Cuando el presidente Alberto Fernández anunció el 1 de marzo que enviaría al Congreso un nuevo proyecto para legalizar el aborto, una senadora opositora y un senador oficialista interpretaron el mensaje como una señal de alarma. Para contener el impulso de la preocupación, lo primero que hicieron la radical Silvia Elías de Pérez y el peronista José Mayans, fue reactivar el grupo de WhastApp que utilizaron en 2018 para organizar la "resistencia celeste". Con esa herramienta articularon los movimientos para lograr el naufragio en el Senado de la primera iniciativa de Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE), rechazada hace dos años.
"Lo primero que hicimos fue sacar a los que ya cumplieron su mandato y sumar a los nuevos, pero todo ese proceso lo condujeron Elías de Pérez y Mayans. Son nuestros referentes y los que mayor confianza reúnen en los dos principales bloques", contó a Letra P un habitante de los pasillos senatoriales que trabaja activamente para impedir que el aborto legal sea ley. El chat para antiabortistas comenzó a reactivarse casi con el comienzo de la cuarentena, después del 18 de marzo pasado, y funciona con máximo hermetismo. Tanto en Juntos por el Cambio (JxC) como en el Frente de Todos (FdT) aseguran que cada integrante de ese grupo también es administrador de los contactos, "para no herir egos", pero quienes definen la permanencia o no de determinado colega son la senadora radical por Tucumán y su colega y amigo, senador peronista por Formosa.
El peso de Elías de Pérez y Mayans va más allá del grupo virtual que reactivaron en marzo: es el nudo de la transversalidad que unifica a los celestes de todos los pelajes detrás de la misión de impedir la legalización del aborto.
Dentro del interbloque opositor, Elías de Pérez es secundada por otro ferviente católico que participó de la "batalla de 2018": el macrista Esteban Bullrich, que trabaja codo a codo con su colega tucumana para sondear colegas, conocer sus posiciones y persuadir a los indecisos. Los dos socios cambiemitas y Mayans son los encargados de definir la continuidad de aquellos "dudosos" en el grupo, pero también son los que elaboran estrategias para hacerles llegar mensajes sibilinos a los destinatarios de su intriga a través del clero. A ellos se suma el radical Mario Fiad, que preside la comisión de Salud. Cuentan que durante el plenario de comisiones que tramitó el proyecto, junto a Elías de Pérez fue una de la voces que más informó a sus pares "celestes" sobre el debate y los convocó a resistir. También cuentan con el apoyo del entrerriano Alfredo De Ángeli (PRO), que transita su segundo mandato y mantiene un estricto silencio sobre el debate del aborto, aunque está "totalmente en contra".
Por el FdT, Mayans no está solo en ese espacio virtual. También cuenta con el apoyo del misionero Maurice Closs y del sanjuanino José Uñac que, según confiaron en el Senado, se encarga de mantener informado del poroteo interno a su primo Sergio, gobernador de San Juan y otro activo antiaborto. A ellos se suman las legisladoras y legisladores que responden a fuerzas provinciales y se sumaron al interbloque de JxC, como el salteño José Luis Romero, el puntano Claudio Poggi y otro oriundo de San Juan, como el bloquista Roberto Basualdo. También se sumaron peronistas "celestes" que reportan a sus fuerzas provinciales pero coordinan con el oficialismo. Es el caso de Magdalena Solari Quintana, del Frente de la Concordia Misionero, y el santafesino Carlos Reutemann.
A pesar del secretismo que se autoimpusieron los activistas "celestes" dentro del Senado, este portal pudo saber que uno de los temas de mayor preocupación en el grupo fue el rol de los indecisos y los llamados del presidente Alberto Fernández a sus senadores para ratificarles su interés para que el proyecto sea aprobado. Por esa razón, los comentarios estuvieron concentrados en dos peronistas: la rionegrina Silvina García Larraburu y el salteño Sergio Leavy. También analizaron el futuro del catamarqueño Oscar Castillo, del Frente Cívico y Social. Esos tres apellidos concentran las preocupaciones del ala celeste.
La decisión del Ejecutivo de impulsar el proyecto que llegará al recinto el próximo 29 de diciembre también impacta en los compañeros de bancada de Mayans. "El bloque tiene 41 votos, al menos 17 o 18 están en contra del aborto, pero varios prefieren no formar parte del grupo de WhatsApp celeste para evitar una exposición innecesaria ante sus colegas más duros", explicaron desde el bloque que comanda el propio Mayans. A pesar de esa cautela, el tucumano José Alperovich seguiría dentro del grupo, aunque tuvo que formular un pedido de licencia porque la Justicia lo investiga, acusado de violar a su sobrina.
Así como el grupo estuvo inactivo en 2019, desde marzo es un canal para mantener a sus miembros informados, con mensajes de la Iglesia Católica, de las iglesias evangélicas y también con las convocatorias para la realización de reuniones virtuales y presenciales con sus sacerdotes y pastores. Tan estrecho es ese contacto, que tanto en el macrismo, como en el peronismo, aseguran que desde ese grupo fueron planificados los contactos eclesiásticos que resonaron en los oídos de algunos senadores, como es el caso del santafesino Eduardo Mirabella (FdT) que recibió en su despacho al obispo de Rafaela. Luis Fernández. Al misionero Humberto Schiavoni, que preside el bloque del PRO, le pasó lo mismo: recibió presiones y advertencias del obispo de Posadas, Juan Rubén Martínez. Cada uno de esos movimientos de sotanas fueron planificados en reserva, pero no pasan inadvertidos para la comunidad de celestes que bulle en ese chat.