El asesinato de Fernando Báez Sosa (18) en Villa Gesell producto de la golpiza que recibió de parte de un grupo de adolescentes jugadores de rugby a la salida del boliche Le Brique puso el foco en dos apartados: el control de la nocturnidad en temporada estival y sobre quién pesa la responsabilidad de lo sucedido. Con el gobernador Axel Kicillof ausente -dos días después del asesinato se subió al avión que trasladó a la comitiva presidencial hasta Israel-, el Ejecutivo provincial delegó toda la presencia estatal en el ministro de Seguridad, Sergio Berni, quien se trasladó a la localidad costera días después del hecho, y respaldó al intendente gesellino Gustavo Barrera cuando las críticas hacia él comenzaban a multiplicarse. Por el momento, el gobierno no estudia iniciativas para modificar la ley de nocturnidad y la oposición presiona con pedidos de informes, mientras critica el hermetismo oficial ante el brutal episodio.
Cuando el hecho ya ganaba las portadas de todos los medios nacionales, el respaldo del gobierno a la máxima autoridad del municipio de la Quinta Sección no se hizo esperar. Primer kicillofista entre los intendentes en tiempos en que aún se discutían candidaturas dentro del Frente de Todos, Barrera salió a respaldar al bendecido por Cristina Fernández. El Ejecutivo lo cuida, mientras la oposición local comandada por un exintendente lo torea desde el Concejo Deliberante con un pedido de interpelación y en el Senado empujan una solicitud de informe y pedido de explicaciones a Berni. Por el momento, ese pedido no cobra fuerza.
Fuentes de la oposición consultadas por Letra P afirman que en la Legislatura no tienen interlocutores del oficialismo para abordar este tema. “Nos dicen que Kicillof es hermético, que ellos no saben bien con quién hablar, que decidió nombrar a los ministros y que hablemos con Berni. Nadie nos dio una respuesta”, sintetizó un dirigente de uno de los bloques de Juntos por el Cambio.
PALABRA OFICIAL. “Estoy horrorizado, necesitamos respuestas rápidas”, dijo Kicillof cuando fue consultado sobre el episodio en una entrevista que brindó a Radio La Red la semana pasada. Respondió también que esperaba “que la Justicia resuelva” y subrayó que Berni estaba en la zona “ayudando al intendente, que está teniendo una excelente reacción”.
El ministro de Seguridad llegó a Gesell varios días después del crimen y cuando la gente ya había ganado las calles pidiendo justicia. El funcionario, que ha mostrado matices con el gobierno nacional y su ministra de Seguridad, Sabina Frederic,y ha dicho que Kicillof es su “jefe administrativo”, clausuró los boliches Pueblo Límite y Le Brique, este último, ubicado en una esquina neurálgica del centro geselino y frente al cual se perpetró el crimen. La razón de la clausura de Le Brique llamó la atención: se argumentó que adentro se vendía alcohol en vasos que superaban los 350 milímetros.
Berni llegó empoderado a una ciudad que estaba conmocionada y esperaba algún tipo de gesto. Se lo vio dirigiendo un operativo en los dos locales nocturnos junto al intendente. La tarea del ministro se centró en acompañar al municipio en los controles –principalmente en la puerta de los boliches y en el ingreso a las playas– y se impulsó una ordenanza local que prohibió el consumo de alcohol en la vía pública y las playas. En el Ejecutivo sostienen que en lo que hace al control y lo que sigue luego de la trágica muerte del joven es agenda de Berni.
“Con esos dos temas Gesell volvió a ser el lugar familiar que siempre fue. En relación a la cantidad de efectivos, el mismo intendente confirmó que este año tuvieron más que el año pasado”, dijeron a Letra P voceros del ministerio que conduce el ex secretario de Seguridad de la Nación.
Las acciones de Berni fueron monitoreadas desde la capital bonaerense por la ministra de Gobierno, Teresa García. Se conocen desde cuando ambos eran senadores bonaerenses y García presidía el bloque de Unidad Ciudadana. Con la atención puesta en Gesell, la funcionaria encargada de entablar la relación con intendentes alteró su agenda. En los días posteriores al asesinato la comunicación de García con Barrera fue permanente, según supo Letra P.
OPOSICIÓN. “Obvio que llagamos tarde. Ante un hecho de estas características donde hay tanta violencia, el Estado ha estado ausente. Además, no hay información. No sabemos qué comisarías fueron afectadas en Gesell para cuidar la salida de los boliches. No sabemos con cuántos móviles cuentan, los efectivos del Operativo Sol que están destinados a determinados horarios en toda la Costa, nada”, cruzó la senadora radical del bloque de Juntos por el Cambio Flavia Delmonte, en diálogo con Letra P.
La legisladora indicó además que “las primeras declaraciones de Berni” le parecieron “desafortunadas”. “No fue una desgracia (como dijo el ministro), hay que tomar los hechos con muchísima responsabilidad”, ahondó. “Está bien que se haya juntado con la familia del joven, es lo mínimo que podía hacer”, fustigó.
La legisladora es autora de una solicitud de informe presentada luego del fallecimiento de Báez Sosa. Exige saber “cuáles son las medidas y/o políticas públicas que se adoptaron en el marco del Operativo Sol, en lo que respecta a la prevención de disturbios a la salida de locales bailables”, y “cuáles son las medidas que tomó el Ministerio de Seguridad a partir de los hechos violentos acontecidos desde el inicio de la temporada ante la falta de prevención de los mismos, lamentando consecuencias fatales en algunos de ellos”.
Barrera resiste la avanzada de la oposición local en el concejo. Los concejales de Juntos por el Cambio piden que Barrera y su secretario de Seguridad, Mauricio Andersen, concurran al deliberativo a explicar qué se había planificado como medidas de seguridad en la vía pública ante los continuados reclamos de los vecinos que eran testigos de los distintos disturbios que se producían en las calles geselinas.