ELECCIONES 2019 | TODOS

Contracara porteña: Lammens se cuelga de Fernández y Larreta esconde a Macri

Los candidatos del Frente de Todos exhiben sintonía, mientras que el oficialismo diagrama una campaña municipalizada y lejos de la Casa Rosada. Cartelería y fin de la boleta completa.

Una paradoja que atraviesa al Gobierno y al peronismo en la campaña por la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Horacio Rodríguez Larreta, actual titular del Ejecutivo porteño, se desentiende de la Casa Rosada y avanza en una actividad municipalizada y sin menciones a la gestión nacional y a  Mauricio Macri, que también va por la reelección. Mientras,  Matías Lammens, desde el Frente de Todos, hace lo contrario: se pega a Alberto Fernández y nacionaliza la discusión. Lo curioso del caso no quita lo evidente: la crisis económica obliga al alcalde a despegarse de Balcarce 50 y todo el poderío que representa, en recursos y simbología política, pertenecer al mismo pelaje político que el Presidente. Esa “ventaja” se transforma en desventaja para aquel cuando intenta renovar sus pergaminos sin tener que llegar a un riesgoso ballotage.

 

La situación de Rodríguez Larreta es compleja. Para ganar en primera vuelta necesita mantener el statu quo de las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) porque en esa instancia, hecho el conteo de los votos positivos -sin los votos blancos- superó el 50% necesario. Así, si no perdiese votos, ganaría la elección general el 27 de octubre y sería reelecto, pero esa aritmética está sujeta a la crisis económica: si esta se agrava, se rompe la ecuación. Por eso, el objetivo de Lammens es pegar a Larreta con Macri para que los coletazos de la situación económica salpique los comicios locales.

 

El candidato del Frente de Todos hace migas con su referente nacional, con quien proyecta más presentaciones conjuntas, montados en una sintonía que -juran- se mantendrá pase lo que pase en la elección. Días atrás, almorzaron en el búnker de Alberto de la calle México y el equipo porteño le llevó una serie de propuestas para lanzar en común y sonrientes para la foto. Se habló de un plan "a diez años" para la Ciudad y se barajaron ideas vinculadas al transporte -se usó la palabra "revolución"- , a la política de género y a la Agencia de Ciencia y Técnica. Esta última se presentó el martes en la Facultad de Ciencias Exactas de la Universidad de Buenos Aires (UBA) bajo el lema "Ciudad del Conocimiento".

 

 

 

El acto en la UBA dio inicio a una nueva fase de la campaña de Lammens. En la previa de las PASO, se saturó su presencia en medios y en la calle para levantar su nivel de conocimiento, ítem en el que corría de atrás a Rodríguez Larreta y sus propios compañeros de boleta del Frente de Todos. Ahora Lammens se pegará a Alberto para mostrarse con capacidad de ejecución y como eventual alcalde, con propuestas y equipos.

 

Ese trabajo va acompañado de una sociedad política que, si más allá de ser obvia porque comparten boleta, resulta clave en el espacio que se empieza a configurar como oficialismo en la Nación y en la provincia de Buenos Aires, de acuerdo con el antecedente del 11 de agosto. Fernández le pidió a Lammens que se involucre en la campaña nacional y lo invitó a que lo acompañe a Mendoza, uno de los distritos en los que el presidenciable pondrá mayor énfasis, al igual que Córdoba y la Ciudad de Buenos Aires. “La gente tiene ganas de volver a creer”, sostuvo el dirigente cuervo al ingresar al Aula Magna de la Facultad de Exactas, luego de protagonizar un aluvión de pedidos de selfies por parte de estudiantes que deambulaban por los pasillos de Ciudad Universitaria.

 

 

 

Aunque pasó desapercibido, Fernández le envió un dardo a Rodríguez Larreta:  sin nombrarlo, criticó el gasto en publicidad del Gobierno porteño. Fiel a su estilo, el alcalde no responderá y seguirá con bajo perfil mediático, aunque no público: multiplicó las bajadas al territorio y las reuniones con vecinos, tras las PASO.

 

La aritmética que diseñó su equipo, según detallaron fuentes de la Jefatura de Gobierno a Letra P, implica un despegue “a medias”. Si existe geolocalización para dar a conocer, por medio de folletos o redes sociales, políticas públicas y obras a vecinos, también la hay para nombrar a Macri. A Larreta no le sirve un despegue en las comunas que son bastiones del PRO, como la 2 (Recoleta) y la 14 (Palermo), donde el oficialismo superó el 60% de los votos. En los barrios del sur, la estrategia es opuesta: el oficialismo porteño delegó la campaña en el peronismo del PRO, con llamados de urgencia a los históricos punteros barriales y entregas de mercadería y electrodomésticos. En estos, donde el Frente de Todos ganó con comodidad, el oficialismo busca desincentivar la asistencia a las urnas el 27 de octubre.

 

 

 

En paralelo, Larreta avanza en acuerdos políticos con candidatos opositores. Antes de las PASO, al igual que María Eugenia Vidal, hablaba de un voto con "boleta completa", esto es con Macri y Miguel Ángel Pichetto. Hace una semana, el jefe de Gobierno porteño sumó el apoyo del candidato a presidente del frente UNITE,  José Luis Espert, que compite con Macri y no tiene candidato local. El martes hizo lo propio con el Partido Demócrata Cristiano, que tampoco presentó la categoría de Jefatura de Gobierno. Entre ambos espacios, suman más de 87 mil  votos, de acuerdo al resultado que obtuvieron en agosto. Nadie en el oficialismo pretende un traslado automático de sufragios, pero sí se tientan con retener una parte de ellos y se suben a una estrategia a todo a nada para retener la Ciudad, incluso con la decisión de esconder al Presidente en algunas comunas.

 

Nahuel Sotelo, en la Casa Rosada.
El ministro político de Rogelio Frigerio se prepara para 2025 con un posible acuerdo electoral con La Libertad Avanza en el horizonte.

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