A pocas horas de conocerse el scrum de dirigentes que conducirá el PRO nacional, las ligas menores del partido que fundó el expresidente Mauricio Macri pusieron primera para concretar el proceso de renovación de autoridades de la Juventud del PRO (JPRO). Como contó Letra P, hay tres referentes dispuestos a disputar la presidencia: el coordinador de la JPRO, Martín César; el exdirector nacional de Integridad del Ministerio de Seguridad Damián Arabia y la secretaria Política de la JPRO, Sol Salinas.
Los primeros representan a la Ciudad de Buenos Aires y la única candidata mujer que competiría lo hará por la filial Mendoza. César representa al sector que responde a Horacio Rodríguez Larreta dentro de las ligas jóvenes del partido amarillo. En tanto, Arabia cuenta con el aval de Patricia Bullrich, flamante presidenta del PRO nacional. Salinas, concejala por la ciudad de Mendoza, corre con el apoyo del diputado nacional y exintendente de Luján de Cuyo Omar De Marchi.
En diálogo con Letra P, Salinas confirma que está en carrera y apuesta por que la JPRO vuelva a ser conducida por un representante del interior. El último fue el también mendocino Gustavo Senetiner, quien fuera el primer presidente de los jóvenes que tributan al liderazgo de Macri. También, destaca el rol de la juventud en la oposición y deja una autocrítica: “Venimos de una camada que creció en un marco en el que disputar el poder le daba vergüenza”.
BIO. Tiene 27 años y es concejala por la ciudad de Mendoza. Estudia abogacía en la Universidad Siglo XXI. Entre 2016 y 2019 fue funcionaria de la delegación mendocina del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación. Milita en el PRO desde 2012 y actualmente es secretaria Política de la JPRO.
-¿Qué balance hace de los primeros dos meses del gobierno de Alberto Fernández?
-Veo un gobierno que está improvisando. Llevamos dos meses y no hay presupuesto. Hemos acompañado como oposición en el Congreso, pero necesitamos una previsión para saber qué va a pasar de acá a tres meses.
-¿Por qué quiere presidir la Juventud del PRO?
-A nivel nacional como en cada provincia, al ser oposición, los partidos políticos tienen otra fuerza en el plano institucional. Los jóvenes del PRO tenemos una gran posibilidad de plantearle a nuestro partido, pero también a la coalición Juntos por el Cambio, nuevas discusiones y cuadros políticos en cada uno de los distritos electorales. Hay jóvenes con ganas de disputar poder. Si queremos ser gobierno otra vez, tenemos que ampliar la discusión.
-¿Por qué considera que “para seguir creciendo” el PRO debe apuntar a federalizarse, como ha dicho?
-Hay que terminar con la premisa de que el PRO solo tiene sede en Buenos Aires. Tenemos un montón de provincias en las que somos fuertes. Entendemos que, así como la UCR tiene su sede partidaria en cada una de las ciudades de los distritos del país, el PRO también lo viene haciendo. Vamos a seguir fortaleciéndolo y fundamentalmente en el sector de la juventud. Tenemos vocación de poder, de hacer y gestionar.
-¿Qué lugar cree que le dan el PRO y Juntos por el Cambio a los jóvenes, que tuvieron inserción en las listas de candidatos de 2019 pero no en los gabinetes durante el gobierno macrista?
-Lo planteo al revés. Requiere también de nosotros los jóvenes que tenemos que salir a disputar esos lugares de poder dentro de Juntos por el Cambio. Venimos de una camada que creció en un marco en el que disputar el poder le daba vergüenza. Yo también hice un trabajo interno para romper el prejuicio de la disputa del poder real.
-Entonces, ¿qué falta para que los jóvenes de la oposición ocupen esos espacios de liderazgo y puedan disputar ese poder?
-Ya está pasando. Tuvimos candidatos en la mayoría de los distritos del país. Nuestra presidenta, Camila Crescimbeni, es diputada nacional. La premisa de la disputa pasa por dejar claro que hay referentes jóvenes que pueden representar una alternativa en sus distritos porque conocemos las problemáticas. Para nosotros, el poder real pasa por ahí, no por cuántos candidatos pusimos en un cierre. Sabemos que para cambiar y tener las decisiones uno tiene que llegar, pero somos jóvenes. Hay que ir paso por paso.
-En la historia de la JPRO nunca hubo elecciones. ¿Lo considera una anomalía?
-Para nada, porque en nuestra carta orgánica se plantea, por una cuestión de federalismo y de logística, una elección indirecta. Votamos a nuestros representantes por medio de una asamblea. Quizás nuestra próxima discusión podría ser hacer una reforma a la carta orgánica y plantear una elección directa con proceso de interna, escrutinio y apertura de lugares de votación.
-¿Qué lugar debería tener Macri en Juntos por el Cambio?
-Es un expresidente que obtuvo el 41% de representación de los argentinos y sigue liderando el frente Juntos por el Cambio. Ese lugar no se lo saca nadie. Ni en la coalición ni en el oficialismo. No está en discusión su liderazgo. No se va a ir a ningún lado y mantiene la vocación de representar a este país. Si es candidato en 2023, será una decisión de él. No lo veo afuera, todo lo contrario.
-El exgobernador de su provincia Alfredo Cornejo puso en duda ese liderazgo y reclamó “horizontalidad” en Juntos por el Cambio.
-A Cornejo le rescato que siempre discute. Pone las cosas en la mesa y discute. En el PRO, no ponemos en discusión esto porque entendemos que Mauricio es nuestro líder. Si estuviese del lado de la UCR, estaría de acuerdo en que debe ponerse en discusión. Entiendo el poder desde la discusión y no desde la obediencia. Quizás tendríamos que hacer un meaculpa. Obliga a un ejercicio de discusión que es sano. El 41% no nos votó únicamente para que gobernáramos, sino, también, para que discutamos todo el tiempo las representaciones.
-¿Como militante del PRO se siente representada por Patricia Bullrich?
-Sí, claro. No buscamos solamente la representación partidaria, sino la representación de lo que significa en los argentinos. El PRO es un partido que se plantea como una alternativa. Patricia, durante cuatro años, ha planteado una política pública de seguridad que representa mucho más del 41%. Zanjó un nivel de discusiones que logra que otros partidos políticos avalen su gestión.