“Abre tranqueras”, bromeó un colega de Roberto Urquía, el dueño de Aceitera General Deheza (AGD). Fue a la salida de un encuentro que el dirigente cordobés armó en la Casa Rosada. Peronista histórico y ex funcionario, el empresario no sólo ayudó a Alberto Fernández a entrar a la provincia más macrista del país, sino que se erigió como el hombre de negocios que articula entre las cerealeras y el poder político.
Con la Mesa de Enlace, poca sintonía.
Dirigentes de las empresas exportadoras nucleadas en la Cámara de la Industria Aceitera - Centro de Exportadores de Cereales (CIARA-CEC) llegaron este lunes por la tarde a Balcarce 50. Los esperaba un grupo de funcionarios de peso, los de mayor confianza del Presidente. El jefe de Gabinete, Santiago Cafiero; el jefe de asesores, Juan Manuel Olmos, y los ministros de la Producción, Matías Kulfas, y Agricultura, Luis Basterra. El café duró más de una hora y media y marcó contrastes fuertes no sólo en la visión que el Gobierno tiene del agro, sino en lo que el agro piensa del Gobierno.
Un rato antes de este evento, la Mesa de Enlace, que reúne a los productores de Sociedad Rural (SRA), Coninagro, Confederaciones Rurales (CRA) y Federación Agraria (FAA) le había mandado una carta a Basterra para pedir un encuentro privado, demorado por diferentes razones. Todo, en un contexto en el que esas organizaciones, influidas por sectores más radicalizados, no logran hacer pie en el vínculo con el oficialismo.
“Miren, nosotros queremos que exporten todo lo que quieran, pero para eso tenemos que lograr que los bancos presten”, disparó uno de los funcionarios. Quedó claro al inicio de la charla que Fernández no tiene intenciones de afectar el negocio de la exportación y ese elemento consagra el respaldo de la actividad. Naturalmente, en un contexto donde la inflación en alimentos sigue desbocada, el Gobierno les pidió a los cerealeros “responsabilidad” con los precios del producto que venden en el mercado interno.
El gobierno pidió "responsabilidad" en precios al mercado interno.
Uno de los ceos presentes les explicó a los funcionarios que “hay una comprensión del contexto". "Sabemos que hay medidas antipáticas”, agregó. A diferencia de los productores, los cerealeros se mostraron dispuestos a negociar con el Gobierno y apoyar en una etapa inicial. “Lo nuestro no es ideológico, es plata”, aseveró otro de los presentes. Los empresarios del sector entienden que la pelea Gobierno-pampa húmeda es más política que de resultados. Y quieren marcar una diferencia en ese punto.
El tema Vicentín estuvo sobre la mesa y los empresarios se quejaron de los beneficios que el gobierno de Cambiemos le otorgó a la firma. Los funcionarios les pidieron a los ceos una lectura de la coyuntura general y hasta se habló de la marcha de la negociación de la deuda pública y privada, con acotaciones y análisis sobre el trabajo que lleva el ministro de Economía, Martín Guzmán, y el gobernador bonaerense, Axel Kicillof.