El campo parece decidido a mantenerse como uno de los sectores en franco combate con la administración de Alberto Fernández. Más allá de las correcciones discursivas que se manifiestan en cada encuentro público con el Gobierno y el ministro de Agricultura, Luis Basterra, los discursos privados de los dirigentes de peso sientan una posición que luce, a priori, innegociable. En el marco de la presentación de la muestra rural de Junín de Los Andes, en Neuquén, el presidente de la Sociedad Rural Argentina (SRA), Daniel Pelegrina, reclamó ir contra “la amenaza demagógica del populismo y del debate ideológico” y llamó a “hacer la Patria”. También hubo críticas a las retenciones y un mensaje directo sobre lo que, entienden, se le saca al campo.
“Al menos hoy no se ve en el horizonte posibilidad alguna de lograr algún cambio estructural que nos saque definitivamente del largo estancamiento que padece la actividad económica desde hace mucho tiempo”, dijo el dirigente apuntándole al gobierno de Fernández. Y agregó que, “en efecto, hace apenas un mes y medio que se produjo el cambio de Gobierno, un cambio que trajo asociadas, para nuestro sector, viejas políticas ya conocidas y lamentablemente hasta ahora pocas nuevas por conocer. (…) Guardábamos, cierto atisbo de esperanza”.
"Como dijimos en nuestro último discurso de Palermo, debemos ejercer el liderazgo pedagógico frente a la amenaza demagógica del populismo y del debate ideológico. Desde estas tribunas, invito a todos ustedes y a todos nuestros compatriotas a hacer la Patria, en Unión y Sacrificio, por nosotros y por las generaciones de argentinos que vendrán”, arengó Pelegrina.
La última foto pública con el Gobierno.
En diálogo con Letra P, fuentes de la entidad aclararon que “el discurso sienta una posición pero no tiene que ver con romper lanzas ni mucho menos”. A la vez, consultadas si habrá medidas como cortes de ruta, lo descartaron: “No está en carpeta”.
El campo cuestiona el regreso a las retenciones cero y hasta hubo cuadros en esa reunión que criticaron a sectores subsidiados por el Estado, como la industria, mientras opinaron que el campo sigue siendo perjudicado. Pelegrina lo puso en palabras: “Qué fácil es hacer solidaridad con los recursos de otros, ¿verdad? Todavía estamos esperando para ver cuál será la contribución concreta que el Estado va a hacer ante esta emergencia que se presenta. Y me refiero a todos los estamentos del Estado: el Estado Nacional, sin dudas, pero también los estados provinciales, los gobiernos municipales, las dobles legislaturas con sus innumerables secretarios y asesores, los concejos deliberantes… y también el Poder Judicial, que conserva privilegios incomprensibles”, expresó y concluyó que “ya no alcanza con gestos o amagues o pequeña cosmética. La contribución de la política debe ser seria, profunda y comprometida.”
En el final, hubo dardos indirectos a la industria, en esa grieta que aún existe entre el agro y las fábricas. “Es hora de que se acepte: el campo fue, es y será el gran motor de la economía argentina. Argentina es un país eminentemente agroindustrial, guste o no guste”, aseveró.