La disputa por la conducción del PJ parecía encaminarse a un mano a mano entre José Luis Gioja y Jorge Capitanich cuando un puñado de intendentes de la provincia de Buenos Aires irrumpió en la pelea con la sorpresiva postulación de Leonardo Nardini, jefe comunal de Malvinas Argentinas.
La propuesta empezó a cocinarse a principios de 2020 y cuenta con el empuje de un sector de los jefes territoriales del PJ bonaerense nucleados en la Primera y la Tercera secciones electorales, como Gustavo Menéndez (Merlo), Juan Zabaleta (Hurlingham), Alberto Descalzo (Ituzaingo) y Mariano Cascallares (Almirante Brown), entre otros, a los que podrían sumarse jefes comunales de otras provincias.
La rosca llegó hace un mes, incluso, a oídos de Sergio Massa, que mira las internas del PJ desde la vereda de su partido, el Frente Renovador, pero no se formalizó en el seno del propio justicialismo. En efecto, en la última reunión del Consejo Nacional del partido, que se celebró el miércoles 19, no se discutieron apellidos de candidatos para la nueva conducción. Esa tarde, pese a que estaba en el edificio de la calle Matheu y a que es vicepresidente cuarto del partido, Nardini no participó del encuentro.
La idea de impulsar al intendente de Malvinas Argentinas al frente de la conducción partidaria sorprendió a los dirigentes que veían la disputa cerrada entre Gioja y Capitanich, a la que se sumó por iniciativa propia el puntano Alberto Rodríguez Saá en la misma reunión, cuando pidió que el reglamento de la junta electoral que se conforme en el Congreso del 5 de marzo "no sea demasiado estricto" y permita participación de sectores minoritarios.
“No hay ninguna chance”, respondió, lapidario, un integrante del Consejo ante la consulta de Letra P sobre la candidatura de Nardini. Para los intendentes que impulsan la nominación, el cacique de Malvinas Argentinas cumple con las condiciones para darle al PJ un aire “moderno” y “empuje entre los sectores medios, gremios, profesionales, industriales y vastos sectores de la juventud”.
“Es bueno ponerlo en discusión y no es en desmedro de nadie. El rol que cumplió Gioja en el armado de la unidad fue importantísimo. El papel de Coqui también. Pero es interesante postular a alguien que gestionó bien e hizo una buena elección en su distrito”, dice un dirigente que trabaja por la candidatura de Nardini. “Es un intendente consolidado, de un municipio importantísimo, un joven con experiencia, con una proyección gigantesca, querido y respetado por sus pares, con una gestión de gobierno increíble aún en épocas durísimas en términos políticos y económicos”, apunta otro referente del sector.
El grupo intentará darle volumen a su idea con reuniones que tendrá antes del Congreso Nacional, que se celebrará en el microestadio de Ferro el 5 de marzo. Por ahora, el predicamento es bajo. La plana mayor de la dirigencia, con el presidente Alberto Fernández a la cabeza, se inclina por la necesidad de evitar el debate interno y llegar a una solución “salomónica” que evite las confrontaciones. Esa salida la propiciaría una fórmula conjunta Gioja-Capitanich.
En tanto, otro grupo de intendentes cree que la decisión de impulsar a Nardini responde a la necesidad de mostrar fortaleza en la conducción del PJ bonaerense, que este año está en manos de Menéndez. En 2017, el partido estableció hasta 2021 un sistema de presidencia rotativa entre Menéndez y el intendente de Esteban Echeverría, Fernando Gray. “Poner de presidente del PJ nacional a un intendente bonaerense generaría tensiones con los gobernadores, no tiene ningún sentido”, evalúa un dirigente de peso en la Tercera sección electoral. La presidencia del partido estuvo siempre, en efecto, en manos de un gobernador o del presidente de la República.