Lejos de la idea de quienes creen que Cristina Fernández de Kichner y Mauricio Macri deberían dar un paso al costado, la analista política Sofía D´Aquino sostiene que es "imposible" pensar un escenario electoral sin los expresidentes ya que ambos "lograron convertirse en los polos de la grieta" y, a su entender, son "casi irremplazables".
En diálogo con Letra P, la directora de la consultora Taquion también explicó la caída de la imagen de Alberto Fernández y el crecimiento de Horacio Rodríguez Larreta en las encuestas. "Con su perfil amigable y dialoguista, se convirtió en uno de los políticos más importantes del país", señaló en referencia al jefe de Gobierno porteño.
Asimismo, analizó la relación de poder entre el Presidente y su vicepresidenta: "Alberto logró revertir la idea de quienes creían que Cristina manejaría el Gobierno".
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-¿Por qué cae la imagen de Alberto Fernández?
-La imagen de Fernández sufrió una caída muy grande desde el inicio de la cuarentena, cuando medía cerca del 75%. Lentamente fue perdiendo ese nivel de apoyo, por varios motivos: las peleas del mundo político, el rol de algunos medios enfocados en esas discusiones y una situación de inestabilidad social, política y económica.
-Abordar temas conflictivos, como la reforma judicial o la coparticipación, ¿influye?
-Sí, porque hay un porcentaje de la sociedad que percibe que son discusiones que no debieran darse en este contexto.
-La imagen de Horacio Rodríguez Larreta es alta. ¿Va camino a ser el líder de la oposición?
-Tres de cada diez argentinos afirman que no hay un líder de la oposición. Esto coincide con la caída de confianza hacia los políticos y la pérdida del rol de Macri como referente opositor. Muchos argentinos se encontraron huérfanos y Larreta empezó a llenar ese vacío, principalmente con los votantes más moderados. Con su perfil amigable y dialoguista, se convirtió en uno de los políticos más importantes del país.
-¿Cómo califica la relación entre Alberto y Cristina?
-A veces resuena el fantasma del viejo kirchnerismo, especialmente cuando reflotan los problemas de corrupción o la reforma judicial, pero las decisiones son de Fernández. El Presidente logró revertir la idea de quienes creían que Cristina manejaría el Gobierno. Fernández debe mostrar fortaleza e independencia en momentos de incertidumbre.
-¿A Cristina la necesita más la oposición que el propio Fernández?
-La construcción del relato político se basa en la lógica del amigo-enemigo. Los espacios políticos requieren de ese elemento “anti” por lo cual la sociedad rememora todo aquello a lo que “no hay que volver”. En esa lógica, la figura de Cristina sigue siendo funcional para la oposición.
-Su última encuesta le da al FdT un 28,9% de intención de voto. ¿Por qué cayó tanto en menos de un año?
-Fernández asumió la presidencia con una gran debilidad, porque el caudal de votos que lo llevo a la victoria provenía del núcleo duro del kirchnerismo. La crisis propia y la desconfianza de un sector de la sociedad, que mira al oficialismo de reojo, hace que la intención de voto disminuya. No obstante, la intención de voto en esta instancia es simplemente un termómetro del humor social, ya que es muy pronto para dar certezas. El contexto está demasiado revuelto como para hacer futurología.
-¿Cree que Cristina y Macri deberían dar un paso al costado?
-Cristina y Macri son los polos de la grieta, son casi irremplazables. Estas dos figuras se retroalimentaron con cada palabra cruzada y eliminaron, sin querer, a todo lo que estaba a su alrededor. Pensar un escenario electoral sin Cristina ni Macri es imposible, pero abrir el juego a nuevos jugadores quizás implique una sanación a nivel social.
-¿Macri podría volver al poder armando un plan como hizo Cristina en 2019?
-Nunca digas nunca. Macri aún cuenta con su piso de electores, que no ven bien el acercamiento de Larreta con Fernández. Sin dudas, en Juntos por el Cambio habrá grietas, pero habrá que esperar que los dirigentes jueguen sus cartas de cara a 2023. Hoy no es probable que Macri pueda volver a la presidencia.