja, pero no porque los precios de la economía no suban sino porque muchos están freezados, lo mismo que las tarifas de servicios públicos. Sin embargo, en algún momento el país va a tender a una normalización y el impacto inflacionario puede ser importante”, dijo Buteler.

 

A los seis o siete meses del cepo de 2011, la brecha era del 25% y hoy ya está en un 70%. Eso es algo para prestarle atención y, con las medidas mencionadas, el Gobierno lo hace. Lo que no parece es que sean efectivas”, señaló.

 

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Javier Milei

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