José Zuccardi, el flamante titular de la Corporación Vitivinícola Argentina (COVIAR), tiene un histórico vínculo con el peronismo. Metido hoy en una interna con las bodegas grandes que exportan por las elecciones en la entidad, jugó algunas cartas de peso en su discurso en el desayuno que abrió la Vendimia, este fin de semana en Mendoza. El primer punto, denunció que hay un lobby de empresas extranjeras para llevarse a Buenos Aires la negociación; el segundo, con el arte de la moderación, bajó línea sobre el tema del momento, las retenciones.
“Necesitamos competitividad para exportar. Para ello, es imprescindible la disminución de la carga impositiva. Los productos vitivinícolas no deben estar gravados con derechos de exportación dado el alto valor agregado que llevan. Dos tercios del valor de un kilo de uva corresponden a mano de obra”, expresó sobre el 5% (tres pesos por dólar, unos 2.000 millones de pesos anuales) que aún grava al vino. Y fue directo con los sojeros: “Cada botella de vino es un embajador de argentina. Distinta es la situación de quienes exportan materias primas sin agregado de valor”, aseguró. Los que lo conocen afirman que es uno de los que está a favor de gravar materias primas. A muchos otros no les cayó bien que se meta en temas de otros cultivos.
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EL CELESTINO EN LA GUERRA DE LA UVA. La Vendimia se desarrolló en un conflicto político de fondo entre empresarios. Bodegas de Argentina, que reúne a grandes, medianas y pequeñas firmas exportadoras como el Grupo Peñaflor, Chandón, Salentein, Norton, López y otras marcas líderes, dejó la mesa chica de COVIAR reclamando un cambio profundo en la conducción, resistiendo la designación de Zuccardi (tercer exportador en importancia). El empresario tiene una cámara propia que se llama UVA, que incluye a las marcas de la cooperativa Fecovita. Pero la pelea incluye una visión sobre cómo salir de la crisis de la actividad e incrementar la producción y las ventas. Zuccardi le apunta al mercado interno y Bodegas de Argentina, a las exportaciones.
Arroyo, Zuccardi y De Pedro.
En este contexto, el gobernador, Rodolfo “Rody” Suárez, se ofreció en plena Vendimia a mediar y acercar posiciones que hoy parecen irreconciliables. De hecho, Bodegas no participó del desayuno de COVIAR y, en la otra esquina, armó un almuerzo propio con funcionarios nacionales y provinciales en el restaurante de una de sus bodegas, Trapiche.
Comieron allí el ministro de Desarrollo, Daniel Arroyo; los diputados de Cambiemos Mario Negri, Alfredo Cornejo, Luis Petri, Pamela Verasay y un hombre de peso en los negocios, Enrique Pescarmona. El único que no fue de la partida pero estuvo en el desayuno de COVIAR fue el ministro del Interior, Eduardo De Pedro. Por el gobierno nacional también asistieron el presidente del Banco Nación, Eduardo Hecker; su vice, Matías Tombolini, y el presidente del Banco Central, Miguel Pesce. La que no faltó fue la senadora local y excandidata a la gobernación Anabel Fernández Sagasti.
En la pelea, los de Bodegas de Argentina le respondieron a Zuccardi, que en público criticó la división, con datos. Lo acusan de no fomentar la promoción del vino. Especifican que el presupuesto de la COVIAR de este año es de $145 millones y sólo 35 millones son destinados a Wines of Argentina, la compañía que se encarga de promocionar en el exterior. La queja, desde el punto de vista del negocio, es hasta lógica. Bodegas pone la mitad del presupuesto total de COVIAR.
MENDOZA QUIERE DEUDA. ¿TIENE LOS VOTOS? Rody Suárez bajó línea fuerte en el desayuno de COVIAR. El gobernador dijo que la provincia necesita que se vote a nivel local un presupuesto con un roll over para la deuda provincial. Se habló el tema con Wado De Pedro, porque en el radicalismo suponen que hay una orden del gobierno nacional para que los legisladores provinciales del PJ no acompañen. Un premio consuelo para Suárez: Arroyo usó el evento para coordinar el inicio de entrega de tarjetas Alimentar en Mendoza, donde consideran que el plan tendrá un impacto importante en el consumo.
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EL VINO DE LA PAZ DE MORALES. El gobernador de Jujuy, Gerardo Morales, atraviesa momentos de fino acercamiento con el gobierno nacional. Dialogaron por el tema del alojamiento del depuesto presidente de Bolivia, Evo Morales; y Fernández se levantó de su silla en la Asamblea Legislativa para saludarlo. Cuentan que el vínculo es uno de los más aceitados con figuras de liderazgo en la oposición.
En la Vendimia, Morales les llevó a Wado De Pedro y al ministro Arroyo un regalo especial para consolidar una paz compleja en medio de los pedidos de intervención judicial en su provincia. Un vino jujeño sin etiqueta para ambos. Jujuy integra la COVIAR, como una de las provincias con producción marginal del producto.
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EL CONVITE DE VILA. La estancia San Isidro volvió a ser, el domingo, el lugar donde se desarrolló la Vendimia Solidaria que organiza uno de los dueños de Grupo América, Daniel Vila. Allí se los vio a Sergio Massa y a Malena Galmarini, que no faltaron en ninguna de las 16 ediciones de la celebración. Al ritmo de Los Totora, bailaron y comieron, además, el otro accionista del Grupo y dueño de Swiss Medical, Claudio Belocopitt; el titular del Comité Olímpico Argentino (COA), Gerardo Werthein; el jefe del bloque de PRO en Diputados, Cristian Ritondo, y el excandidato a presidente José Luis Espert junto a su exvice, el mendocino Luis Rosales. El aplauso más fuerte, para el gobernador; la duda y la esperanza de todos, que se resuelva cuanto antes la cuestión de la deuda.
Una bandera contra la minería.
NO AL FRACKING. El acto central en el Anfiteatro Griego Frank Romero Day tuvo una curiosa intervención. Cuando los casi mil bailarines terminaron uno de los shows principales, un grupo desplegó una bandera contra el fracking. Todavía está fresca la discusión por la minería en la provincia.
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ROCES ENTRE UN GRANDOTE Y UN PETISO. Mario Abed, el vice de Suárez, tuvo un cruce pícaro con Zuccardi. El miércoles último, en la Fiesta de la Cosecha, se chicanearon por política y por el negocio. El conflicto viene desde los tiempos de campaña, cuando Abed criticó con dureza a la COVIAR. El hoy vice tenía intereses: era intendente de Junín, donde desde su puesto se transformó al distrito en poseedor de bodegas y estaciones de servicios. “No es un hombre de consenso, como dicen por ahí”, le dijo mientras ambos cosechaban uva en los viñedos aledaños al aeropuerto provincial. Sin ánimo de elevar el tono, Zuccardi replicó con una apelación al porte de Abed: “Está bien que sea grandote, pero siempre abonamos el diálogo”, cerró.