Daniel Funes de Rioja, presidente de la Cámara Alimenticia Copal y vice de la Unión Industrial Argentina (UIA), suele esquivar las definiciones políticas, pero esta vez fue directo. “Más que un pacto, hay que hacer un acuerdo económico y social. Si hacemos un 'pactito', va a durar hasta el próximo Rodrigazo”, dijo ante empresarios del Rotary Club. El dirigente redobló así la apuesta que puso sobre la mesa el candidato a presidente del Frente de Todos, Alberto Fernández, quien aclaró que de ganar en octubre propondría un acuerdo de precios y salarios por 180 días.
“Hay que hablar de medidas y cuestiones macroeconómicas, no puede ser sólo precios y salarios”, expresó, mientras los comensales degustaban la entrada de jamón crudo y burrata, regada con malbec Rutini. “¿Viste? Lo da como presidente, esperemos que se equivoque”, se reían en una de las mesas contiguas al escenario.
Funes junto al presidente de UIA, Miguel Acevedo. Hubo referencias al acto junto a Fernández.
El almuerzo que organizó el Rotary en el Sheraton de la avenida Córdoba contó con Funes como principal orador. Se lo vio liberado en relación a sus históricas opiniones. “Estamos como en una etapa de desinhibición total”, bromeó un directivo del agro, para explicar la mutación en el clima del Círculo Rojo post PASO, donde se permiten licencias impropias en tiempos en los que Cambiemos reinaba sin oposición.
El martes, en la reunión de Junta Directiva de la UIA, el presidente de la entidad, Miguel Acevedo, pasó revista de su encuentro con Fernández y el posterior viaje a Tucumán, una muestra del tan mentado pacto social, que incluyó a la CGT. Todos acordaron que el pacto “es necesario” y que es “el tiempo que se le ha dado a todos los gobiernos”. Naturalmente, aclaran en la central fabril, que los dichos de Funes en el Rotary remiten a lo que vendrá después de los seis meses de gracia, en el día 181.
El directivo de Copal respondió también sobre la reunión de Acevedo con Fernández en Tucumán y de aquella foto con el secretario general de la CGT Héctor Daer, el tucumano Juan Manzur y el candidato a presidente, con el telón de fondo con logos del Frente de Todos. Fueron unos pocos los que en la UIA se molestaron con la postal. Funes, uno de ellos: “Acevedo fue y lo sentaron, no gustó la foto con el banner”, aclaró mientras los rotarios comían el clásico y ochentoso pollo con papas que sirven en los convites.
El tema claramente molestó y generó curiosidad en una tribuna que se admite conservadora y más cercana al presidente Mauricio Macri. Tanto que le hicieron llegar a Clara Mariño, la periodista que coordina la interlocución con los expositores, un papel con una pregunta sin eufemismos. Un anónimo inquirió si la UIA había tomado posición por algún candidato. La definición sorprendió: “La UIA es plural. Hay kirchnerismo, desarrollistas, peronistas y algún mohicano. Pero no hubo acá una política industrial marcada, entonces hay un mensaje industrialista en Fernandez y (Roberto) Lavagna. La simpatía se busca donde se puede" dijo, como justificando un malestar de la casa fabril que es evidente casi en un 100%.
Funes sintetizó que, más allá de preferencias ideológicas, el de Cambiemos fue un gobierno con problemas, que se hicieron aún más graves en la industria, y que eso modificó el contexto de otros años, sobre todo en el post PASO. Cerca de finalizar su ponencia dijo que, de hecho, tenían “expectativas con el Gobierno que no se dieron". "Argentina necesita un modelo político bipartidista para que transparente el sistema”, advirtió. Lo escuchaba atentamente todo el auditorio, entre los que destacaban el cafetero Martín Cabrales, Miguel Blanco, de Swiss Medical y Juan Pablo Maglier (La Rural).
Por último, Funes sentó la posición que la UIA cerró respecto al bono de cinco mil pesos que estableció el Gobierno para los privados. Aclaró que la entidad no firmará ningún acuerdo de ese tipo y concluyó que “aunque pudiera legalmente firmarlo, atrás me van a venir a pedir por paritarias. Y las pymes están por el suelo, no tienen para pagar los sueldos".