“Un sacudón tremendo, nunca visto”, se sinceró un líder de los CEOs de la alimentación. Buena síntesis del domingo de primarias en el Círculo Rojo. A primera tarde, manejaban números de una derrota digna de Cambiemos, números que disparó la Jefatura de Gabinete de Marcos Peña. Con el paso del tiempo, todo empeoró. Cerca de las 19, recibieron información oficial de que la presidencial estaba “complicada” y Alberto Fernández estaba superando a Mauricio Macri por seis o siete puntos. La foto final fue aún peor.
Mientras, la expectativa estaba puesta en las posibilidades de María Eugenia Vidal de salir indemne. Pero con la primera carga de datos y una diferencia cercana a los 20 puntos a favor de Axel Kicillof, el escenario se transformó.
Los industriales quieren discutir políticas.
En el chat de Whatsapp de los empresarios hubo silencio de radio en la tarde y la gravedad del resultado habilitó comunicaciones individuales. Hubo un industrial de la UIA que les mandó un mensaje a sus colegas pidiéndoles que empiecen “a ver la agenda productiva” con el flamante ganador de la primaria. La mayoría cree que la diferencia es “irreversible”, porque “ni sumando los votos de (José Luis) Espert y (Roberto) Lavagna se llega a empardar”.
Para los CEOs, el resultado apura conclusiones que van más allá de lo que pueda ocurrir el lunes con los mercados y el dólar. “El tema es la transición, cómo se va a gobernar de acá a diciembre”, aclaró un directivo del Consejo Interamericano de Comercio y Producción (CICYP). Todas las cámaras empresarias hablaron antes de la elección con Fernández para invitarlo a dialogar, incluso pensando en unos resultados mucho menos abrumadores.
En el VIP del búnker de Cambiemos, en Costa Salguero, hubo furia con un personaje que fue clave en el triunfo del oficialismo en las elecciones pasadas. Todos los pre candidatos congregados allí carecían de datos y le echaban la culpa a Peña por el cerrojo informativo. El establishment ve en el jefe de Gabinete a uno de los mariscales de la derrota. “Tiene que haber un muñecazo político, algún cambio que modifique las cabezas del poder PRO”, detalló un constructor de la Cámara de la Construcción (Camarco).
La orden del búnker de Fernández para el lunes es “discurso conciliador”, “ayudar a calmar a los mercados” y elogiar y agradecer el reconocimiento al triunfo por parte de Lavagna, un hombre con el que el triunfador de este domingo comparte ideas comunes.
Hace una semana, este escenario de triunfo (menos estridente) se trabajó en la mesa del Frente de Todos. Se discutió si había que viajar a Estados Unidos para llevar “tranquilidad” a los mercados. Finalmente, se decidió que no. Parece ser esa una negociación clave que se viene, incluso más que lo que ocurra en el frente interno, que para el establishment “irá decantando”. El asunto es cómo ahora el Gobierno y la oposición se pararán ante el Fondo Monetario Internacional (FMI), clave para sostener la calma económica, y qué estará dispuesto a dar el organismo luego de los resultados de una PASO que nadie se imaginaba.