El rechazo unánime al veto del gobernador Omar Perotti a una ley sancionada en la Legislatura volvió a poner al desnudo la descoordinación entre la Casa Gris y el oficialismo en la Cámara baja. Seis representantes del Partido Justicialista (PJ) cambiaron su postura y votaron en línea con la mayoría socialista - radical, pese a los intentos de última hora del Ejecutivo por evitarlo. El asunto en cuestión fue el pago de una asignación a los docentes reemplazantes, quienes en el marco de la pandemia se quedaron sin recibir dinero.
A fines de agosto, la Legislatura convirtió en ley el pago de una asignación a docentes reemplazantes. El Ejecutivo la vetó de manera propositiva y parcial y, según la ministra de Educación, Adriana Cantero, con el objetivo de “corregir errores conceptuales importantes que la hacían inviable”.
En aquella instancia, aún a sabiendas de que se le abría n conflicto con el arco docente, el bloque del PJ decidió alinearse a Perotti y no acompañó la media sanción. Luego, el bloque vio cómo los “compañeros” senadores le dieron curso al mismo proyecto. Para no seguir en offside, este jueves el sexteto revisó su postura y le dio la espalda al gobernador.
La situación destapa y pone en el centro de escena las dificultades del Ejecutivo para hacer pie en la Legislatura, como ya contó Letra P. La Casa Gris hizo algunos movimientos para evitar que los y las propias voten en línea con el socialismo, pero el horno no estaba para bollos dentro del bloque. “No nos íbamos a poner de nuevo en contra a los docentes, el Gobierno se acuerda tarde”, se confesó un legislador ante la consulta de Letra P.
Prima la “bronca generalizada” en los y las diputadas oficialistas. Hablan de “falta de reacción y conducción política”. Reconocen la existencia de reuniones y contactos para destrabar el estado de “desinteligencia”, pero leen que la situación se sostiene desde que comenzó el año legislativo.
En esa lógica, la ausencia de un interlocutor claro vuelve a ser la demanda más firme de la Legislatura peronista. Dicho rol político a veces lo ejerce el ministro de Gobierno, Esteban Borgonovo; otras, su par de Gestión Pública, Rubén Michlig, de vez en cuando, el secretario Marcos Corach y, cuando el tiempo se lo permite, el senador nacional Roberto Mirabella.
“Nosotros no sacamos los pies del plato, pero no hay una estrategia clara de conducción”, bramó un integrante del bloque. “Una mancha más al tigre”, se sinceró otra miembro del PJ.
Se acerca el cierre de año y el gobernador necesita de la sanción del proyecto Santa Fe Conectada y el presupuesto 2021, el primero que va a confeccionar de su puño y letra. En un segundo nivel también esperan ART, paridad y el paquete de reforma policial.